¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este sábado de la 29a
semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Lucas 13,1-9
Lectio
Sábado, 26 Octubre ,
2019
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y eterno, te
pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por
nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según
Lucas 13,1-9
En aquel mismo momento
llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado
Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos
galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido
estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del
mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé y
los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban
en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del
mismo modo.» Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en
su viña, fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador:
`Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro.
Córtala; ¿Para qué ha de ocupar el terreno estérilmente?' Pero él le respondió:
`Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y
echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas.'»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos proporciona
informaciones que encontramos sólo en el evangelio de Lucas y no tienen pasajes
paralelos en otros evangelios. Estamos meditando el largo caminar de Jesús,
desde Galilea hasta Jerusalén, que ocupa casi la mitad del evangelio de Lucas,
desde el capítulo 9 hasta el capítulo 19 (Lc 9,51 a 19,28). Es aquí donde Lucas
coloca la mayor parte de la información que tiene sobre la vida y la enseñanza
de Jesús (Lc 1,1-4).
• Lucas 13,1: El acontecimiento que
pide una explicación. “En aquel mismo momento llegaron algunos que le contaron
lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilatos con la de sus
sacrificios.”. Cuando leemos los periódicos o cuando asistimos al noticiario en
la TV, recibimos muchas informaciones, pero no siempre evaluamos todo su
significado. Escuchamos todo, pero no sabemos bien qué hacer con tantas
informaciones y noticias. Noticias terribles como el tsunami, el terrorismo,
las guerras, el hambre, la violencia, el crimen, los atentados, etc. Así fueron
a llevar a Jesús la noticia de la terrible masacre que Pilatos, gobernador
romano, hizo con algunos peregrinos samaritanos. Noticias así nos incomodan.
Nos derriban: ¿Qué puedo hacer?” Para apaciguar la conciencia, muchos se
defienden y dicen: “¡Es su culpa! ¡No trabajan! ¡Es gente llena de prejuicios!”
En tiempo de Jesús, la gente se defendía diciendo: “¡Es un castigo de Dios por
sus pecados!” (Jn 9,2-3). Desde hace siglos se enseñaba: “Los samaritanos no
valen. ¡Siguen una religión equivocada!” (2Re 17,24-41)!
• Lucas 13,2-3: La respuesta de
Jesús. Jesús tiene otra opinión. "¿Pensáis que esos galileos eran más
pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os
lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo”. Jesús ayuda
a las personas a leer los hechos con otros ojos y a sacar una conclusión para
su vida. Dice que no fue castigo de Dios. Por el contrario: “Y si no os
convertís, todos pereceréis del mismo modo” y procura alertar hacia la
conversión y el cambio.
• Lucas 13,4-5: Jesús comenta otro
hecho. “O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé y los
mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en
Jerusalén?” Debe haber sido un desastre muy comentado en la ciudad. Una
tormenta derribó la torre de Siloé y mató a dieciocho personas que se estaban
abrigando debajo. El comentario normal era: “¡Castigo de Dios!” Jesús repite:
“No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo
". Ellos no se convirtieron, no cambiaron, y cuarenta años después
Jerusalén fue destruida y mucha gente murió asesinada en el Templo como los
samaritanos, y mucha más murió debajo de los escombros de las murallas de la
ciudad. Jesús trató de prevenir, pero no escucharon la petición de paz:
“¡Jerusalén! ¡Jerusalén!” (Lc 13,34). Jesús enseña a descubrir las llamadas que
vienen de los acontecimientos de la vida de cada día.
• Lucas 13,6-9: Una parábola para que
la gente piense y descubra el proyecto de Dios. " Les dijo esta parábola:
«Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, fue a buscar fruto en ella y
no lo encontró. Dijo entonces al viñador: `Ya hace tres años que vengo a buscar
fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala; ¿Para qué ha de ocupar el
terreno estérilmente?' Pero él le respondió: `Señor, déjala por este año
todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto
en adelante; y si no da, la cortas.” Muchas veces la viña es usada tanto para
indicar el cariño que Dios tiene hacia su pueblo o como falta de
correspondencia de parte de la gente hacia el amor de Dios (Is 5,1-7; 27,2-5;
Jr 2,21; 8,13; Ez 19,10-14; Os 10,1-8; Mq 7,1; Jn 15,1-6). En la parábola, el
dueño de la viña es Dios Padre. El agricultor que intercede por la viña es
Jesús. Insiste con el Padre para alargar el espacio de la conversión.
4) Para la reflexión
personal
• El pueblo de Dios, la viña de Dios.
Yo soy un pedazo de esta viña. Me aplico la parábola de la viña. ¿Qué
conclusiones saco?
• ¿Qué hago con las noticias que
recibo? ¿Trato de tener una opinión crítica, o sigo la opinión de la mayoría y
de los medios de comunicación?
5) Oración final
¿Quién como el Señor, nuestro Dios,
con su trono arriba, en las alturas,
que se abaja para ver el cielo y la
tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza al pobre del estiércol. (Sal
113,5-7)
Orden de los Carmelitas
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