sábado, 27 de febrero de 2010

JESÚS NOS PIDE AMAR A TODOS, INCLUSO A LOS ENEMIGOS

¡Amor y paz!

Jesús sigue analizando la ley antigua y remplazando cada mandamiento por otro que contenga mayor contenido de amor y de justicia, tal como quiere el Padre. Cuando la comunidad cristiana comprenda que el Señor quiere crear una sociedad universal, unida a través del amor fraterno, será capaz de romper todos los distanciamientos que histórica y culturalmente separan a los seres humanos.

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este sábado de la 1ª semana de Cuaresma.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Mateo 5,43-48.

Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.

Comentario

-Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo y tendrás odio a tu enemigo..." Y yo os digo: "Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, Y orad por los que os persiguen y calumnian."

Esto debe de ser extremadamente importante para la humanidad.

Tú lo repites, Señor, Tú insistes, sin escapatoria posible.

¡Hay que romper las fronteras! ¡Hay que derribar los muros que nos separan! Para
Jesús ya no hay extranjeros ni enemigos puesto que debemos amarlos.

¿Es una ilusión, una ingenuidad, Jesús, un dulce y gentil soñador?

-Para que seáis hijos de vuestro Padre celestial...

No, Jesús no es un ingenuo. Es de una lógica constante y absoluta. Lo ve todo desde un punto de vista distinto al nuestro habitualmente. Ve a la humanidad desde el punto de vista de Dios.

Las palabras son reveladoras: haced el bien, orad.

La fraternidad universal que Él predica es la consecuencia de otra realidad esencial: la paternidad universal.

-El cual hace nacer su sol sobre buenos y malos; y llover sobre justos y pecadores.

Este amor sin fronteras que Dios nos pide, es el que El mismo vive. Dios ama a todos los hombres. Ama a los que no lo aman. Derrama sus beneficios, su sol hermoso, y su lluvia bienhechora, sobre todos...

Así Jesús nos dice, cuando yo dejo de amar a alguien, rehúso amar a "alguien a quien Dios ama". Mi enemigo es amado por Dios. Mi enemigo es un hijo para Dios.

No se trata pues de un principio sociológico o de un hermoso ideal humanista. Es DIOS la única referencia. Es menester que nuestra mentalidad sea conforme a la suya.

Imitar a Dios. Llegar a parecernos a El, a fin de ser verdaderamente sus hijos.

-Pues si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué tiene eso de particular? Por ventura, ¿no hacen también esto los publicanos... y los mismos paganos?

Amar a las personas que nos aman, que se parecen a nosotros, con las que ya se está espontáneamente de acuerdo... ¡es natural! Dios nos pide más. Dios nos pide ensanchar nuestro corazón más allá del círculo de nuestros amigos, de nuestros parientes, de nuestro ámbito.

Jesús, el primero, ha amado a sus enemigos... y ha orado por ellos. A los que acababan de condenarlo y de torturarlo: "perdónalos, oh Padre, no saben lo que hacen".

Nuestra época, que ve subir el ciclo infernal de la violencia, ¿verá también a los cristianos tomarse el Evangelio al pie de la letra? ¿No sería la única buena suerte de la humanidad?

-Sed, pues, vosotros perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto. Uno no acaba nunca de amar. El amor es absoluto. Como Dios.

Si uno estuviere abrasado de amor hasta morir, no amaría aún bastante. Nunca se ama lo suficiente. ¡El amor es todo, que es Dios mismo! He aquí una cuaresma más exigente que todos los ayunos y los sacrificios.

Señor, entra en mi corazón para hacerme amar a los que no amo, a los que me hacen mal. Amar a todos los que Tú amas Señor. Como Tú les amas.

NOEL QUESSON
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 1
EVANG. DE ADVIENTO A PENTECOSTES.Pág. 116 s.
www.mercaba.org