miércoles, 31 de agosto de 2022

He sido enviado a anunciar el Evangelio

¡Amor y paz!

 

Los invito a leer y meditar la Palabra de Dios, en este miércoles de la 12ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.

 

Dios nos bendice...

 

PRIMERA LECTURA

 

Primera carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Corinto 3, 1-9


Queridos hermanos:

Por mi parte, no pude hablarles como a hombres espirituales, sino como a hombres carnales, como a quienes todavía son niños en Cristo.

Los alimenté con leche y no con alimento sólido, porque aún no podían tolerarlo, como tampoco ahora, ya que siguen siendo carnales. Los celos y discordias que hay entre ustedes, ¿no prueban acaso, que todavía son carnales y se comportan de una manera puramente humana?

Cuando uno dice: «Yo soy de Pablo», y el otro: «Yo de Apolo», ¿acaso no están procediendo como lo haría cualquier hombre?

Después de todo, ¿quién es Apolo, quién es Pablo? Simples servidores, por medio de los cuales ustedes han creído, y cada uno de ellos lo es según lo que ha recibido del Señor.

Yo planté y Apolo regó, pero el que ha hecho crecer es Dios.

Ni el que planta ni el que riega valen algo, sino Dios, que hace crecer.

No hay ninguna diferencia entre el que planta y el que riega; sin embargo, cada uno recibirá su salario de acuerdo con el trabajo que haya realizado.

Porque nosotros somos cooperadores de Dios, y ustedes son el campo de Dios, el edificio de Dios.


Palabra de Dios.

 

SALMO   

 

Sal 32, 12-13. 14-15. 20-21 (R.: 12b)

 

R.        ¡Feliz el pueblo que el Señor se eligió como herencia!

 

¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor,

el pueblo que él se eligió como herencia!

El Señor observa desde el cielo

y contempla a todos los hombres.  R.

 

El mira desde su trono

a todos los habitantes de la tierra;

modela el corazón de cada uno

y conoce a fondo todas sus acciones.  R.

 

Nuestra alma espera en el Señor;

él es nuestra ayuda y nuestro escudo.

Nuestro corazón se regocija en él:

nosotros confiamos en su santo Nombre.  R.

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   4, 38-44

 

Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.

Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. De muchos salían demonios, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!» Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.

Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo: «También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado.»

Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.

 

Palabra del Señor.

 

PARA REFLEXIONAR

  • Para Pablo, la existencia de divisiones en la comunidad es un signo claro de inmadurez, de falta de verdadera sabiduría. La unidad de la comunidad corintia está amenazada, y Pablo está preocupado por las divisiones. Estas se deben a que siguen unos criterios humanos, «carnales», y no se dejan guiar por el Espíritu.
  • Sus criterios humanos, los llevaron a establecer diferencias entre los apóstoles; sin comprender que existían, porque cada uno de ellos estaba cumpliendo una tarea asignada por Dios.
  • Por eso Pablo no duda en afirmar que los apóstoles son «simples servidores». Su ministerio es importante, pero la fe es un don de Dios gratuito. Su crecimiento es siempre inexplicable.
  • La sabiduría no se evalúa por los conocimientos, sino por las actitudes concretas de la vida comunitaria.

***

  • La curación de la suegra de Simón, inaugura la lista de todas las personas que liberadas por la Palabra de Dios, se pondrán al servicio de la nueva comunidad. También se habla de muchas curaciones y exorcismos a la caída del sol. La enfermedad, el pecado y las ideologías atan a los seres humanos y no le permiten estar disponibles para servir al prójimo.
  • La gente acude con enfermos que no habían llevado a la sinagoga por temor a fariseos y escribas. Jesús no se hace esperar y se hace eco de la misericordia de Dios con gestos directos y afectuosos. Evita todo tipo de reconocimiento, no se deja acaparar y busca nuevos sitios para evangelizar.
  • La Buena Nueva se revela cuando los ciegos ven, cuando los cojos andan, cuando los sordos oyen. El amor no necesita largos discursos para demostrar su importancia; basta con que sea fuente de gozo, de placer, de don y de vida. La fe no se declama; son las obras de la fe. La fe se manifiesta en la vida de los creyentes. La fe se conjuga en voz activa.
  • Ante la suegra enferma de Simón “se inclinó sobre ella”. Ante la afluencia de la multitud, no pierde de vista al hombre, sino que se aproxima a la realidad de cada uno: “imponiendo las manos los curaba”. No siente aversión ni toma distancia del sufrimiento, sino con una inmensa cercanía, los tocaba para acercarles la salud.
  • Para que esta palabra se cumpla hoy, mirémonos en el espejo de Jesús. El discípulo está llamado a “ser como su maestro”, por lo tanto a vivir a fondo la misión y a pasar haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el mal, sabiendo que Dios está con nosotros y es la garantía de nuestro obrar. 
  • Para lograrlo necesitamos entrar en el camino de discípulo. Abrirnos a su palabra y a su verdad para que sean fuente de vida nueva y animen nuestros corazones, nuestra inteligencia y nuestros gestos. La fe es una práctica que se modela en la escuela del seguimiento de Jesús, que nos muestra en su obrar, los gestos distintivos de un corazón misericordioso.

 

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué signos del reino descubro en mi vida?
  • ¿Qué signos del reino me siento llamado a realizar?
  • ¿Qué me impide seguir el camino del discipulado?

 

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

 

Nosotros somos colaboradores de Dios

 

ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES

Vicaría de Pastoral