martes, 10 de septiembre de 2013

Todas las horas son oportunidades para orar

¡Amor y paz!

Como siempre, Jesús nos da ejemplo. Ayer lo hizo enseñándonos a hacer el bien; hoy, a orar. ¿Cuánto tiempo le dedicamos a la oración? El Señor estuvo toda la noche en comunicación con su Padre. ¡Hoy muy poco se ora! Y, lamentablemente, lo que hacen algunos no es oración, sino un ejercicio mental o verbal que no conecta con Dios.

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este martes de la XXIII Semana del Tiempo Ordinario.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Lucas 6,12-19.
En esos días, Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Comentario

Los evangelios, en particular el de hoy, nos muestran cómo siempre que Jesús debía tomar una decisión importante pasaba toda la noche en ORACION. Es común oír: “No tengo tiempo para orar”. Esto generalmente es verdad, pues el tiempo para orar debemos “crearlo”. Esto implica renunciar a nuestro tiempo de diversión, a la televisión, inclusive, como Jesús, al descanso nocturno.

Solamente el cristiano que ora todos los días verá cambios en su vida, pues la oración es el elemento que permite que la gracia de Dios se convierta en vida. Es también común escuchar: “Dios siempre está conmigo y por eso yo hago mi oración mientras voy manejando al trabajo o a la escuela”. Esto es verdad también, Dios siempre está con nosotros, pues Dios siempre tiene tiempo para nosotros, la pregunta sería si nosotros, como Jesús, también tenemos tiempo para Dios.

Si bien es cierto que todo momento es un buen momento para orar, es necesario dedicar un tiempo EXCLUSIVO para Dios, para estar con Él, para que todos nuestros sentidos se centren y concentren en Él. Date tiempo para orar... solo así tendrás suficiente luz para dirigir las decisiones de tu vida.

Que pases un día lleno del amor de Dios.

Como María, todo por Jesús y para Jesús

Pbro. Ernesto María Caro
www.mercaba.org