¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este Domingo 2º del
Tiempo Ordinario, Ciclo C.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA
Lectio:
Domingo, 20 enero, 2019
Juan 2,1-12
1. Oración inicial
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
2. Lectura
a) Clave de lectura:
El Evangelio de este
segundo Domingo del Tiempo Ordinario nos pone a nuestra consideración las bodas
de Caná, en Galilea. Tanto en aquellos tiempos como ahora, a todos nos gusta y
siguen gustando las fiestas: sea un matrimonio o un bautismo, como la fiesta de
cumpleaños, la fiesta del santo patrón o de la patrona de la iglesia, la fiesta
de fin de año…fiestas y más fiestas…Hay algunas fiestas que quedan clavadas en
nuestra memoria y que con el paso del tiempo adquieren un significado cada vez
más profundo. Así como otras fiestas caen en lo más hondo del olvido. No las
recordamos más, porque han perdido su significado. La fiesta de las bodas de
Caná, así como está descrita en el evangelio de Juan (Jn 2,1-12), ha quedado
viva en la memoria del pueblo cristiano, y para unos pocos revela un sentido
profundo.
Para entender este
descubrimiento progresivo del significado de las Bodas de Caná, debemos
recordar que el Evangelio de Juan es diverso de los otros evangelios. Juan
describe los hechos de la vida de Jesús de tal modo que los lectores descubran
en ellos una dimensión más profunda, que sólo la fe consigue percibir. Juan
hace, al mismo tiempo, una fotografía y unos rayos equis. Por esto, durante la
lectura, es bueno prestar mucha atención a los detalles del texto, sobre todo a
estas dos cosas: (i) las actitudes y comportamientos de las personas y (ii) a
la falta y abundancia que aparecen en la fiesta de las bodas de Caná.
b) Una
división del texto, para ayudarnos en su lectura:
Juan 2,1-2: Fiesta de las
bodas. María presente, Jesús está invitado.
Juan 2,3-5: Jesús y su Madre ante la falta del vino.
Juan 2,6: Las tinajas de la purificación estaban vacías.
Juan 2,7-8: La iniciativa de Jesús y los sirvientes.
Juan 2,9-10: El descubrimiento del signo por parte del maestresala.
Juan 2,11-12: Comentario del evangelista.
Juan 2,3-5: Jesús y su Madre ante la falta del vino.
Juan 2,6: Las tinajas de la purificación estaban vacías.
Juan 2,7-8: La iniciativa de Jesús y los sirvientes.
Juan 2,9-10: El descubrimiento del signo por parte del maestresala.
Juan 2,11-12: Comentario del evangelista.
c) Texto:
1 Tres días después se celebraba una boda en
Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. 2Fue invitado
también a la boda Jesús con sus discípulos.3 Y no tenían vino,
porque se había acabado el vino de la boda. Le dice a Jesús su madre: «No
tienen vino.» 4 Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo,
mujer? Todavía no ha llegado mi hora.» 5Dice su madre a los
sirvientes: «Haced lo que él os diga.» 6 Había allí
seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o
tres medidas cada una.7 Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de
agua.» Y las llenaron hasta arriba. 8«Sacadlo ahora, les dice,
y llevadlo al maestresala.» Ellos lo llevaron. 9 Cuando el
maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los
sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el
maestresala al novio 10y le dice: «Todos sirven primero el vino
bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino
bueno hasta ahora.» 11 Tal comienzo de los signos hizo Jesús,
en Caná de Galilea, y manifestó su gloria, y creyeron en él sus
discípulos. 12Después bajó a Cafarnaún con su madre y sus
hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días.
3. Un momento de
silencio orante
para que la Palabra de
Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
4. Algunas preguntas
para ayudarnos en la
meditación y en la oración.
a) ¿Cuál es el punto de
este texto que más te ha gustado o te ha llamado más la atención? ¿Por qué?
b) ¿Qué ha llamado tu
atención en las actitudes o comportamiento de las personas? ¿Por qué?
c) ¿Qué tipo de falta o
abundancia había en la fiesta? ¿Cuál es el significado de este detalle?
d) ¿Qué ha hecho Jesús para ofrecer vino en abundancia?
e) Jesús comienza el
anuncio del Reino en una fiesta de boda. ¿Qué nos quiere enseñar con este
gesto?
f) ¿Cuál es el mensaje de
este texto para nosotros hoy?
5. Para aquellos
que quisieran profundizar más en el tema
a) Contexto para
entender la fotografía y los rayos-x:
Cuando decimos
“Fotografía”, indicamos los hechos en sí, tal como aparecen delante de nuestros
ojos. Cuando decimos “Rayos-x”, indicamos la dimensión más profunda, invisible
a los ojos, que se encuentra en los hechos y que sólo la fe nos la hace
percibir y nos la revela.
Es en el modo de describir
los hechos como Juan hace los Rayos –X a las palabras y gestos de Jesús.
Mediante estos pequeños detalles y alusiones, él pone de relieve la dimensión
simbólica y, haciendo así, nos ayuda a penetrar más profundamente en el
misterio de la persona o del mensaje de Jesús. En las bodas de Caná, en
Galilea, se da un cambio del agua de las purificaciones de los judíos en vino
para la fiesta de las bodas. Veamos de cerca los detalles con los que Juan
describe la fiesta, de modo que podamos entender el significado más profundo de
este episodio tan bello y tan conocido.
b)
Comentario del texto:
Juan 2,1-2: Fiesta
de las bodas. Jesús está invitado
En el Antiguo Testamento,
la fiesta de las bodas era un símbolo del amor de Dios hacia su pueblo. Era lo
que todos esperaban en el futuro (Os 2,21-22; Is 62,4-5). Y precisamente en una
fiesta de bodas, junto a una familia y una comunidad, Jesús cumple su “primer
signo” (Jn 2,11). La Madre de Jesús se encontraba en la fiesta. Jesús y sus
discípulos estaban invitados. O sea, la Madre de Jesús hacía parte de la
fiesta. Simboliza el Viejo Testamento. También Jesús está presente, pero con
vestido de invitados. Él no forma parte del Viejo Testamento. Junto a sus
discípulos Él es el Nuevo Testamento que está llegando. La Madre de Jesús
ayudará al paso del Viejo al Nuevo Testamento.
Juan 2,3-5: Jesús
y su Madre ante la falta de vino
En lo más alegre de la
fiesta, se acaba el vino. La Madre de Jesús reconoce los límites del Viejo
Testamento y toma la iniciativa para que se manifieste el Nuevo Testamento. Se
acerca a Jesús y constata: “¡No tienen vino!” Aquí aparecen tanto la foto como
los rayos-x.
La Foto representa
la Madre de Jesús como persona atenta a los problemas de los otros en tal grado
que se da cuenta que la falta de vino arruinaría la fiesta. Y no sólo constata
el problema, sino que toma iniciativas para resolverlo. Los Rayos-Xrevelan
la dimensión más profunda de la relación entre el Viejo Testamento (la Madre de
Jesús) y el Nuevo Testamento (Jesús). La frase “¡No tienen vino!”, viene del
Viejo Testamento, y despierta en Jesús la acción que hará nacer el Nuevo. Jesús
dice: “Mujer, ¿que nos va a mí y a ti?” O sea, ¿cuál es el nexo entre el Viejo
y el Nuevo Testamento? “Todavía no ha llegado mi hora”. María no entiende la respuesta
como una negativa, puesto que dice a los sirvientes: “¡Haced lo que Él os
diga”. Obrando así, Jesús enseña cómo se pasa del Viejo al Nuevo Testamento.
La hora de Jesús, en la que se hará el paso del Viejo al Nuevo
Testamento, es su pasión, muerte y resurrección. El cambio del agua al vino es
la indicación anticipada del Nuevo, que nacerá a partir de la muerte y de la
resurrección de Jesús.
A finales del siglo
primero, se discutía entre los primeros cristianos sobre la validez del Antiguo
Testamento. Algunos no querían saber ya nada del Viejo Testamento. En la
reunión de los Apóstoles en Jerusalén, Santiago defendió la continuidad del uso
del Viejo Testamento (Act 15,13-21). De hecho, a principios del segundo siglo,
Marción rechazó el Viejo Testamento y se quedó solamente con los libros del
Nuevo Testamento. Algunos sostenían incluso, que después de la venida del
Espíritu Santo no se debía recordar más a Jesús de Nazaret, sino hablar sólo de
Jesús Resucitado. En nombre del Espíritu Santo decían: “Anatema sea Jesús”
(1Cor 12,3).
Juan 2,6: Las
tinajas de la purificación están vacías
Se trata de un pequeño
detalle, muy significativo. Las tinajas solían estar siempre llenas, sobre todo
durante una fiesta. ¡Aquí están vacías! ¿Por qué? La observancia de la ley de
la pureza, simbolizada en las seis tinajas, ha agotado todas sus posibilidades.
La antigua ley ha conseguido ya preparar a la gente a poder estar en unión de
gracia y de justificación delante de Dios. ¡Las tinajas, la antigua alianza,
están vacías! Ya no pueden generar una vida nueva.
Juan 2,7-8: Jesús
y los sirvientes
La recomendación de la
Madre de Jesús a los sirvientes es la última gran orden del Antiguo Testamento:
“¡Haced lo que Él os diga!” El Viejo Testamento mira hacia Jesús. De ahora en
adelante las palabras y los gestos de Jesús marcarán la vida. Jesús llama a los
sirvientes y les ordena verter agua en las seis tinajas.¡En total, más de
seiscientos litros! Luego ordena sacar y llevar al maestresala. Esta iniciativa
de Jesús acontece sin que los dueños de la fiesta intervengan. Ni Jesús, ni la
Madre, ni los sirvientes eran los dueños obviamente. Ninguno de ellos fue a
pedir permiso a los dueños. La renovación pasa por las personas que no
pertenecen al centro del poder.
Juan 2,9-10: Descubrimiento del signo
por parte del dueño de la casa
El maestresala prueba el
agua transformada en vino y dice al esposo: “Todos sirven al principio el vino
bueno. Tú, sin embargo, has conservado hasta ahora el vino bueno!” ¡El
maestresala, el Viejo Testamento, reconoce públicamente que el Nuevo es mejor!
Donde antes estaba el agua para los ritos de la purificación de los judíos,
ahora hay vino abundante para la fiesta. ¡Era mucho vino! ¡Más de seiscientos
litros, y la fiesta estaba para terminar! ¿Cuál es el sentido de esta
abundancia? ¿Qué se hace con el vino sobrante? ¡Lo estamos bebiendo hasta hoy!
Juan 2,11-12: Comentario del evangelista
Este es el primer signo.
En el Cuarto Evangelio, el primer signo sucede para ayudar en la reconstrucción
de la familia, de la comunidad, para resanar las relaciones de base entre las
personas. Seguirán otros signos. Juan no usa la palabra milagro,
sino la palabra signo. La palabra signo indica que
las acciones de Jesús en favor de las personas tienen un valor profundo, que
sólo se descubre con los rayos-x de la fe. La pequeña comunidad que se ha
formado en torno a Jesús aquella semana, viendo el signo, estaba ya en grado de
percibir el significado más profundo y “creyó en Él”.
c) Ampliando
conocimientos
* Bodas muy esperadas
En el evangelio de Juan,
el comienzo de la vida pública de Jesús acontece en una fiesta de bodas,
momento de mucha alegría y de mucha esperanza. Por esto mismo, las Bodas de
Caná tienen un significado simbólico muy fuerte. En la Biblia, el matrimonio es
la imagen usada para significar la realización de la perfecta unión entre Dios
y su pueblo. Estas bodas entre Dios y su pueblo eran esperadas desde hacía
mucho tiempo, ¡más de ochocientos años!
Fue el profeta Oseas
(hacia el año 750 a C.) el que , por primera vez, representó la esperanza de
estas bodas cuando narra la parábola de la infidelidad del pueblo ante las
propuestas de Yahvé. La monarquía de Israel había abandonado a Yahvé y su
misericordia, conduciendo al pueblo hacia falsos dioses. Pero el profeta, seguro
del amor de Dios, dice que el pueblo será conducido de nuevo al desierto para
escuchar de parte de Dios la siguiente promesa: “Te haré mi esposa por siempre,
te haré mi esposa en la justicia y en el derecho, en la benevolencia y en el
amor, y te esposaré en la fidelidad y tú reconocerás al Señor! (Os 2,21-22).
Estos esponsales entre Dios y el pueblo indica que el ideal del éxodo se
conseguirá (Os 2,4-25). Después de casi ciento cincuenta años , el profeta
Jeremías vuelve a tomar las palabras de Oseas para denunciar a la monarquía de
Judá. Y dice que Judá tendrá el mismo destino que Israel por causa de su
infidelidad (Jer 2,2-5; 3,11-13). Pero también Jeremías mira hacia la esperanza
de unos desposorios perfectos con la siguiente novedad: será la mujer la que
seducirá al marido (Jer 31,22). Y a pesar de la crisis general del destierro en
Babilonia, el pueblo no pierde la esperanza de que un día este desposorio se
realizará. Yahvé tendrá compasión de su esposa abandonada (Is 54,1-8). Con el
regreso de los desterrados, la “Abandonada” volverá a ser la esposa acogida con
mucha alegría (Is 62,4-5).
También, observando la
Novedad que está llegando, Juan Bautista mira a Jesús, el esposo esperado (Jn
3,29). En sus enseñanzas y conversaciones con la gente, Jesús vuelve a tomar la
parábola de Oseas, el sueño de las bodas perfectas. Él se presenta como el
esposo esperado. (Mc 2,19). En la conversación con la samaritana, se presenta
discretamente como el verdadero esposo, el séptimo (Jn
4,16-17). Las comunidades cristianas aceptarán a Jesús como el esposo esperado
(2 Cor 11,2; Ef 5,25-31). Las bodas de Caná quieren demostrar que Jesús es el
verdadero esposo que llega para las tan esperadas bodas, portando un vino
gustoso y abundante. Estas bodas definitivas están descritas con bellas
imágenes en el libro del Apocalipsis (Ap 19,7-8; 21,1 a 22,5).
* La Madre de Jesús en
el Evangelio de Juan
Aun no siendo llamada con
el nombre de María, la Madre de Jesús aparece dos veces en el evangelio de
Juan: al principio, en las bodas de Caná (Jn 2,1-5), y al final, a los pies de
la Cruz (Jn 19,25-27). En los dos casos representa al Viejo Testamento que espera
la llegada del nuevo, y en los dos casos, contribuye a la llegada del Nuevo.
María es el lazo entre lo que había antes y lo que vendrá después. En Caná, la
Madre de Jesús, símbolo del Viejo Testamento, es aquella que se da cuenta de
los límites del Viejo Testamento y da los pasos para que pueda aparecer el
Nuevo. A los pies de la Cruz, está junto al “Discípulo Amado”. El Discípulo
Amado es la comunidad que crece en torno a Jesús, es el hijo que nace del Viejo
Testamento. A petición de Jesús, el hijo, el Nuevo Testamento, recibe a la
Madre, el Antiguo Testamento, en su casa. Los dos deben caminar juntos. De
hecho, el Nuevo no se entiende sin el Viejo. El Nuevo no tendría base,
fundamento. Y el Viejo sin el Nuevo sería
incompleto: un árbol si
frutos.
* Los siete días de la
nueva creación
El texto comienza: “¡Al
tercer día!” (Jn 2,1). En el capítulo precedente, Juan había repetido
ya tres veces la expresión “Al día siguiente” (Jn 1,29.35.43). Haciendo
cálculos, esto ofrece el siguiente esquema: El testimonio de Juan Bautista
sobre Jesús (Jn 1,29) sucede el primer día. ”Al día siguiente” (Jn 1,29), o
sea, el segundo día, sucede el bautismo de Jesús (Jn 1,29-34). El tercer día
ocurre la llamada de los discípulos y de Pedro (Jn 1,35-42). El cuarto día, Jesús
llama a Felipe y a Natanael (Jn 1,43-51). Finalmente, “tres días después”
esto es, el séptimo día, o sea en pleno sábado sucede el primer signo de
las bodas de Caná (Jn 2,1). A lo largo del evangelio Jesús realizará siete
signos.
Juan usa el esquema de la semana para
presentar el comienzo de la actividad de Jesús, El Viejo Testamento se sirve
del mismo esquema para presentar la creación. En los primeros seis días Dios
creó todas las cosas llamándolas por su nombre. El día séptimo descansó, y no
trabajó más (Gen 1,1-2,4). Igualmente, Jesús en los seis primeros días de su
actividad llama a las personas y crea la comunidad, la nueva humanidad. El
séptimo día, o sea, el sábado, Jesús no reposa, sino que realiza el primer
signo. A lo largo de los capítulos siguientes, del 2 al 19 inclusive, realizará
todavía seis señales, siempre en sábado (Jn 5,16,9,14). En fin, en la mañana de
la resurrección, cuando María Magdalena va al sepulcro, se dice: “El primer día
de la semana” (Jn 20,1) es el primer día de la nueva creación, después de aquel
sábado prolongado en los que Jesús hace los seis signos.
Acusado de trabajar en
sábado, Jesús responde: “¡Mi Padre siempre trabaja, y también yo trabajo!” (Jn
5,17). A través de la actividad de Jesús entre Caná y la Cruz, el Padre completa
lo que falta en la vieja creación, de modo que pueda surgir la nueva creación
en la resurrección de Jesús.
6. Orar con el Salmo
148
¡Aleluya!
¡Alabad al Señor desde el cielo,
alabadlo en las alturas,
alabadlo, todos sus ángeles,
todas sus huestes, alabadlo!
¡Alabad al Señor desde el cielo,
alabadlo en las alturas,
alabadlo, todos sus ángeles,
todas sus huestes, alabadlo!
¡Alabadlo, sol y luna,
alabadlo, estrellas lucientes,
alabadlo, cielos de los cielos,
aguas que estáis sobre los cielos!
alabadlo, estrellas lucientes,
alabadlo, cielos de los cielos,
aguas que estáis sobre los cielos!
Alaben ellos el nombre de
Yahvé,
pues él lo ordenó y fueron creados;
el los fijó por siempre, por los siglos,
les dio una ley que nunca pasará.
pues él lo ordenó y fueron creados;
el los fijó por siempre, por los siglos,
les dio una ley que nunca pasará.
¡Alabad a Yahvé desde la
tierra,
monstruos del mar y abismos todos,
fuego y granizo, nieve y bruma,
viento tempestuoso, que hace su voluntad,
montañas y todas las colinas,
árboles frutales y todos los cedros,
fieras y todos los ganados,
reptiles y pájaros que vuelan,
reyes de la tierra y pueblos todos,
dignatarios y jueces de la tierra,
jóvenes y doncellas también,
los viejos junto con los niños!
monstruos del mar y abismos todos,
fuego y granizo, nieve y bruma,
viento tempestuoso, que hace su voluntad,
montañas y todas las colinas,
árboles frutales y todos los cedros,
fieras y todos los ganados,
reptiles y pájaros que vuelan,
reyes de la tierra y pueblos todos,
dignatarios y jueces de la tierra,
jóvenes y doncellas también,
los viejos junto con los niños!
Alaben el nombre de Yahvé:
sólo su nombre es sublime,
su majestad sobre el cielo y la tierra.
Él realza el vigor de su pueblo,
orgullo de todos sus fieles,
de los hijos de Israel, pueblo de sus íntimos.
sólo su nombre es sublime,
su majestad sobre el cielo y la tierra.
Él realza el vigor de su pueblo,
orgullo de todos sus fieles,
de los hijos de Israel, pueblo de sus íntimos.
7. Oración final
Señor Jesús, te damos
gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que
tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo
que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos
no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y
reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los
siglos. Amén.
Orden de los Carmelitas