miércoles, 24 de agosto de 2011

A nosotros también nos ha sido confiada una misión


¡Amor y paz!

Hoy celebramos la fiesta del apóstol San Bartolomé, de quien no sabemos casi nada. Noticias legendarias dicen que evangelizó la región de Armenia, entre el Cáucaso y el mar Caspio, y que allí murió mártir luego de haber convertido a la fe cristiana al rey de los armenios.  La de Armenia sigue siendo hasta hoy una importante iglesia cristiana del Cercano Oriente.

Otras tradiciones nos presentan a san Bartolomé evangelizando en la India. Aparece en las listas apostólicas (Mt 10,3; Mc 3,18; Lc 6,14; Hch 1,13) en tres casos después del nombre de Felipe. Es la razón por la que se llegó a identificarlo con el Natanael del evangelio de san Juan (1,45; 21,2), presentado a Jesús por Felipe y natural de Caná de Galilea. 

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Juan 1,45-51.
Felipe encontró a Natanael y le dijo: "Hemos hallado a aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret".  Natanael le preguntó: "¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?". "Ven y verás", le dijo Felipe.  Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez". "¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera". Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel". Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía". Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre". 
Comentario

El evangelio de san Juan nos pone con los pies en la tierra: nos habla del seguimiento. Dos discípulos de Juan Bautista han seguido a Jesús por propia iniciativa, Jesús los ha aceptado en su compañía (Jn 1,35-39). Andrés, uno de ellos, va en busca de su hermano Simón y lo lleva ante Jesús, quien lo toma también como discípulo, imponiéndole un nombre significativo (Jn 1,40-42). 

Luego, Jesús, camino de Galilea, llama en su seguimiento a Felipe, paisano de Andrés y Pedro según san Juan, originarios de la pequeña ciudad de Betsaida en el litoral norte del mar de Galilea (los sinópticos dicen que Pedro y Andrés eran de Cafarnaún, no dan más datos de Felipe). Ahora, en nuestra lectura de hoy, Felipe habla de Jesús a Natanael, un apóstol no mencionado en los sinópticos, pero identificado por la tradición con el apóstol Bartolomé cuya fiesta estamos celebrando. 

El proceso vocacional de este discípulo resulta más complicado, Natanael duda, al escuchar al entusiasmado Felipe hablándole de Jesús, el hijo de José, de que de la oscura y desconocida Nazaret pueda salir algo bueno. Esto manifiesta, tal vez, su carácter franco y exigente. El elogio de Jesús, que lo llama "Israelita de verdad", no lo conmueve, simplemente pregunta por qué razón es conocido. Cuando Jesús le muestra su poder mesiánico, su sabiduría divina, su conocimiento sobrenatural de las cosas y de los seres humanos, Natanael rendidamente reconoce: "Rabbí (maestro en arameo), tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel". Luego Jesús anuncia al nuevo apóstol que verá cosas más grandes que el conocimiento sobrenatural del Mesías, que lo verá glorioso, resucitado de entre los muertos, sentado a la derecha del Padre.

La memoria de los apóstoles nos habla de nuestra propia vocación. También nosotros fuimos llamados por Cristo, alguien nos lo presentó o nos introdujo en su presencia, o simplemente fuimos llamados: "sígueme". Y a nosotros también, como a cada uno de los apóstoles, nos ha sido confiada una misión en la Iglesia. Según nuestras capacidades, según nuestras responsabilidades. 

No podemos dejar que nuestra vocación se duerma inactiva en cualquier rincón de nuestra vida. Confesemos a Jesús como lo hizo el apóstol Natanael-Bartolomé, y abracémonos a nuestra responsabilidad de testimoniar y anunciar el mensaje cristiano.

Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica).
www.mercaba.org