¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la
manera de la lectio divina, en este jueves de la 2ª semana de Cuaresma,
ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio
Divina: Lucas 16,19-31
Lectio
Jueves,
12 de marzo de 2020
Tiempo de Cuaresma
1)
Oración inicial
Señor, tú que amas la inocencia y la devuelves a quien la
ha perdido, atrae hacia ti nuestros corazones y abrásalos en el fuego de tu
Espíritu, para que permanezcamos firmes en la fe y eficaces en el bien obrar.
Por nuestro Señor.
2)
Lectura
Del santo Evangelio según Lucas 16,19-31
«Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y
celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y uno pobre, llamado Lázaro, que,
echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía
de la mesa del rico...pero hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Sucedió, pues, que murió el pobre y los ángeles le llevaron al seno de Abrahán.
Murió también el rico y fue sepultado.
Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y
vio a lo lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: 'Padre
Abrahán, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su
dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.' Pero
Abrahán le dijo: 'Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y
Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú
atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo,
de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan hacerlo; ni de
ahí puedan pasar hacia nosotros.'
Replicó: 'Pues entonces, te ruego, padre, que le envíes a
la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les advierta y no
vengan también ellos a este lugar de tormento.' Abrahán le dijo: 'Tienen a
Moisés y a los profetas; que les oigan.' Él dijo: 'No, padre Abrahán, que si
alguno de entre los muertos va a ellos, se convertirán.' Le contestó: ' Si no
oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque un muerto
resucite.'»
3)
Reflexión
• Cada vez que Jesús tiene una cosa importante que
comunicar, el crea una historia y cuenta una parábola. Así, a través de la
reflexión sobre una realidad visible, lleva a los oyentes a descubrir los
llamados invisibles de Dios, presentes en la vida. Una parábola está hecha para
pensar y reflexionar. Por esto, es importante prestar atención a sus mínimos
detalles. En la parábola del evangelio de hoy, aparecen tres personas: el pobre
Lázaro, el rico sin nombre y el Padre Abrahán. Dentro de la parábola, Abrahán
representa el pensamiento de Dios. El rico sin nombre representa la ideología
dominante de la época. Lázaro representa el grito callado de los pobres del
tiempo de Jesús y de todos los tiempos.
• Lucas 16,19-21: La situación del rico y del pobre. Los
dos extremos de la sociedad. Por un lado, la riqueza agresiva. Por el otro, el
pobre sin recursos, sin derechos, cubierto de úlceras, impuro, sin nadie que lo
acoge, a no ser los cachorros que lamen sus heridas. Lo que separa a los dos es
la puerta cerrada de la casa del rico. De parte del rico no hay acogida ni
piedad hacia los problemas del pobre que está a su puerta. Pero el pobre tiene
nombre y el rico no lo tiene. Es decir, que el pobre tiene su nombre inscrito
en el libro de la vida, el rico no. El pobre se llama Lázaro. Significa Dios
ayuda.
A través del pobre Dios ayuda al rico y el rico podrá tener su nombre en
el libro de la vida. Pero el rico no acepta ser ayudado por el pobre, pues
guarda cerrada su puerta. Este inicio de la parábola que describe la situación
es un espejo fiel de lo que estaba ocurriendo en el tiempo de Jesús y en el
tiempo de Lucas. ¡Es el espejo de lo que acontece hoy en el mundo!
• Lucas 16,22: La mudanza que revela la verdad escondida.
El pobre murió y fue llevado por los ángeles en el seno de Abrahán. Muere
también el rico y es enterrado. En la parábola, el pobre muere antes del rico.
Esto es un aviso para los ricos. Hasta que el pobre está a la puerta, todavía
hay salvación para los ricos. Pero después de que el pobre muere, muere también
el único instrumento de salvación para los ricos. Ahora, el pobre está en el
seno de Abrahán. El seno de Abrahán es la fuente de vida, de donde nació el
pueblo de Dios.
Lázaro, el pobre, forma parte del pueblo de Abrahán, del cual
era excluido cuando estaba ante la puerta del rico. El rico que piensa ser hijo
de Abrahán no va a estar en el seno de Abrahán. Aquí termina la introducción de
la parábola. Ahora comienza la revelación de su sentido, a través de la
conversación entre el rico y el padre Abrahán.
• Lucas 16,23-26: La primera conversación. En la
parábola, Jesús abre una ventana sobre el otro lado de la vida, el lado de
Dios. No se trata del cielo. Se trata del lado verdadero de la vida que sólo la
fe abre y que el rico sin fe no percibe. Y sólo bajo la luz de la muerte la
ideología del imperio se desintegra en la cabeza del rico y aparece para él lo
que es el valor real en la vida. Al lado de Dios, sin la propaganda, sin la
propaganda engañadora, los papeles se cambian.
El rico ve a Lázaro en el seno
de Abrahán, y le pide que sea aliviado de sus sufrimientos. El rico descubre
que Lázaro ¡es su único posible bienhechor! ¡Pero ahora es demasiado tarde! El
rico sin nombre es pío, ya que reconoce a Abrahán y le llama Padre. Abrahán
responde y le llama hijo. Esta palabra de Abrahán, en realidad, está siendo
dirigida a todos los ricos vivos. En cuanto vivos, ellos tienen aún la
posibilidad de volverse hijos, hijas de Abrahán, si supieran abrir la puerta a
Lázaro, el pobre, el único que en nombre de Dios puede ayudarlos. La salvación
para el rico no es que Lázaro le traiga una gota para refrescar su lengua, sino
que él, el rico, abra al pobre la puerta cerrada y así llene el gran abismo.
• Lucas 16,27-29: La segunda conversación. El rico
insiste: "Padre, te suplico: manda Lázaro para la casa de mi padre. ¡Tengo
cinco hermanos!” El rico no quiere que sus hermanos lleguen al mismo lugar de
tormento. Lázaro, el pobre, es el único verdadero intermediario entre Dios y
los ricos. Es el único, porque sólo a los pobres los ricos pueden devolver
aquello que les han y, así, restablecer la justicia perjudicada. El rico está
preocupado con los hermanos. Nunca estuvo preocupado con los pobres. La respuesta
de Abrahán es clara: "Tiene a Moisés y a los Profetas: ¡que los
escuchen!" ¡Tienen la Biblia! El rico tenía la Biblia, la conocía de
memoria. Pero nunca se dio cuenta de que la Biblia tenía algo que ver con los
pobres. La llave para que el rico pudiera entender la Biblia es el pobre
sentado a su puerta.
• Lucas 16,30-31: La tercera conversación "No,
padre, si alguien entre los muertos les avisa de algo, ellos se van a
arrepentir." El rico reconoce que esté equivocado, pues habla de
arrepentimiento, cosa que durante la vida no sintió nunca. El quiere un
milagro, ¡una resurrección! Pero este tipo de resurrección no existe. La única
resurrección es la de Jesús. Jesús resucitado viene hasta nosotros en la
persona del pobre, de los que no tienen derechos, de los sin tierra, de los
hambrientos, de los sin techo, de los que no tienen salud. En su respuesta
final, Abrahán es breve y contundente: "Si no oyen a Moisés y a los
profetas, tampoco se convencerán aunque un muerto resucite.” Fin de la
conversación. ¡Final de la parábola!
• La llave para entender el sentido de la Biblia es el
pobre Lázaro, sentado a la puerta. Dios viene a nosotros en la persona del
pobre, sentado a nuestra puerta, para ayudarnos a llenar el abismo insondable
que los ricos crearon. Lázaro es también Jesús, el Mesías pobre y siervo, que
no fue aceptado, pero cuya muerte mudó radicalmente todas las cosas. Es la luz
de la muerte del pobre que lo cambia todo. El lugar del tormento es la
situación de la persona sin Dios. Por más que el rico piense tener la religión
y la fe, no hay forma de que pueda estar con Dios, pues no ha abierto la puerta
al pobre, como hizo Zaqueo (Lc 19,1-10).
4)
Para una reflexión personal
• ¿Cuál es el tratamiento que damos a los pobres? ¿Tienen
un nombre para nosotros? En las actitudes que tomo en la vida, ¿soy percibido
como Lázaro o como el rico?
• Entrando en contacto con nosotros, los pobres ¿perciben algo diferente? ¿Perciben una Buena Noticia? ¿Hacia que lado se inclina mi corazón: hacia el milagro o hacia la Palabra de Dios?
• Entrando en contacto con nosotros, los pobres ¿perciben algo diferente? ¿Perciben una Buena Noticia? ¿Hacia que lado se inclina mi corazón: hacia el milagro o hacia la Palabra de Dios?
5)
Oración final
Feliz quien no sigue consejos de malvados
ni anda mezclado con pecadores
ni en grupos de necios toma asiento,
sino que se recrea en la ley del Señor,
susurrando su ley día y noche. (Sal 1,1-2)
ni anda mezclado con pecadores
ni en grupos de necios toma asiento,
sino que se recrea en la ley del Señor,
susurrando su ley día y noche. (Sal 1,1-2)
Orden de los Carmelitas