¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este lunes de la 3ª
semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Celebramos hoy la memoria de Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de
la Iglesia.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: MARCOS
3,22-30
Lectio:
Lunes, 28 enero, 2019
Tiempo ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y
eterno: ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos dar en
abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. Que vive y
reina contigo. Amen.
2) Lectura
Del santo Evangelio según
Marcos 3,22-30
Los escribas que habían
bajado de Jerusalén decían: «Está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de
los demonios expulsa los demonios.» Él, llamándoles junto a sí, les decía en
parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido
contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. Si una casa está dividida contra
sí misma, esa casa no podrá subsistir. Y si Satanás se ha alzado contra sí
mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin. Pero nadie
puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al
fuerte; entonces podrá saquear su casa. Yo os aseguro que se perdonará todo a
los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas
sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca,
antes bien, será reo de pecado eterno.» Es que decían: «Está poseído por un
espíritu inmundo.»
3) Reflexión
• El conflicto
crece. Existe una secuencia progresiva en el evangelio de Marcos. En
la medida en que la Buena Nueva se afianza entre la gente y es aceptada, en
esta misma medida crece la resistencia de parte de las autoridades religiosas.
El conflicto comienza a crecer y arrastra y envuelve a grupos de personas. Por
ejemplo, los parientes de Jesús piensan que se ha vuelto loco (Mc 3,20-21) y
los escribas, que habían venido de Jerusalén, piensan que es un endemoniado (Mc
3,22).
• Conflicto con
las autoridades. Los escribas calumnian a Jesús. Dicen que está
poseído y que expulsa a los demonios con la ayuda de Belcebú, el príncipe de
los demonios. Ellos habían venido de Jerusalén, que distaba más de 120 km, para
observar bien el comportamiento de Jesús. Querían defender la Tradición en
contra de las novedades que Jesús enseñaba a la gente (Mc 7,1). Pensaban que su
enseñanza iba en contra de la buena doctrina. La respuesta de Jesús tiene tres
partes.
• Primera parte:
la comparación de la familia dividida. Jesús usa la comparación de familia
dividida y de reino dividido para denunciar lo
absurdo de la calumnia. Decir que Jesús expulsa los demonios con la ayuda del
príncipe de los demonios significa negar la evidencia. Es lo mismo que decir
que el agua está seca y que el sol es oscuridad. Los doctores de Jerusalén
calumniaban porque no sabían explicar los beneficios que Jesús realizaba para
el pueblo. Estaban con miedo a perder el liderazgo.
• Segunda parte:
la comparación del hombre fuerte. Jesús compara el demonio con un
hombre fuerte. Nadie, de no ser una persona más fuerte, podrá robar en casa de
un hombre fuerte. Jesús es el más fuerte. Por esto consigue entrar en la casa y
sujetar al hombre fuerte. Consigue expulsar los demonios. Jesús sujeta al
hombre fuerte y ahora roba en su casa, eso es libera a las personas que estaban
bajo el poder del mal. El profeta Isaías había usado ya la misma comparación
para describir la venida del mesías (Is 49,24-25). Lucas añade que la expulsión
del demonio es una señal evidente de que el Reino de Dios ha llegado (Lc
11,20).
• Tercera parte:
el pecado contra el Espíritu Santo. Todos los pecados son perdonados,
menos el pecado contra el Espíritu Santo. ¿Qué es el pecado contra el Espíritu
Santo? Es decir: “¡El espíritu que lleva Jesús a que expulse el demonio, viene
del mismo demonio!” Quién habla así se vuelve incapaz de recibir el perdón.
¿Por qué? Aquel que se tapa los ojos, ¿puede ver? ¡No puede! Aquel que tiene la
boca cerrada, ¿puede comer? ¡No puede! Aquel que no cierra el paraguas de la
calumnia, ¿puede recibir la lluvia del perdón? ¡No puede! El perdón pasaría de
lado y no lo alcanzaría. No es que Dios no quiera perdonar. ¡Dios quiere
perdonar siempre! Pero es el pecador que rechaza el perdón.
4) Para la reflexión
personal
• Las autoridades
religiosas se encierran en sí mismas y niegan la evidencia. ¿Me ha ocurrido a
mí encerrarme en mi mismo/a contra la evidencia de los hechos?
• La calumnia es el arma
de los débiles. ¿Has tenido experiencia en este punto?
5) Oración final
Yahvé ha dado a conocer su
salvación,
ha revelado su justicia a las naciones;
¡Aclama al Señor, tierra entera,
gritad alegres, gozosos, cantad! (Sal 98,2.4)
ha revelado su justicia a las naciones;
¡Aclama al Señor, tierra entera,
gritad alegres, gozosos, cantad! (Sal 98,2.4)
Orden de los Carmelitas