miércoles, 14 de marzo de 2012

El que ama al prójimo ha cumplido la ley de Dios

¡Amor y paz!

El Evangelio hoy llena de esperanza para la humanidad, ya que Jesús explica el sentido de su presencia: ha venido al mundo a hacer realidad la Ley y lo dicho por los profetas. Jesús, con estas palabras, reconoce el trabajo de las generaciones anteriores y le da validez. El no parte de cero, como si la humanidad no hubiera hecho nada valioso hasta el presente.

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este miércoles de la 3ª. Semana de Cuaresma.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Mateo 5,17-19.
No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos. 
Comentario

El Evangelio de Mateo nos presenta a Jesús “como Moisés”, y que nos enseña el camino para encontrarnos con Dios. Ese era el objetivo de la ley de los judíos: obedecer la voluntad de Dios a fin de ser fieles y gozar de su compañía; y también el objetivo de los profetas: hablar la palabra que Dios ha dirigido para hacer conocer su voluntad en las circunstancias de la vida. Por eso la Biblia es llamada “la ley y los profetas”, y sin duda, Jesús no ha venido a destruir esto sino a buscar que se cumpla. Muchas palabras de los profetas también se cumplen con la venida de Jesús, o con sus palabras y gestos, y así todo lo esperado llega a su plenitud.

Pero esto puede malentenderse, como si Jesús propusiera una fidelidad a la ley semejante a la de los judíos observantes, y no es esa su propuesta como quedará claro en los párrafos que siguen. Cumplimiento es ir al nudo. No es hacer una escala de valores y cumplir unos y destruir otros de los 613 mandamientos que regían a los judíos, ni decir que todo está anulado; es encontrar espacios de libertad para que el cumplimiento no nos oprima como si fuéramos “esclavos” de Dios, es volvernos capaces de crear espacios de encuentro, de felicidad en la relación con Dios y con los hermanos.

Jesús propone una “justicia mayor”, así se “cumplirán la ley y los profetas”. Al terminar la unidad que aquí empieza vuelva a la misma idea, para dejar claro a qué se había referido: “esta es la ley y los profetas” (7,13): “hacer a los demás lo que quisiéramos que nos hagan a nosotros”. Salir hacia el hermano, encontrar espacios de amor, solidaridad, gratuidad y justicia; eso basta para cumplir “todo”, hasta lo más pequeño de la Ley. Pablo lo formula de modo semejante: el que ama al prójimo ha cumplido la ley... el amor es la ley en plenitud (Rom 13,8-10).

Servicio Bíblico Latinoamericano. 2004