lunes, 2 de septiembre de 2013

La Palabra de Dios no es un documento del pasado: Él nos habla hoy

¡Amor y paz!

Después de la lectura continua de los evangelios de Marcos y de Mateo, abordamos hoy el evangelio según san Lucas, que nos conducirá hasta el fin de noviembre -de la 22ª a la 34ª semana del tiempo ordinario.

Como durante el Adviento y el tiempo de Navidad hemos leído los evangelios relativos a la infancia de Jesús, empezamos en el capítulo cuarto de san Lucas: Jesús tiene treinta años y aborda su vida pública.

-¿Quién era Lucas?

Con ese tercer evangelista pasamos a otro mundo, que no es ya el de los judíos. Lucas nació en Antioquía de Siria. Pertenecía a la sociedad pagana cultivada, y ejercía la medicina como profesión. Siendo adulto, convertido quizá por san Pablo, pasó muy pronto a ser compañero de apostolado de san Pablo. Lucas construye su evangelio, evidentemente, con elementos comunes a Marcos y a Mateo. Pero él mismo indica cómo llevó su propia encuesta personal con los testigos oculares que vivían aún. (Lucas 1, 2). Hay pues pasajes de los que él es el único relator.

El griego empleado es el más literario y el más artísticamente redactado de todo el Nuevo Testamento. Lucas, como todo autor, tiene características y acentos propios: es el evangelio de la alegría, de la misericordia, de la vida interior y de la oración... es un evangelio eminentemente social, que quiere promover una sociedad más justa y más dichosa... todos los oprimidos de la sociedad antigua son valorizados: el niño, la mujer, los pobres...

Dirigiéndose a ambientes cultivados del mundo pagano, evita las alusiones a las costumbres judías que habrían chocado o habrían exigido demasiadas explicaciones a la gente que no las conocía.

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este lunes de la 22ª semana del Tiempo Ordinario.

Dios los be diga…

Evangelio según San Lucas 4,16-30.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír". Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: "¿No es este el hijo de José?". Pero él les respondió: "Sin duda ustedes me citarán el refrán: 'Médico, cúrate a ti mismo'. Realiza también aquí, en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió en Cafarnaún". Después agregó: "Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país. Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón. También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio". Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo. Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino. 
Comentario

-Como era su costumbre los sábados, Jesús entró en la sinagoga de Nazaret.
Asiste al oficio. Es un "practicante" regular.

Para nosotros es importante contemplar a Jesús: cuando salía de su casa el sábado, el sabat... entraba en el lugar de reunión... se colocaba en su sitio. Y allí, mezclado a la multitud de los fieles, cantaba los salmos, escuchaba el sermón del rabino, rezaba con las fórmulas o preces habituales de sus compatriotas.

-Se puso en pie para hacer la lectura. Le presentaron el volumen y desarrollándolo leyó...

Esa tradición ha sido restablecida por el Concilio Vaticano II.

-"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque Él me ha ungido para que dé la buena noticia a los pobres. Me ha enviado para anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor" (Is 61, 1-2).

Todo el tono del evangelio según san Lucas está anunciado aquí. Una lluvia de beneficios para todos los desgraciados, la liberación de todos los que sufren.

¿Es así como concibo yo habitualmente a Jesús? ¿Es así como concibo mi propia vida cristiana? Dos mil años después de la venida de Jesús, hay todavía mucho por hacer en este sentido, en mi lugar de trabajo, en mis relaciones.

Notemos que la persona que anuncia esto, tan "humano", anuncia por ello una "presencia de Dios": No se trata solamente de filantropía, o de acción social... se trata, precisamente, del proyecto de Dios y de la acción del Espíritu... "el Espíritu del Señor está sobre mí, para..."

-Hoy, en vuestra presencia, se ha cumplido esta palabra de la Escritura.
El texto de Isaías era antiguo de varios centenares de años.

Pero no era un documento del pasado. También HOY Dios me interpela.

NOEL QUESSON
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 2
EVANG. DE PENTECOSTES A ADVIENTO
EDIT. CLARET/BARCELONA 1983. Pág. 152 s.