El proyecto que Jesús de
Nazaret ha planteado es el mismo proyecto de Dios, ahora encarnado -hecho
carne- en la historia de los seres humanos. En este nuevo proyecto, la
"religión", es decir, la práctica de ritos externos, ya no es la
intermediaria necesaria para el cumplimiento de la voluntad de Dios; ahora la
mediación necesaria y directa es la "misericordia", que compendia el
amor y la justicia.
Dios ha tenido
misericordia de todo el género humano y ha llamado a hombres y mujeres sin
distinción, para que le ayudemos en la obra misericordiosa de la implantación
del Reino del Dios-misericordia.
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este sábado después de Ceniza.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Lucas
5,27-32.
Jesús salió y vio a un
publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de
impuestos, y le dijo: "Sígueme". El, dejándolo todo, se levantó y lo
siguió. Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos
publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y los
escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: "¿Por qué ustedes
comen y beben con publicanos y pecadores?". Pero Jesús tomó la palabra y
les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los
enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que
se conviertan".
Comentario
Jesús ha llamado a su
seguimiento a Leví recaudador de impuestos, quien era ilegal según lo
prescribía la Ley de los judíos. Dios muestra su misericordia a este hombre y
lo invita a que lo siga. Seguir a Jesús y aceptar su proyecto, es aceptar la
invitación que el Padre nos hace a través de su Hijo, el amado. El Padre en su
plan amoroso continúa mostrando su amor misericordioso por todos los hombres y
mujeres de la tierra.
Jesús no ha venido por los
sanos; ha venido por los enfermos. Él invita a todos aquellos que de una u otra
manera desconfían en el plan misericordioso del Padre. Jesús le propone a Leví
que se deje amar por Dios. Que deje que el Padre bueno le muestre su amor y su
voluntad. Pero es necesario que frente al derramamiento del amor en él, Leví dé
muestras de cambio, de conversión, para empezar a vivir una nueva vida. La
historia de los regenerados por pura misericordia.
La Iglesia tiene que
continuar siendo un espacio de misericordia dentro del ámbito mundial.
Necesitamos transformar el mundo y sólo demostrando con la práctica de la
misericordia en nuestra propia vida que Dios tiene un proyecto de amor para
todos, sólo de esa forma podremos hacer que haya cambios cualitativos en la
vida de la gente. Si la Iglesia perdiera su realidad de misericordia habría
perdido también su misión en la historia.
Servicio
Bíblico Latinoamericano