¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este lunes de la 2ª
semana de Adviento.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: LUCAS
5,17-26
Lectio:
Lunes, 10 diciembre,
2018
1) Oración inicial
Señor, suban a tu
presencia nuestras súplicas y colma en tus siervos los deseos de llegar a
conocer en plenitud el misterio admirable de la encarnación de tu Hijo. Que
vive y reina. Amen.
2) Lectura
Del santo Evangelio según
Lucas 5,17-26
Un día que estaba
enseñando, había sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían
venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Jerusalén. El poder del
Señor le hacía obrar curaciones. En esto, unos hombres trajeron en una camilla
a un paralítico y trataban de introducirlo, para ponerle delante de él. Pero no
encontrando por dónde meterlo, a causa de la multitud, subieron al terrado, lo bajaron con la camilla a través de las tejas y lo pusieron en medio, delante de
Jesús. Viendo Jesús la fe que tenían, dijo: «Hombre, tus pecados te quedan
perdonados.»
Los escribas y fariseos empezaron a pensar: «¿Quién es éste, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?» Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: `Tus pecados te quedan perdonados', o decir: `Levántate y anda'? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dijo al paralítico-: `A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa'.» Y al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios.
El asombro se apoderó de todos y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto cosas increíbles.»
Los escribas y fariseos empezaron a pensar: «¿Quién es éste, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?» Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: `Tus pecados te quedan perdonados', o decir: `Levántate y anda'? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dijo al paralítico-: `A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa'.» Y al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios.
El asombro se apoderó de todos y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto cosas increíbles.»
3) Reflexión
• Sentado, Jesús enseña. A
la gente le gustaba escucharle. ¿Cuál es el tema de la enseñanza de Jesús?
Hablaba siempre de Dios, de su Padre, pero hablaba de él de forma nueva,
atractiva, no como hacían los escribas y los fariseos. (Mc 1,22.27). Jesús
representaba a Dios como la gran Buena Noticia para la vida
humana; a un Dios Padre/Madre que ama y acoge a las personas, y a un Dios que
no amenaza, ni condena.
• Un paralítico es
transportado por cuatro hombres. Jesús es para ellos la única esperanza. Viendo
su fe, dice al paralítico: ¡tus pecados te son perdonados! En aquel
tiempo, la gente creía que los defectos físicos (parálisis, etc.) fuesen un
castigo de Dios por los pecados cometidos. Por ello, los paralíticos y muchos
otros discapacitados físicos se sentían rechazados y excluidos por Dios. Jesús
enseñaba lo contrario. La fe tan grande del paralítico era una señal evidente
de que aquellos que lo ayudaban eran acogidos por Dios. Por ello Jesús
exclama: ¡Tus pecados te son perdonados! Es decir: “Dios no te
rechaza”.
• La afirmación de Jesús
no sintoniza con la idea que los doctores tenían de Dios. Por ello reaccionan: ¡Ese
hombre habla de forma muy escandalosa! Según su enseñanza, solamente
Dios podía perdonar los pecados. Y solamente el sacerdote podía declarar que
una persona es perdonada y purificada. ¿Cómo es que Jesús sin estudios, un
seglar, podía declarar al paralítico que era perdonado y purificado de sus
pecados? Y entonces, si un simple seglar podía perdonar los pecados, los
doctores y los sacerdotes iban a perder su poder y además ¡la fuente de sus
entradas! Por esto reaccionan y se defienden.
• Jesús justifica su
acción diciendo: Qué es más fácil decir: ¿Tus pecados te son perdonados o
levántate y anda? Evidentemente, es mucho más fácil decir: “Tus
pecados te son perdonados”. Ya que nadie puede comprobar, de hecho, si el
pecado ha sido perdonado o no. Pero si yo digo: “¡Levántate y anda!”, en este
caso todos pueden ver si uno tiene poder o no de sanar. Por ello, para
demostrar que, en nombre de Dios, él tenía poder de perdonar los pecados, Jesús
dice al paralítico:”¡Levántate y anda!” ¡Sana al hombre! Y así hace
ver que la parálisis no es un castigo de Dios por el pecado, y hace ver que la
fe de los pobres es una muestra de que Dios los acoge en su amor.
4) Para la reflexión
personal
• Si me pongo en el lugar
de los que ayudan al paralítico: ¿sería capaz de ayudar a un enfermo, subirlo
al techo, y hacer lo que hicieron los cuatro hombres? ¿Tengo tanta fe?
• ¿Cuál es la imagen de
Dios que llevo dentro y que se irradia hacia los demás? ¿La de los doctores o
la de Jesús? ¿Dios de compasión o de amenaza?
5) Oración final
¡Acuérdate de mí, Señor,
hazlo por amor a tu pueblo,
ven a ofrecerme tu ayuda.
Para que vea la dicha de tus elegidos,
me alegre con la alegría de tu pueblo. (Sal 106,4-5)
hazlo por amor a tu pueblo,
ven a ofrecerme tu ayuda.
Para que vea la dicha de tus elegidos,
me alegre con la alegría de tu pueblo. (Sal 106,4-5)
Orden de los Carmelitas