¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la
manera de la lectio divina, en este martes de la 5ª semana del Tiempo Ordinario,
ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio
Divina: Marcos 7,1-13
Lectio
Martes,
11 de febrero de 2020
1)
Oración
Vela,
Señor, con amor continuo sobre tu familia; protégela y defiéndela siempre, ya
que sólo en ti ha puesto su esperanza. Por nuestro Señor.
2)
Lectura
Del
Evangelio según Marcos 7,1-13
Se reúnen junto a él los fariseos, así como algunos
escribas venidos de Jerusalén. Y al ver que algunos de sus discípulos comían
con manos impuras, es decir no lavadas, -es que los fariseos y todos los judíos
no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición
de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras
muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros
y bandejas-. Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus
discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen
con manos impuras?» Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros,
hipócritas, según está escrito:
Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
En vano me rinden culto,
ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.
«Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres.» Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre y: el que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte. Pero vosotros decís: Si uno dice a su padre o a su madre: `Lo que de mí podrías recibir como ayuda lo declaro Korbán -es decir: ofrenda-', ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre, anulando así la palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas.»
Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
En vano me rinden culto,
ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.
«Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres.» Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre y: el que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte. Pero vosotros decís: Si uno dice a su padre o a su madre: `Lo que de mí podrías recibir como ayuda lo declaro Korbán -es decir: ofrenda-', ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre, anulando así la palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas.»
3)
Reflexión
•
El Evangelio de hoy habla de las costumbres religiosas de aquel tiempo y de los
fariseos que enseñaban estas costumbres a la gente. Por ejemplo, comer sin
lavarse las manos o, como ellos decían, comer con manos impuras. Muchas de
estas costumbres estaban desligadas de la vida y habían perdido su sentido. Sin
embargo se conservaban o por miedo o por superstición. El Evangelio nos trae
algunas instrucciones de Jesús respeto de esas costumbres.
•
Marcos 7,1-2: Control de los fariseos y libertad de los discípulos. Los
fariseos y algunos escribas, venidos de Jerusalén, observaban como los
discípulos de Jesús comían con manos impuras. Aquí hay tres puntos que merecen
ser señalados: a) Los escribas eran de Jerusalén, ¡de la capital! Significa que
habían venido para observar y controlar los pasos de Jesús. b) Los discípulos
¡no se lavaban las manos para comer! Significa que la convivencia con Jesús los
llevó a tener valor para transgredir las normas que la tradición imponía a la
gente, pero que habían perdido su sentido para la vida. c) La costumbre de
lavarse las manos, que hasta hoy, sigue siendo una norma importante de higiene,
tenía para ellos un significado religioso que servía para controlar y
discriminar a las personas.
•
Marcos 7,3-4: La Tradición de los Antiguos. “La Tradición de los Antiguos”
transmitía las normas que debían de ser observadas por la gente para conseguir
la pureza exigida por la ley. La observancia de la pureza era un asunto muy
serio para la gente de aquel tiempo. Ellos pensaban que una persona impura no
podía recibir la bendición prometida por Dios a Abrahán. Las normas de pureza
eran enseñadas para abrir el camino hasta Dios, fuente de paz. En realidad, sin
embargo, en vez de ser una fuente de paz, las normas eran una prisión, un
cautiverio. Para los pobres, era prácticamente imposible observar las muchas
normas, las costumbres y las leyes. Por esto, ellos eran despreciados como
gente ignorante y maldita que no conocía la ley (Jn 7,49).
•
Marcos 7,5: Escribas y fariseos critican el comportamiento de los discípulos de
Jesús. Los escribas y fariseos preguntaban a Jesús: “¿Por qué tus discípulos no
viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos
impuras?” Ellos fingen que están interesados en conocer el porqué del
comportamiento de los discípulos. En realidad, critican a Jesús porque permite
que los discípulos no cumplan con las normas de pureza. Los fariseos formaban
una especie de hermandad, cuya principal preocupación era la de observar todas
las leyes de la pureza. Los escribas eran los responsables de la doctrina.
Enseñaban las leyes relativas a observancia de la pureza.
•
Marcos 7,6-13 Jesús critica la incoherencia de los fariseos. Jesús responde
citando a Isaías: Este pueblo me honra sólo con los labios, pero su corazón
sigue lejos de mí (cf. Is 29,13). Insistiendo en las normas de pureza, los
fariseos vacían de contenido los mandamientos de la ley de Dios. Jesús cita un
ejemplo concreto. Ellos decían: la persona que ofrece al templo sus bienes, no
puede usarlos para ayudar a los padres necesitados. Así, en nombre de la
tradición vaciaban de contenido el cuarto mandamiento que manda amar al padre y
a la madre. Estas personas parecían muy observantes, pero lo eran sólo hacia
fuera. Por dentro, ¡su corazón quedaba lejos de Dios! Como dice el canto: “¡Su
nombre es el Señor y pasa hambre, y clama por la boca del hambriento, y muchos
que lo ven pasan de largo, a veces por llegar temprano al Templo!”. En el
tiempo de Jesús, la gente, en su sabiduría, no concordaba con todo lo que se le
enseñaba. Esperaba que un día el mesías viniese a indicar otro camino para
alcanzar la pureza. En Jesús se realiza esta esperanza.
4)
Para la reflexión personal
•
¿Conoces alguna costumbre religiosa de hoy que ya no tiene mucho sentido, pero
que sigue siendo enseñado?
•
Los fariseos eran judíos practicantes, pero su fe activa era desligada de la
vida de la gente. Por eso, Jesús los criticó. Y hoy, ¿Jesús nos criticaría? ¿En
qué?
5)
Oración final
¡Señor
nuestro,
qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Al ver tu cielo, hechura de tus dedos,
la luna y las estrellas que pusiste,
¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
el hijo de Adán para que de él te cuides? (Sal 8,2.4-5)
qué glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Al ver tu cielo, hechura de tus dedos,
la luna y las estrellas que pusiste,
¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
el hijo de Adán para que de él te cuides? (Sal 8,2.4-5)
Orden de los Carmelitas