¡Amor y paz!
Entre hoy y mañana leemos el capitulo 7 del
evangelio de Juan. Sucede en la fiesta de las Tiendas o Tabernáculos, la fiesta
del final de la cosecha, muy concurrida en Jerusalén, que duraba ocho días. La
oposición de las clases dirigentes a Jesús se va enconando cada vez más, porque
se presentaba como igual a Dios.
Las excusas son a cual más flojas: por ejemplo, que
de Jesús saben de dónde viene, de Nazaret, mientras que el Mesías no se sabrá
de dónde viene. Otras veces será porque le creen endemoniado. Lo importante es
desacreditarlo y no tener que aceptar su testimonio. Jesús afirma (grita)
valientemente su identidad: «yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que
es veraz: a ése vosotros no le conocéis; yo lo conozco porque procedo de él y
él me ha enviado».
«Todavía no había llegado su hora» y, por tanto,
todavía no es la hora de la cruz.
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio
y el comentario, en este viernes de la IV Semana de Cuaresma.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Juan 7,1-2.10.25-30.
Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Chozas, Sin embargo, cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver. Algunos de Jerusalén decían: "¿No es este aquel a quien querían matar? ¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es". Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: "¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen. Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió". Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora.
Comentario
También en el mundo de hoy, junto a muchas personas
que creen y aceptan a Cristo, hay otras muchas que han optado por ignorarlo, o
incluso por perseguir toda idea suya. Sus seguidores corren igual suerte. Una
sociedad que va perdiendo valores fundamentales, acusa el impacto del
testimonio de los creyentes. Los verdaderos profetas son con frecuencia
perseguidos. Los falsos, los que no se preocupan de transmitir lo que Dios
dice, sino lo que gusta a la gente, ésos sí que prosperan.
Lo de perseguir al profeta le puede pasar al Papa,
si lo que dice no gusta. A unos obispos o a unos misioneros, si su voz se
levanta para denunciar injusticias o situaciones que afectan a intereses de
poderosos. También nos puede pasar a cada uno de nosotros, si con nuestra vida
damos un testimonio de valores diferentes, porque vivimos en sentido inverso de
lo que es moda o de lo que dicen las estadísticas sociológicas. O sea, si damos
testimonio del evangelio de Jesús, que no coincide con el del mundo.
Tal vez no llegaremos a ser perseguidos y
amenazados de muerte, pero sí desacreditados o ridiculizados o simplemente
ignorados. No deberíamos asustarnos demasiado. Todos estamos comprometidos en
la batalla entre el bien y el mal. Jesús fue signo de contradicción, como les
anunció el anciano Simeón a María y a José. Los cristianos, si somos luz y sal,
podemos también resultar molestos en el ambiente en que nos movemos. Lo triste
seria que no diéramos ninguna clase de testimonio, que fuéramos insípidos,
incapaces de iluminar o interpelar a nadie.
Ante el Triduo Pascual, ya cercano, nuestra opción
por Cristo debe movernos también a la aceptación de su cruz y de su testimonio
radical, si queremos en verdad celebrar la Pascua con él.
J. ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 2
La Cuaresma día tras día
Barcelona 1997. Pág. 88-90
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 2
La Cuaresma día tras día
Barcelona 1997. Pág. 88-90