Los
invito, hermanos, a leer y meditar el evangelio, a la manera de la lectio
divina, en este domingo 16º del tiempo ordinario, ciclo A.
Dios
nos bendice...
Lectio
Divina: 16º Domingo del Tiempo Ordinario (A)
Lectio
Domingo,
19 de julio de 2020
El
misterioso crecimiento del Reino
La paciencia de Dios
Mateo 13, 24-43
La paciencia de Dios
Mateo 13, 24-43
1. Oración inicial
Espíritu
de verdad, enviado por Jesús para conducirnos a la verdad toda entera, abre
nuestra mente a la inteligencia de las Escrituras. Tú, que descendiendo sobre
María de Nazareth, la convertiste en tierra buena donde el Verbo de Dios pudo
germinar, purifica nuestros corazones de todo lo que opone resistencia a la
Palabra.
Haz
que aprendamos como Ella a escuchar con corazón bueno y perfecto la Palabra que
Dios nos envía en la vida y en la Escritura, para custodiarla y producir fruto
con nuestra perseverancia.
2. Lectura
a)
División del texto:
El
texto consta de tres parábolas, un intermedio y la explicación de la primera
parábola: Las tres parábolas, la de la cizaña y el trigo (13, 24-30), la del
grano de mostaza (13, 31-32), y la de la levadura (13, 33), tienen la misma
finalidad. Quieren corregir las expectativas de los contemporáneos de Jesús,
que creían que el Reino de Dios irrumpiría con fuerza y eliminaría de pronto
todo lo que le fuera contrario. A través de estas parábolas Jesús quiere
explicar a sus oyentes que Él no ha venido a instaurar el Reino con potencia,
sino para inaugurar los tiempos nuevos gradualmente, en la cotidianidad de la
historia, de una forma que, a veces, pasa inadvertida. Sin embargo, su obra
lleva consigo una fuerza inherente, un dinamismo y un poder transformante que
poco a poco va cambiando la historia desde dentro, según el proyecto de
Dios…¡si se tiene ojos para verlo!
En 13, 10-17, entre la parábola del sembrador y su explicación, el evangelista introduce un coloquio entre Jesús y sus discípulos en el que el Maestro les explica el motivo por el cual a la muchedumbre habla sólo en parábolas. También aquí, entre las parábolas y la explicación, el evangelista hace un breve comentario del por qué Jesús habla en parábolas (13, 34-33).
Sigue finalmente la explicación de la parábola de la cizaña y el trigo (13, 36-43). Lo que maravilla en esta explicación es que mientras muchos detalles de la parábola son interpretados, ni siquiera se hace una mínima mención del punto clave de la parábola, a saber, el diálogo entre el amo y sus siervos con respecto a la cizaña que ha crecido con el grano. Muchos estudiosos deducen que la explicación de la parábola no es obra de Jesús, sino del evangelista y cambia el sentido original de la parábola. Mientras Jesús intentaba corregir la impaciencia mesiánica de sus contemporáneos, Mateo se dirige a los cristianos tibios para exhortarles y casi amenazarlos con el juicio de Dios. Parábola y explicación forman parte, de todos modos, del texto canónico y por tanto las dos se tienen en consideración, porque las dos contienen la Palabra de Dios dirigida a nosotros hoy.
En 13, 10-17, entre la parábola del sembrador y su explicación, el evangelista introduce un coloquio entre Jesús y sus discípulos en el que el Maestro les explica el motivo por el cual a la muchedumbre habla sólo en parábolas. También aquí, entre las parábolas y la explicación, el evangelista hace un breve comentario del por qué Jesús habla en parábolas (13, 34-33).
Sigue finalmente la explicación de la parábola de la cizaña y el trigo (13, 36-43). Lo que maravilla en esta explicación es que mientras muchos detalles de la parábola son interpretados, ni siquiera se hace una mínima mención del punto clave de la parábola, a saber, el diálogo entre el amo y sus siervos con respecto a la cizaña que ha crecido con el grano. Muchos estudiosos deducen que la explicación de la parábola no es obra de Jesús, sino del evangelista y cambia el sentido original de la parábola. Mientras Jesús intentaba corregir la impaciencia mesiánica de sus contemporáneos, Mateo se dirige a los cristianos tibios para exhortarles y casi amenazarlos con el juicio de Dios. Parábola y explicación forman parte, de todos modos, del texto canónico y por tanto las dos se tienen en consideración, porque las dos contienen la Palabra de Dios dirigida a nosotros hoy.
b) El texto:
24-30: Otra
parábola les propuso, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un
hombre
que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su
enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba
y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se
acercaron a decirle: `Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es
que tiene cizaña?' Él les contestó: 'Algún enemigo ha hecho esto.' Dícenle los
siervos: `¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?' Díceles: `No, no sea que,
al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan
juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged
primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en
mi granero.'»
31-32: Otra parábola les propuso: «El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.»
33: Les dijo otra parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.»
34-35: Todo esto dijo Jesús en parábolas a la gente, y nada les hablaba sin parábolas, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Abriré con parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.
36-43: Entonces despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo.» Él respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.
31-32: Otra parábola les propuso: «El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.»
33: Les dijo otra parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.»
34-35: Todo esto dijo Jesús en parábolas a la gente, y nada les hablaba sin parábolas, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Abriré con parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.
36-43: Entonces despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo.» Él respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.
3. Un momento de silencio orante
para
que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
4. Algunas preguntas
para
ayudarnos en la reflexión personal.
a)
De frente al mal que ves en el mundo y en ti mismo ¿cuál es tu reacción, la de
los siervos o la del amo?
b) ¿Cuáles son los signos de la presencia de Dios que consigues vislumbrar en el mundo y en tu vida?
c) ¿Qué imagen de Dios emerge de estas tres parábolas? ¿Es ésta tu imagen de Dios?
b) ¿Cuáles son los signos de la presencia de Dios que consigues vislumbrar en el mundo y en tu vida?
c) ¿Qué imagen de Dios emerge de estas tres parábolas? ¿Es ésta tu imagen de Dios?
5. Una clave de lectura
para
aquéllos que quieran profundizar más en el tema.
a)
El Reino de Dios:
En
los dos sumarios que nos ofrece del ministerio de Jesús, Mateo lo presenta
predicando el evangelio o la buena nueva del Reino y sanando (4, 23; 9, 35). La
expresión "Reino de los cielos" se encuentra 32 veces en Mateo. Es
una expresión equivalente a "Reino de Dios", que se encuentra sólo 4
veces en Mateo, mientras es la expresión más usual en el resto del Nuevo
Testamento. Por respeto, los hebreos evitaban mencionar no sólo el Nombre de
Dios que fue revelado a Moisés (ver Ex 3, 13-15), sino también la palabra Dios
a la que substituyen con otras varias palabras y expresiones entre las cuales
"El Cielo" o "Los Cielos". Mateo, el más hebraico de los
evangelistas, se conforma a esta usanza.
La expresión no se encuentra en el Antiguo Testamento, donde sin embargo se
encuentra a menudo la idea de la realeza de Dios sobre Israel y sobre el
universo y también el equivalente verbal de la expresión neotestamentaria,
"Dios reina". En efecto, el Reino de Dios, incluso como viene
presentado en el Nuevo Testamento, es sobre todo la acción de Dios que reina y
la situación nueva que resulta de su reinar. Dios ha sido siempre rey, pero con
el pecado Israel y la humanidad toda entera se sustraen de su reinado y crean
una situación contraria a su proyecto originario. El Reino de Dios se
establecerá cuando todo esté de nuevo sometido a su dominio, o sea, cuando,
aceptando su soberanía, la humanidad realice su diseño.
Jesús
ha proclamado la venida de estos tiempos nuevos (ver por ejemplo Mt 3,2). De
cualquier modo la realidad del Reino de Dios se hace presente y anticipada en
Él y en la comunidad fundada por Él. Pero la Iglesia no es todavía el Reino.
Ella crece misteriosa y gradualmente hasta conseguir su plenitud al final de
los tiempos.
b)
La lógica de Dios:
La
realidad del Reino y su crecimiento, como viene descrito por Jesús, nos ponen
de frente al misterio de Dios, cuyos pensamientos no son siempre nuestros
pensamientos. No confundamos realeza con fuerza, con imposición, con
triunfalismo. Nos gusta las cosas hechas a lo grande. Consideramos que hemos
realizado una empresa, cuando viene aclamada y cuando a ella se adhieren muchas
personas. Éstas, sin embargo, son tentaciones por las que también la comunidad
cristiana se deja seducir y en vez de ponerse al servicio del Reino, a menudo
se encuentra en contraposición a él. Dios, por su parte, prefiere llevar
adelante su proyecto con cosas pequeñas, pobres, insignificantes y mientras
nosotros tenemos siempre prisa por llevar a término cuanto antes nuestros
proyectos, Dios sabe esperar con mucha paciencia y longanimidad.
6. Salmo 145
Himno
al Señor Rey
Te
ensalzaré, Dios mío, mi Rey,
bendeciré tu nombre por siempre;
todos los días te bendeciré,
alabaré tu nombre por siempre.
bendeciré tu nombre por siempre;
todos los días te bendeciré,
alabaré tu nombre por siempre.
Grande
es el Señor, muy digno de alabanza,
su grandeza carece de límites.
su grandeza carece de límites.
Una edad a otra encomiará tus obras,
pregonará tus hechos portentosos.
El
esplendor, la gloria de tu majestad,
el relato de tus maravillas recitaré.
el relato de tus maravillas recitaré.
Del
poder de tus portentos se hablará,
y yo tus grandezas contaré;
se recordará tu inmensa bondad,
se aclamará tu justicia.
y yo tus grandezas contaré;
se recordará tu inmensa bondad,
se aclamará tu justicia.
El
Señor es clemente y compasivo,
tardo a la cólera y grande en amor;
bueno es el Señor para con todos,
tierno con todas sus creaturas.
tardo a la cólera y grande en amor;
bueno es el Señor para con todos,
tierno con todas sus creaturas.
Alábente,
Señor, tus creaturas,
bendígante tus fieles;
cuenten la gloria de tu reinado,
narren tus proezas,
explicando tus proezas a los hombres,
el esplendor y la gloria de tu reinado.
bendígante tus fieles;
cuenten la gloria de tu reinado,
narren tus proezas,
explicando tus proezas a los hombres,
el esplendor y la gloria de tu reinado.
Tu reinado es un reinado por los siglos,
tu gobierno, de edad en edad.
Fiel es el Señor en todo lo que dice,
amoroso en todo lo que hace.
El
Señor sostiene a los que caen,
endereza a todos los encorvados.
endereza a todos los encorvados.
Los ojos de todos te miran esperando;
tú les das a su tiempo el alimento.
Tú
abres la mano y sacias
de bienes a todo viviente.
de bienes a todo viviente.
El
Señor es justo cuando actúa,
amoroso en todas sus obras.
amoroso en todas sus obras.
Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de todos los que lo invocan con sinceridad.
Cumple los deseos de sus leales,
escucha su clamor y los libera.
El Señor guarda a cuantos le aman,
y extermina a todos los malvados.
¡Que
mi boca alabe al Señor,
que bendigan los vivientes su nombre
sacrosanto para siempre jamás!
que bendigan los vivientes su nombre
sacrosanto para siempre jamás!
7. Oración final
"Tu
tienes piedad de todos, porque todo lo puedes
y disimulas los pecados de los hombres para traerlos a la penitencia.
y disimulas los pecados de los hombres para traerlos a la penitencia.
Pues
amas todo cuanto existe
y nada aborreces de lo que has hecho;
pues si tú hubieras odiado alguna cosa, no la habrías formado.
y nada aborreces de lo que has hecho;
pues si tú hubieras odiado alguna cosa, no la habrías formado.
¿Y
cómo podría subsistir nada si tú no quisieras?
o ¿cómo podría conservarse sin ti?
o ¿cómo podría conservarse sin ti?
Pero
a todos perdonas, porque son tuyos, Señor , amador de las almas.
Porque en todas las cosas está tu espíritu incorruptible.
Porque en todas las cosas está tu espíritu incorruptible.
Y
por eso corriges poco a poco a los que caen,
y a los que pecan los amonestas, despertando la memoria de su pecado,
para que apartándose de la maldad, crean, Señor, en ti."
y a los que pecan los amonestas, despertando la memoria de su pecado,
para que apartándose de la maldad, crean, Señor, en ti."
Siendo
justo, todo lo dispone con justicia
no condenas al que no merece ser castigado
pues lo tienes por indigno de tu poder.
no condenas al que no merece ser castigado
pues lo tienes por indigno de tu poder.
Porque
tu poder es el principio de la justicia
y tu poder soberano te autoriza para perdonar a todos.
y tu poder soberano te autoriza para perdonar a todos.
Sólo
si no eres creído perfecto en poder
haces alarde de tu fuerza,
confundes la audacia de los que dudan de ella.
haces alarde de tu fuerza,
confundes la audacia de los que dudan de ella.
Pero
tú, Señor de la fuerza, juzgas con benignidad
Y con mucha indulgencia nos gobiernas,
pues cuando quieres tienes el poder en las manos"
Y con mucha indulgencia nos gobiernas,
pues cuando quieres tienes el poder en las manos"
Sab
11, 24-12, 2.15-18
Orden
de los Carmelitas