¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la
manera de la lectio divina, en este viernes de la 7ª semana de Pascua, ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Juan
21,15-19
Lectio
Viernes, 29 de mayo de 2020
Tiempo de Pascua
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que por la glorificación de Jesucristo y la venida del
Espíritu Santo nos has abierto las puertas de tu reino; haz que la recepción de
dones tan grandes nos mueva a dedicarnos con mayor empeño a tu servicio y a
vivir con mayor plenitud las riquezas de nuestra fe. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Juan 21,15-19
Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me
amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice
Jesús: «Apacienta mis corderos.» Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de
Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice
Jesús: «Apacienta mis ovejas.» Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me
quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me
quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice
Jesús: «Apacienta mis ovejas. «En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven,
tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo,
extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras.» Con
esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto,
añadió: «Sígueme.»
3) Reflexión
• Estamos en los últimos días de Pentecostés. Durante la cuaresma, la
selección de los evangelios del día sigue la antigua tradición de la Iglesia.
Entre Pascua y Pentecostés, la preferencia es para el evangelio de Juan. Así,
en estos últimos dos días antes de Pentecostés, los evangelios diarios
presentan los últimos versículos del evangelio de Juan. Luego retomamos el
Tiempo Común, y volvemos al evangelio de Marcos. En las semanas del Tiempo
Común, la liturgia diaria hace la lectura continua del evangelio de Marcos
(desde la 1ª hasta la 9ª semana común), de Mateo (desde la 10º hasta la 21ª
semana común) y de Lucas (desde la 22ª hasta la 34ª semana común).
• Los evangelios de hoy y de mañana presentan el último encuentro de
Jesús con sus discípulos. Fue un reencuentro de celebración, marcado por la
ternura y por el cariño. Al final, Jesús llama a Pedro y le pregunta tres
veces: "¿Me amas?" Solamente después de haber recibido, por tres
veces, la misma respuesta afirmativa, Jesús da a Pedro la misión de cuidar de
las ovejas. Para que podamos trabajar en la comunidad Jesús no pregunta si
sabemos muchas cosas. ¡Lo que pide es que tengamos mucho amor!
• Juan 21,15-17: El amor en el centro de la misión. Después de una
noche de pesca en el lago sin pescar ni un pez, al llegar a orillas de la
playa, los discípulos descubren que Jesús había preparado una comida con pan y
pescado asado sobre las brasas. Terminada la comida, Jesús llama a Pedro y le
pregunta tres veces: "¿Me amas?" Tres veces, porque fue por tres
veces que Pedro negó a Jesús (Jn 18,17.25-27). Después de tres respuestas
afirmativas, también Pedro se vuelve hacia el "Discípulo Amado" y
recibe la orden de cuidar de las ovejas. Jesús no pregunta a Pedro si había
estudiado exégesis, teología, moral o derecho canónico. Sólo le
pregunta:"¿Me amas?" El amor en primer lugar. Para las comunidades
del Discípulo Amado la fuerza que las sustenta y que las mantiene unidas no es
la doctrina, sino el amor.
• Juan 21,18-19: La previsión de la muerte. Jesús dice a Pedro: En
verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde
querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y
te llevará adonde tú no quieras. A lo largo de la vida, Pedro y todos vamos
madurando. La práctica del amor se irá estableciendo en la vida y la persona
deja de ser dueña de sí misma. El servicio de amor a los hermanos y hermanas
nos ocupará del todo y nos conducirá. Otro te ceñirá y te llevará adonde tú no
quieras. Este es el sentido del seguimiento. Y el evangelista comenta: “Con
esto indicaba la clase de muerte con que Pedro iba a glorificar a Dios”. Y
Jesús añadió: "Sígueme."
• El amor en Juan – Pedro, ¿me amas? – El Discípulo Amado. La palabra
amor es una de las palabras que más usamos, hoy en día. Por esto mismo, es una
palabra muy desgastada. Pero es con esta palabra que las comunidades del
Discípulo Amado manifestaban su identidad y su proyecto. Amar es ante todo una
experiencia profunda de relación entre personas, donde existe una mezcla de
sentimientos y valores como alegría, tristeza, sufrimiento, crecimiento,
renuncia, entrega, realización, donación, compromiso, vida, muerte, etc. Este
conjunto en la Biblia se resume en una única palabra en lengua hebraica. Esta
palabra es Hesed. Es una palabra de difícil traducción para nuestra lengua. En
nuestras Biblias generalmente se traduce por caridad, misericordia, fidelidad o
amor.
Las comunidades del Discípulo Amado tratan de vivir esta práctica de amor
en toda su radicalidad. Jesús la revela a los suyos en sus encuentros con las
personas, con sentimientos de amistad y de ternura, como, por ejemplo, en su
relación con la familia de Marta en Betania: “Jesús amaba a Marta y a su
hermana y a Lázaro”. Llora ante la tumba de Lázaro (Jn 11,5.33-36). Jesús
encarnó siempre su misión como una manifestación de amor: “Habiendo amado a los
suyos los amó hasta el fin” (Jn 13,1). En este amor Jesús manifiesta su profunda
identidad con el Padre (Jn 15,9). Para las comunidades no había otro
mandamiento que éste: “Actuar como actuaba Jesús” (1Jn 2,6). Esto implica “amar
a los hermanos”(1Jn 2,7-11; 3,11-24; 2Jn 4-6). Siendo un mandamiento tan
central en la vida de la comunidad, los escritos joaneos definen así el amor:
“En esto conocemos el Amor: que el dio su vida por nosotros. Nosotros también
debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos y hermanas”. Por esto no debemos
“amar sólo de palabra, sino dar la vida por nuestros hermanos”.(1Jn 3,16-17).
Quien vive el amor lo manifiesta en sus palabras y actitudes y se vuelve
también Discípula Amada, Discípulo Amado.
4) Para la reflexión personal
• Mira dentro de ti y di cuál es el motivo más profundo que te lleva a
trabajar en comunidad. ¿Es el amor o te preocupan las ideas?
• A partir de las relaciones que tenemos entre nosotros, con Dios y
con la naturaleza, ¿qué tipo de comunidad estamos construyendo?
5) Oración final
Bendice, alma mía, al Señor,
el fondo de mi ser, a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
nunca olvides sus beneficios. (Sal 103,1-2)
el fondo de mi ser, a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
nunca olvides sus beneficios. (Sal 103,1-2)
Orden de los Carmelitas