¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este sábado de la 3a semana
de Pascua.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Juan 6,60-69
Lectio
Sábado, 11 May ,
2019
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que has
renovado por las aguas del bautismo a los que creen en ti; concede tu ayuda a
los que han renacido en Cristo, para que venzan las insidias del mal y
permanezcan siempre fieles a los dones que de ti han recibido. Por nuestro
Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según Juan 6,60-69
Muchos de sus
discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede
escucharlo?» Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban
por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre
subir adonde estaba antes?...«El espíritu es el que da vida; la carne no sirve
para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. «Pero hay
entre vosotros algunos que no creen.» Porque Jesús sabía desde el principio
quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía:
«Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre.»
Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con
él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?» Le
respondió Simón Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida
eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy
trae la parte final del Discurso del Pan de Vida. Se trata de la discusión de
los discípulos entre sí y con Jesús (Jn 6,60-66) y de la conversación de Jesús
con Simón Pedro (Jn 6,67-69). El objetivo es mostrar las exigencias de la fe y
la necesidad de un compromiso firme con Jesús y con su propuesta. Hasta aquí
todo se pasaba en la sinagoga de Cafarnaún. No se indica el lugar para esta
parte final.
• Juan 6,60-63: Sin la
luz del Espíritu no se entienden estas palabras. Muchos discípulos pensaban que
Jesús se estaba yendo ¡demasiado lejos! Estaba acabando con la celebración de
Pascua y se estaba colocando a sí mismo en el lugar más central de la Pascua.
Por ello, mucha gente se desligó de la comunidad y no iba más con Jesús. Jesús
reacciona diciendo: "Es el espíritu que da vida, la carne no sirve para
nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida". No deben tomarse
al pie de la letra las cosas que él dice. Sólo con la ayuda del Espíritu Santo
es posible entender todo el significado de lo que Jesús dijo (Jn 14,25-26;
16,12-13). Pablo dirá en la carta a los Corintios: “¡La letra mata, mientras el
Espíritu da vida!” (2Cor 3,6).
• Juan 6,64-66:
Algunos de vosotros no creen En su discurso Jesús se había presentado como el
alimento que sacia el hambre y la sed de todos aquellos y aquellas que buscan a
Dios. En el primer Éxodo, muchos dudaron de que Dios estuviera con ellos:
“¿Está o no está Yahvé en medio de nosotros?” (Es 17,7) y murmuraban contra
Moisés (Cf. Es 17,2-3; 16,7-8). Querían romper y volver a Egipto. En esta misma
tentación caen los discípulos, dudando de la presencia de Jesús en el partir el
pan. Ante las palabras de Jesús sobre “comer mi carne y beber mi sangre”,
muchos murmuraban como el pueblo en el desierto (Jn 6,60) y tomaron la decisión
de romper con Jesús y con la comunidad “se volvieron atrás y no fueron con él”
(Jn 6,66).
• Juan 6,67-71:
Confesión de Pedro. Al final quedan sólo los doce. Ante la crisis provocada por
sus palabras y sus gestos, Jesús se vuelve hacia sus amigos más íntimos, aquí
representados por los Doce, y les dice: “¿También vosotros queréis marcharos?"
Jesús no hace cuestión de tener a mucha gente que le sigue. No cambia el
discurso cuando el mensaje no agrada. El habla para revelar al Padre y no para
agradar a quién sea. Prefiere permanecer solo, y no estar acompañado por
personas que no se comprometen con el proyecto del Padre. La respuesta de Pedro
es linda: “¿A quién iremos? ¡Tú sólo tienes palabras de vida eterna y nosotros
reconocemos que tú eres el Santo de Dios!” Aún sin entender todo, Pedro acepta
a Jesús como Mesías y cree en él. Profesa en nombre del grupo su fe en el pan
compartido y en la palabra. Jesús es palabra y el pan que sacia al nuevo pueblo
de Dios (Dt 8,3). A pesar de todos sus límites, Pedro no es como Nicodemo que
quería ver todo bien claro según sus propias ideas. Y aún así, entre los doce
había quien no aceptaba la propuesta de Jesús. En este círculo más íntimo
existía un adversario (diablo) (Jn 6,70-71) “quien mi pan compartía, me trata
con desprecio” (Sal 41,10; Jn 13,18).
4) Para la reflexión
personal
• Me pongo en el lugar
de Pedro ante Jesús. ¿Qué respuesta doy a Jesús que me pregunta?: “¿También tú
quieres irte?”
• Me pongo en el lugar
de Jesús. Hoy. Mucha gente está dejando de ir con Jesús. ¿Es culpa de quién?
5) Oración final
¡Ah, Señor, yo soy tu siervo,
tu siervo, hijo de tu
esclava,
tú has soltado mis
cadenas!
Te ofreceré sacrificio
de acción de gracias
e invocaré el nombre del Señor. (Sal 116,16-17)
Orden
de los Carmelitas