domingo, 6 de marzo de 2022

Adorarás al Señor, tu Dios, y a Él solo rendirás culto

¡Amor y paz!

 

Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este Domingo I de Cuaresma, ciclo C.

 

Dios nos bendice...

 

PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro del Deuteronomio    26, 1 – 2. 4-10


Moisés habló al pueblo diciendo:

«El sacerdote tomará la canasta que tú le entregues, la depositará ante el altar, y tú pronunciarás estas palabras en presencia del Señor, tu Dios:

«Mi padre era un arameo errante que bajó a Egipto y se refugió allí con unos pocos hombres, pero luego se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa.

Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron una dura servidumbre. Entonces pedimos auxilio al Señor, el Dios de nuestros padres, y él escuchó nuestra voz. El vio nuestra miseria, nuestro cansancio y nuestra opresión, y nos hizo salir de Egipto con el poder de su mano y la fuerza de su brazo, en medio de un gran terror, de signos y prodigios.

El nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra que mana leche y miel. Por eso ofrezco ahora las primicias de los frutos del suelo, que tú, Señor, me diste.»

Tu depositarás las primicias ante el Señor, tu Dios, y te postrarás delante de él.»

 

Palabra de Dios.

 

SALMO

 

Sal 90, 1-2. 10-11. 12-13. 14-15 (R.: cf. 15b)


R. Estás conmigo, Señor, en el peligro.


Tú que vives al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: «Mi refugio y mi baluarte,
mi Dios, en quien confío.»

No te alcanzará ningún mal,
ninguna plaga se acercará a tu carpa,
porque él te encomendó a sus ángeles
para que te cuiden en todos tus caminos.

Ellos te llevarán en sus manos
para que no tropieces contra ninguna piedra;
caminarás sobre leones y víboras,
pisotearás cachorros de león y serpientes.

«El se entregó a mí, por eso, yo lo libraré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
me invocará, y yo le responderé.
Estaré con él en el peligro,
lo defenderé y lo glorificaré.»

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Roma    10, 5 -13

 

Hermanos:

¿Qué es lo que dice la justicia?: La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, es decir, la palabra de la fe que nosotros predicamos. Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación. Así lo afirma la Escritura: El que cree en él, no quedará confundido.

Porque no hay distinción entre judíos y los que no lo son: todos tienen el mismo Señor, que colma de bienes a quienes lo invocan. Ya que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.


Palabra de Dios

 

EVANGELIO

 

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas    4, 1-13

 

Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. El demonio le dijo entonces: «Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan.» Pero Jesús le respondió: «Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan.»

Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: «Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá.» Pero Jesús le respondió: «Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto.»

Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito:

El dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden.

Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra.»

Pero Jesús le respondió: «Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios.»

Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno.


Palabra del Señor.

 

PARA REFLEXIONAR

  • En el libro del Deuteronomio nos encontramos con la profesión de fe del pueblo escogido. Con la ofrenda anual de las primicias, Israel evocaba el acontecimiento más evidente de toda la historia de la salvación: Dios es quien toma la iniciativa para librarnos de toda esclavitud. En la ofrenda de las primicias el israelita hace memoria agradecida de las intervenciones de Dios en favor de sus padres y de todo el pueblo, que culminan con la entrega de la Tierra Prometida.

***

  • En la carta a los romanos Pablo presenta la profesión de fe del que cree en Jesucristo. Por la fe en Cristo nos es posible a todos los hombres la regeneración y la reconciliación con Dios entre nosotros mismos.

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  • En el Evangelio de Lucas, vemos a Jesús en el desierto orando y ayunando durante cuarenta días. Y luego nos encontramos con el drama de la tentación. En el momento de comenzar su ministerio público Jesús es invitado a reiterar la elección decisiva de su vida de hombre, la que anima y domina todos sus actos.
  • A pesar de las diferentes interpretaciones a las tentaciones de Jesús, hay un núcleo  indiscutible en las tres: su mesianismo, su misión. El diablo presenta las  expectativas de los contemporáneos de Jesús: un Mesías poderoso, prepotente, que  libere a Israel del dominio romano y le devuelva su pasado esplendor.
  • Para el hombre de este tiempo, la gran tentación es la de la independencia respecto a Dios. El mercado, la competencia, la eficacia, se han transformado en nuevos dioses, en nuevos ídolos. La globalización también nos promete todo este poder sobre el mundo si la adoramos. Nos promete dominación y explotación para nuestro beneficio. A este proyecto de globalización Jesús propone el camino del servicio en solidaridad, trayendo lo que fue colocado en los márgenes de la historia al centro. El proyecto de Dios sustituye las ideas de dominio y poder con el de justicia y cooperación. Ese es el reinado del Señor de Señores mientras que el poder y la gloria del mundo pertenecen al adversario de Dios.
  • En el camino de la fe Jesús vence la tentación más radical que pueda presentarse que es la de recurrir a los recursos humanos para lograr la realización del proyecto de Dios, la de ligar la construcción del reino a una realización meramente humana.
  • Las tentaciones de Jesús son también las tentaciones de todo cristiano y de la Iglesia: usar a Dios para defender los propios intereses; creer que el Reino de Dios se construye mucho mejor recurriendo al poder, la riqueza y el prestigio social; en definitiva, creer más en las posibilidades de este mundo que en la levadura del Evangelio.
  • Así como Jesús se niega a aceptar y alentar los prestigios fáciles de la propaganda y de su ascendencia sobre el pueblo, del mismo modo el discípulo debe reconocer que su misión es liberar, no seducir o conquistar. Debe dejar de lado la búsqueda de éxito y de triunfo según el estilo del mundo.

 

PARA DISCERNIR

  • ¿Dónde experimento la tentación cotidiana?
  • ¿Me ayuda el encuentro con la palabra a vencerla?
  • ¿Cuáles son los demonios que me acechan más frecuentemente? ¿Cuáles son las debilidades de las que se aprovechan?

 

ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES

Vicaría de Pastoral