¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este jueves de la 15ª
semana del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: MATEO
11,28-30
Lectio:
Jueves, 19 Julio, 2018
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios, que muestras la
luz de tu verdad a los que andan extraviados, para que puedan volver al buen
camino!, concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de este
nombre y cumplir cuanto en él se significa. Por nuestro Señor.
2) Lectura del
Evangelio
Del Evangelio según Mateo
11,28-30
«Venid a mí todos los que
estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros
mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi
carga ligera.»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy
tiene solo tres versículos (Mt 11,28-30) que forman parte de una pequeña unidad
literaria, una de las más bonitas, en la que Jesús agradece al Padre el que
revele la sabiduría del Reino a los pequeños para esconderla a los doctores y
entendidos (Mt 11,25-30). En el breve comentario que sigue incluiremos toda la
pequeña unidad literaria.
• Mateo 11,25-26: Sólo
los pequeños entienden y aceptan la Buena Nueva del Reino. Jesús reza
así: "Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque
has escondido estas cosas a sabios y a inteligentes y las has revelado a los
pequeños”. Los sabios, los doctores de aquella época habían creado un
sistema de leyes que imponían a la gente en nombre de Dios (Mt 23,3-4).
Pensaban que Dios exigía de la gente estas observancias. Pero la ley del amor,
traída por Jesús, decía el contrario. Lo que importa para salvarnos, no es lo
que hacemos para Dios, sino lo que Dios, en su gran amor, ¡hace por nosotros!
Dios quiere misericordia y no sacrificio (Mt 9,13). La gente pequeña y pobre
entendía esta manera de hablar de Jesús y quedaba alegre. Los sabios decían que
Jesús estaba equivocado. No podían entender su enseñanza. Sí, Padre,
¡en esto te complaces! Le agrada al Padre que los pequeños entiendan
el mensaje del Reino y que los sabios y entendidos ¡no lo entiendan! ¡Si ellos
quieren entenderlo tienen que hacerse alumnos de los pequeños! Este modo de
pensar y enseñar invierte la convivencia y la incomoda.
• Mateo 11,27: El
origen de la nueva Ley: el Hijo reconoce al Padre. Aquello que el
Padre nos tiene que decir, lo entregó a Jesús, y Jesús lo revela a los
pequeños, porque estos se abren a su mensaje. Jesús, el Hijo, conoce al Padre.
Sabe lo que el Padre nos quería comunicar cuando, siglos atrás, entregó su Ley
a Moisés. Hoy también, Jesús está enseñando muchas cosas a los pobres y a los
pequeños y, a través de ellos, a toda su Iglesia.
• Mateo 11,28-30: La
invitación de Jesús que vale hasta hoy. Jesús invita a todos los
que están cansados a que vayan a él para obtener descanso. Nosotros, en las
comunidades de hoy, deberíamos dar continuidad a esta invitación que Jesús
dirigió al pueblo cansado y oprimido bajo el peso de las observancias exigidas
por las leyes de pureza. Él decía: “Aprended de mí que soy manso y
humilde de corazón”. Muchas veces, esta frase fue manipulada para pedir a
la gente sometimiento, mansedumbre y pasividad. Lo que Jesús quiere decir es lo
contrario. Pide que la gente deje de lado a “los sabios y entendidos”,
a los profesores de religión de la época, y empiece a aprender de él, de Jesús,
un campesino del interior de Galilea, sin instrucción superior, que se
dice "manso y humilde de corazón". Jesús no hace como los
escribas que se exaltan por su ciencia, sino que es como la gente que vive
humillada y explotada. Jesús, el nuevo maestro, sabía por experiencia lo que
pasaba en el corazón de la gente y lo que el pueblo sufría. Lo vio y lo conoció
de cerca durante los treinta años en Nazaret.
• La manera que
Jesús tuvo de practicar lo que enseñó en el Sermón de la Misión. Una
pasión se revela en la manera que Jesús tiene de anunciar la Buena Nueva del
Reino. Pasión por el Padre y por el pueblo pobre y abandonado de su tierra.
Allí donde encontraba gente que lo escuchaba, Jesús transmitía la Buena Nueva.
En cualquier lugar. En las sinagogas durante la celebración de
la Palabra (Mt 4,23). En las casas de los amigos (Mt 13,36). Andando por
el camino con los discípulos (Mt 12,1-8). En medio del mar, a
orillas de la playa, sentado en un barco (Mt 13,1-3). En
la montaña, de donde proclamó las bienaventuranzas (Mt 5,1). En
las plazas de aldeas y ciudades, donde la gente le llevaba a
sus enfermos (Mt 14,34-36). En el Templo de Jerusalén, durante
las romerías (Mt 26,55). En Jesús, todo es revelación de
¡aquello que lo animaba por dentro! El no sólo anunciaba la Buena Nueva del
Reino, sino que él mismo era y sigue siendo una muestra viva del Reino.
En él aparece todo aquello que acontece cuando un ser humano deja que
Dios reine en su vida y sea el centro de su vida. El evangelio
de hoy revela la ternura con la que Jesús acoge a los pequeños. El quiere que
encuentren en él paz y descanso. Por su opción a favor de los pequeños y
excluidos Jesús fue criticado y perseguido. ¡Sufrió mucho! Lo mismo acontece
hoy. Cuando una comunidad se abre y trata de ser un lugar de acogida y de
consuelo, de descanso y de paz también para los pequeños y excluidos de hoy,
para los migrantes y extranjeros, muchas personas la critican.
4) Para la reflexión
personal
• ¿Has experimentado
alguna vez el descanso que Jesús prometió?
• Las palabras de Jesús
¿cómo pueden ayudar nuestra comunidad a ser un lugar de descanso para nuestras
vidas?
5) Oración final
Pues en ti Señor está la
fuente de la vida,
y en tu luz vemos la luz.
No dejes de amar a los que te conocen,
de ser fiel con los hombres sinceros. (Sal 36,10-11)
y en tu luz vemos la luz.
No dejes de amar a los que te conocen,
de ser fiel con los hombres sinceros. (Sal 36,10-11)
Orden de los Carmelitas