¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este viernes de la
5ª semana del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: MARCOS
7,31-37
Lectio:
Viernes, 15 febrero,
2019
1) Oración
Vela, Señor, con amor
continuo sobre tu familia; protégela y defiéndela siempre, ya que sólo en ti ha
puesto su esperanza. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Marcos
7,31-37
Se marchó de la región de
Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis.
Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga
la mano sobre él. Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en
los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo,
dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: «¡Ábrete!» Se abrieron
sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba
correctamente. Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se
lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y
decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»
3) Reflexión
En el evangelio de hoy,
Jesús cura a un sordo que tartamudeaba. Este episodio es poco conocido. En el
episodio de la mujer cananea, Jesús supera las fronteras del territorio
nacional y acoge a una mujer extranjera que no era del pueblo y con quien
estaba prohibido conversar. Esa misma apertura sigue en el evangelio de
hoy.
• Marcos 7,31. La región
de la Decápolis. “Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al
mar de Galilea, atravesando la Decápolis” Decápolis significa, literalmente,
Diez Ciudades. Era una región de diez ciudades al sureste de Galilea, cuya
población era pagana.
• Marcos 7,31-35. Abrir
los oídos y soltar la lengua. Un sordo y tartamudo es llevado ante Jesús. La
manera de curarle es diferente. La gente quería que Jesús apenas impusiera las
manos sobre él. Pero Jesús va mucho más allá de lo que le piden. Lleva al
hombre ante la multitud, coloca los dedos en los oídos y con la saliva le toca
la lengua, mira hacia el cielo, da un gemido y dice: “Éffata!”, esto es,
“¡Ábrete!” En ese mismo instante, los oídos del sordo se abrieron y el hombre
empezó a hablar correctamente. ¡Jesús quiere que la gente abra el oído y suelte
la lengua!
• Marcos 7,36-37: Jesús no
quiere publicidad. “Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más
se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y
decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.
Él le prohíbe hablar de su
curación, pero no lo consigue. Aquel que tiene experiencia de Jesús, lo cuenta
a los demás, ¡quiera o no quiera! Las personas que han asistido a la curación
empiezan a proclamar lo que han visto y resumen así la Buena Nueva: "Todo
lo hace bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos". Esta afirmación
de la gente hace recordar la creación, en la que se dice: “Dios vio que todo
era muy bueno.” (Gen 1,31). Y evoca la profecía de Isaías, donde se dice que en
el futuro los sordos oirán y los mudos hablarán (Is 29,28; 35,5. cf. Mt
11,5).
• La recomendación de no
contar nada a nadie. A veces, se exagera la atención que el Evangelio de Marcos
atribuye a la prohibición de divulgar la curación, como si Jesús tuviera un
secreto que hay que conservar. La mayoría de las veces que Jesús hace un
milagro, no pide el silencio. Y una vez hasta pide publicidad (Mc 5,19).
Algunas veces, sin embargo, da orden de no divulgar la curación (Mc 1,44; 5,43;
7,36; 8,26), pero ellos obtienen el resultado contrario. Cuanto más prohíbe,
tanto más la Buena Nueva se difunde (Mc 1,28.45; 3,7-8; 7,36-37). ¡Prohibir no
sirve de nada, pues la fuerza interna de
la Buena Nueva es tan grande
que se divulga por sí misma!
• Apertura creciente en el
evangelio de Marcos. A lo largo de las páginas del evangelio de Marcos hay una
apertura creciente hacia los demás pueblos. Así, Marcos lleva a los lectores y
a las lectoras a abrirse a la realidad del mundo alrededor y a superar ideas
preconcebidas que impiden la convivencia pacífica entre la gente. En su paso
por la Decápolis, la región pagana, Jesús atiende la súplica de la gente del
lugar y cura al sordo tartamudo. No tiene miedo de contaminarse con la impureza
de un pagano, pues lo cura tocándole los oídos y la lengua.
Las autoridades de
los judíos y los discípulos tienen dificultad en escuchar y entender, sin embargo,
un pagano era sordo y tartamudo consigue hablar y oír gracias a Jesús que le toca.
Recuerda el cántico de Isaías: “El Señor Yahvé me ha abierto el oído y no me
resistí” (Is 50,4-5). Al expulsar a los vendedores del templo, Jesús critica el
comercio injusto y afirma que el templo tiene que ser casa de oración para
todos los pueblos (Mc 11,17).
En la parábola de los viñadores homicidas, Marcos
hace alusión a que el mensaje se sacará del pueblo elegido, los judíos, y se
dará a los demás, a los paganos (Mc 12,1-12). Después de la muerte de Jesús,
Marcos presenta la profesión de fe de un pagano a los pies de la cruz. Al citar
al centurión romano y su reconocimiento de Jesús como Hijo de Dios, está
diciendo que el pagano es más fiel que los discípulos y más fiel que los judíos
(Mc 15,39). La apertura hacia los paganos aparece de forma muy clara en la
orden final que Jesús da a los discípulos, después de la resurrección: “Id por
todo o mundo, proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc 16,15).
4) Para la reflexión
personal
• Jesús fue muy abierto hacia las personas de otra raza, de otra religión y de otras costumbres. Los cristianos, hoy, ¿tenemos esta misma abertura? ¿Yo soy abierto?
• Definición de la Buena
Nueva: “¡Jesús hace todas las cosas bien!” ¿Soy Buena Nueva para los otros?
5) Oración final
¡Cantad al Señor un nuevo
canto,
canta al Señor, tierra entera,
cantad al Señor, bendecid su nombre!
Anunciad su salvación día a día. (Sal 96,1-2)
canta al Señor, tierra entera,
cantad al Señor, bendecid su nombre!
Anunciad su salvación día a día. (Sal 96,1-2)
Orden de los Carmelitas