¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este domingo en que
celebramos la solemnidad de los santísimos Cuerpo y Sangre de Cristo, o Corpus
Christi.
Dios os bendice....
LECTIO DIVINA: CORPUS
CHRISTI (B)
Lectio:
Domingo, 3 junio, 2018
Marcos 14,12-16.22-26
1. Oración inicial
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
2. Lectura
a) Clave de lectura:
Hoy, fiesta del Corpus
Christi, la Iglesia nos pone delante la Última Cena, el último
encuentro de Jesús con sus discípulos. Fue un encuentro tenso, lleno de
contradicciones. Judas había decidido traicionar a Jesús (Mc 14,10). Pedro lo
ha negado ya (Mc 14,30). Jesús lo sabía. Pero no perdió la calma, ni el sentido
de la amistad. Al contrario, precisamente en esta Última Cena instituyó la
Eucaristía y realizó el supremo gesto de su amor por ellos (Jn 13,1).
Los cuatro versículos que
describen la Eucaristía (Mc 14,22-25) forman parte de un contexto mucho más
amplio. (Mc 14,1-31). Los diversos sucesos, narrados antes y después de la
Eucaristía, ayudan mucho a entender mejor el significado del gesto de Jesús.
Antes del gesto de la Eucaristía, Marcos narra la decisión tomada por las
autoridades de matar a Jesús (Mc 1,1-2), el gesto de fidelidad de la mujer
anónima que unge a Jesús en vista de su sepultura (Mc 14,3-9), el pacto de la
traición de Judas (Mc 14,10-11), la preparación de la Pascua (Mc 14,12-16) y la
indicación de quién será el traidor (Mc 14,17-21). Después de este gesto, sigue
el aviso de fuga por parte de todos (Mc 14,26-28) y el anuncio de la negación
de Pedro (Mc 14,29-31).
La liturgia de este día talla algo del texto, pero mantiene lo esencial de la narración de la Institución de la Eucaristía (Mc 14,12-16,26-28). En el texto que ofrecemos conservamos los versículos 17-21 y los versículos 27-31, omitidos en el texto de la Misa. En el comentario podremos limitarnos al texto propuesto por la liturgia del día. En el curso de la lectura, pensemos que estamos con Jesús y sus discípulos en la sala, participando de la Última Cena y tratemos de fijar nuestra atención en lo que más nos llame la atención y toca nuestro corazón.
b) Una división del
texto para ayudarnos en la lectura:
Marcos 14,12: Los discípulos
quieren saber dónde celebrar la Pascua
Marcos 14,13-15: Jesús da instrucciones sobre dónde y cómo preparar la Pascua
Marcos 14,16: Los discípulos hacen lo que Jesús les manda hacer
Marcos 14,17-21: El anuncio de la traición de Judas
Marcos 14,22-26: Jesús da un sentido nuevo al pan y al vino
Marcos 14,25-26: Palabras finales
Marcos 14,27-31: El anuncio de la dispersión de todos y de la negación de Pedro
Marcos 14,13-15: Jesús da instrucciones sobre dónde y cómo preparar la Pascua
Marcos 14,16: Los discípulos hacen lo que Jesús les manda hacer
Marcos 14,17-21: El anuncio de la traición de Judas
Marcos 14,22-26: Jesús da un sentido nuevo al pan y al vino
Marcos 14,25-26: Palabras finales
Marcos 14,27-31: El anuncio de la dispersión de todos y de la negación de Pedro
c) El texto:
12 El primer día de los Ázimos, cuando se
sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: «¿Dónde quieres que
vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?» 13Entonces,
envía a dos de sus discípulos y les dice: «Id a la ciudad; os saldrá al
encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle 14 y
allí donde entre, decid al dueño de la casa: `El Maestro dice: ¿Dónde está mi
sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?' 15 Él
os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada;
haced allí los preparativos para nosotros.» 16 Los
discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había
dicho, y prepararon la Pascua.
17 Y al atardecer, llega él con los Doce.18 Y
mientras comían recostados, Jesús dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me
entregará, el que come conmigo.» 19 Ellos empezaron a
entristecerse y a decirle uno tras otro: «¿Acaso soy yo?» 20 Él
les dijo: «Uno de los Doce que moja conmigo en el mismo plato. 21Porque
el Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien
el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!»
22 Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomad, éste es mi cuerpo.» 23 Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. 24 Y les dijo: «Ésta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. 25 Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios.»
26 Y cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos. 27Jesús les dice: «Todos os vais a escandalizar, ya que está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas. 28 Pero después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea.» 29 Pedro le dijo: «Aunque todos se escandalicen, yo no.» 30 Jesús le dice: «Yo te aseguro: hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres.» 31 Pero él insistía: «Aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré.» Lo mismo decían también todos.
22 Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomad, éste es mi cuerpo.» 23 Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. 24 Y les dijo: «Ésta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. 25 Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios.»
26 Y cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos. 27Jesús les dice: «Todos os vais a escandalizar, ya que está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas. 28 Pero después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea.» 29 Pedro le dijo: «Aunque todos se escandalicen, yo no.» 30 Jesús le dice: «Yo te aseguro: hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres.» 31 Pero él insistía: «Aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré.» Lo mismo decían también todos.
3. Un momento de
silencio orante
para que la Palabra de
Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
4. Algunas preguntas
para ayudarnos en la
meditación y en la oración.
a) ¿Cuál es el punto de
este texto que más te ha llamado la atención y porqué?
b) ¿Cuáles son, uno por uno, los diversos sucesos que describe el texto?
c) ¿Cuál es el comportamiento de Jesús ante Judas que lo traiciona y ante Pedro que lo niega?
d) ¿Qué significa el gesto de Jesús que parte el pan diciendo: “¡Tomad y comed! ¡Esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros!”? ¿Cómo ayuda este texto a entender mejor la Eucaristía?
e) Mira en el espejo del texto, entra en tu corazón y pregúntate: “¿Soy como Pedro que negó? ¿Soy como Judas que traicionó? ¿Soy como los doce que huyeron? ¿O soy como la mujer anónima que permanece fiel?" (Mc 14,3-9).
b) ¿Cuáles son, uno por uno, los diversos sucesos que describe el texto?
c) ¿Cuál es el comportamiento de Jesús ante Judas que lo traiciona y ante Pedro que lo niega?
d) ¿Qué significa el gesto de Jesús que parte el pan diciendo: “¡Tomad y comed! ¡Esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros!”? ¿Cómo ayuda este texto a entender mejor la Eucaristía?
e) Mira en el espejo del texto, entra en tu corazón y pregúntate: “¿Soy como Pedro que negó? ¿Soy como Judas que traicionó? ¿Soy como los doce que huyeron? ¿O soy como la mujer anónima que permanece fiel?" (Mc 14,3-9).
5. Para aquéllos que
desean profundizar más en el texto
a) Contexto:
Estamos en la sala de la
Última Cena. Los acontecimientos de los dos anteriores días aumentaron la
tensión entre Jesús y las autoridades. La entrada solemne de Jesús en Jerusalén
(Mc 11,1-11), la expulsión de los vendedores del templo (Mc 11,12-26), las
discusiones con los sacerdotes, los escribas y los ancianos (Mc 11,27 a 12,12),
con los fariseos y herodianos (Mc 12,13-17), con los saduceos (Mc 12,18-27),
con los escribas (Mc 12,28-40), la reflexión sobre las ofrendas de los ricos y
de los pobres (Mc 12,41-44), el anuncio de la destrucción del templo (Mc
13,1-3) y el discurso del juicio final (Mc 13,4-37): todo esto hace crecer la
oposición de los grandes contra Jesús. Por un lado la mujer anónima, una
discípula fiel, que aceptaba a Jesús como Mesías y crucificado (Mc 14,2-9). Por
otro lado, los discípulos que no conseguían entender y mucho menos aceptar la
Cruz, y que querían huir, negar y traicionar (Mc 14,17-21.27-31). Y en medio de
este ambiente tenso y amenazador, llega el gesto de amor de Jesús que se da
totalmente partiendo el pan para sus discípulos.
En los años 70, época de Marcos, muchos cristianos por miedo, habían rechazado, negado o traicionado su fe. Y ahora se preguntaban: “Hemos roto la relación con Jesús. ¿No sucederá que también Él rompa su relación con nosotros? Quizás podamos volver”. No había una respuesta clara. Jesús no ha dejado nada escrito. Y fue reflexionando sobre los hechos y recordando el amor de Jesús como los cristianos fueron descubriendo la respuesta. Como veremos en el comentario, Marcos, en el modo de describir la Última Cena, comunica la respuesta que descubre a estas preguntas de las comunidades. Y es ésta: la acogida y el amor de Jesús superan el abatimiento y el fallo de los discípulos. ¡El regreso es siempre posible!
b) Comentario del
texto:
Marcos 14,12-16: Preparación
de la Cena Pascual.
En total contraste con la
discípula anónima que ungió a Jesús, Judas, uno de los doce, decide
traicionarlo y conspiró con los enemigos que le prometieron dinero (Mc
24,10-12). Jesús sabe que será traicionado. Pero, aun así, trata de fraternizar
con los discípulos en la última cena. Seguramente que han gastado mucho dinero
para alquilar “aquella sala grande, al piso superior, con tapetes” (Mc 14,15).
Además, siendo la noche de pascua, la ciudad está que rebosa de gente que está
de paso. Por lo que la población se triplicaba. Era difícil encontrar una sala
para reunirse.
En la noche de Pascua, las familias llegadas de todas las partes del país, cargaban su propio cordero para ser sacrificado en el templo, y luego, cada familia en una celebración íntima y muy familiar en casa, celebraban la Cena Pascual y comían el cordero. La celebración de la Cena Pascual estaba presidida por el padre de familia. Por esto Jesús presidía la ceremonia y celebraba la pascua junto a sus discípulos, su nueva “familia” (cf. Mc 3,33-35).
Aquella “sala grande al piso superior” quedó en la memoria de los primeros cristianos como el lugar de la primera eucaristía. Es allí donde se reúnen después de la Ascensión del Señor Jesús (Act 1,13) y allí estaban reunidos cuando descendió el Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Act 2,1). Pudo ser la sala donde se reunían para rezar durante la persecución (Act 4,23.31) y donde Pedro los encontró después de su liberación (Act 12,12). La memoria es concreta, ligada a los tiempos y lugares de la vida.
Marcos 14,22-26: La
Eucaristía: el gesto supremo de amor.
El último encuentro de
Jesús con los discípulos se desarrolla en el ambiente solemne de la tradicional
celebración de Pascua. El contraste es muy grande. Por un lado, los discípulos,
que se sienten inseguros y no entienden nada de lo que sucede. Por otro lado,
Jesús tranquilo y señor de la situación, que preside la cena y realiza el gesto
de partir el pan, invitando a los amigos a tomar su cuerpo y su sangre.
Él hace aquello por lo que
siempre oró: dar su vida a fin de que sus amigos pudiesen vivir. Y este es el
sentido profundo de la Eucaristía: aprender de Jesús a distribuirse, a darse,
sin miedo de las fuerzas que amenazan la vida. Porque la vida es más fuerte que
la muerte. La fe en la resurrección anula el poder de la muerte.
Terminada la cena,
saliendo con sus amigos hacia el Huerto, Jesús anuncia que todos lo
abandonarán: ¡Huirán o se dispersarán!. Pero ya les avisa: “¡Después de
la resurrección os precederé en Galilea!”. ¡Ellos rompen las relaciones con
Jesús, pero Jesús no las rompe con ellos! Él continúa esperándolos en Galilea,
en el mismo lugar donde tres años antes los había llamado por primera vez. O
sea, la certeza de la presencia de Jesús en la vida del discípulo ¡es más
fuerte que el abandono y la fuga! Jesús continúa llamando. ¡El regreso es
siempre posible! Y este anuncio de Marcos para los cristianos de los años
setenta es también para todos nosotros.
Por su modo de describir
la Eucaristía, Marcos acentúa todavía más el contraste entre el gesto de Jesús
y la conducta de los discípulos. Antes del gesto de amor habla de la traición
de Judas (Mc 14,17-21) y, después del gesto de Jesús, habla del anuncio de la
negación de Pedro y de la huida de los discípulos (Mc 14,26-31). De este modo
pone el acento en el amor incondicional de Jesús, que supera la traición, la
negación y la fuga de los amigos. ¡Es la revelación del amor gratuito del
Padre! Quien lo experimentó dirá: “¡Ni las potestades, ni la altura ni
la profundidad. ni ninguna otra criatura podrá jamás separarnos del amor de
Dios, en Cristo Jesús, nuestro Señor! (Rom. 8,39).
c) Ahondando en el
tema:
* La celebración de la
Pascua en tiempos de Jesús
La Pascua era la fiesta
principal de los judíos. En ella se conmemoraba la liberación de la esclavitud
de Egipto, que se encuentra a los orígenes del pueblo de Dios. Pero más que una
simple memoria del Éxodo, la Pascua era una puerta que se abría de nuevo cada
año, a fin de que todas las generaciones pudiesen tener acceso a aquella acción
liberadora de Dios que, en el pasado, había generado el pueblo. Mediante la
celebración de la Pascua, cada generación, cada persona, bebían de la misma
fuente de la que habían bebido los padres en el pasado, al ser liberados de la
esclavitud de Egipto. La celebración era como un renacimiento anual.
En tiempo de Jesús, la
celebración de la Pascua se hacía de modo tal que los participantes pudiesen
recorrer el mismo camino que fue recorrido por el pueblo, después de la
liberación de Egipto. Para que esto pudiese suceder, la celebración se
desarrollaba con muchos símbolos: hierbas amargas, cordero mal asado, pan sin
levadura, cáliz de vino y otros. Durante la celebración, el hijo menor debía
preguntar al padre: “Papá, ¿por qué esta noche es diversa de las otras?¿Por qué
comemos hierbas amargas? ¿Por qué el cordero está a medio asar?¿Por qué el pan
no tiene levadura?” Y el padre respondía, narrando con libertad los hechos del
pasado: “Las hierbas amargas nos permiten experimentar la dureza y amargura de
la esclavitud. El cordero mal cocinado evoca la rapidez de la acción divina que
libera al pueblo. El pan no fermentado indica la necesidad de renovación y de
conversión constante. Recuerda también la falta de tiempo para preparar todo,
siendo como es muy rápida la acción divina”. Este modo de celebrar la Pascua,
presidida por el padre de familia, daba libertad y creatividad al presidente en
el modo de conducir la celebración.
* Eucaristía: La
Pascua celebrada por Jesús en la Última Cena
Fue con la intención de
celebrar la Pascua de los judíos, cuando Jesús a la vigilia de su muerte, se
reunió con sus discípulos. Era su último encuentro con ellos. Por esto lo
llamamos encuentro de la “Última Cena” (Mc 14,22-26; Mt 26, 26-29; Lc
22,14-20). Muchos aspectos de la Pascua de los judíos continúan siendo válidos
para la celebración de la Pascua de Jesús y son el fondo. Ayudan a entender
toda la portada de la Eucaristía.
Aprovechando de la libertad que el ritual le daba, Jesús dio un nuevo significado a los símbolos del pan y del vino. Cuando distribuye el pan, dice: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo entregado por vosotros” Cuando distribuye el cáliz con el vino, dice: “Tomad y bebed, ésta es mi sangre derramada por vosotros y por todos”. Y finalmente, sabiendo que se trataba del último encuentro, la “última cena”, Jesús dice: “Ya no beberé más del fruto de la vid hasta el día en el que lo beberé de nuevo en el reino de Dios”. (Mc 14,25). De este modo Él unía su dedicación, simbolizada en el pan partido y compartido, a la utopía del Reino.
Aprovechando de la libertad que el ritual le daba, Jesús dio un nuevo significado a los símbolos del pan y del vino. Cuando distribuye el pan, dice: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo entregado por vosotros” Cuando distribuye el cáliz con el vino, dice: “Tomad y bebed, ésta es mi sangre derramada por vosotros y por todos”. Y finalmente, sabiendo que se trataba del último encuentro, la “última cena”, Jesús dice: “Ya no beberé más del fruto de la vid hasta el día en el que lo beberé de nuevo en el reino de Dios”. (Mc 14,25). De este modo Él unía su dedicación, simbolizada en el pan partido y compartido, a la utopía del Reino.
Eucaristía quiere decir
celebrar la memoria de Jesús que da su vida por nosotros, a fin de que nos sea
posible vivir en Dios y tener acceso al Padre. He aquí el sentido profundo de
la Eucaristía: hacer presente en medio de nosotros y experimentar en la propia
vida, la experiencia de Jesús que se da, muriendo y resucitando.
* La celebración de la
Eucaristía por parte de los primeros cristianos
No siempre los cristianos
han conseguido mantener este ideal de la Eucaristía. En los años cincuenta,
Pablo critica a la comunidad de Corinto porque cuando celebraban la
cena del Señor hacían exactamente lo contrario, porque algunos
comen primero su cenay así uno tiene hambre, el otro está borracho (1Cor
11,20-22). Celebrar la Eucaristía como memorial de Jesús quiere decir
asumir el proyecto de Jesús. Quiere decir asimilar el proyecto de Jesús. Quiere
decir imitar su vida compartida, puesta completamente al servicio de la vida de
los pobres.
Al final del primer siglo,
el evangelio de Juan, en vez de describir el rito de la Eucaristía, describe
cómo Jesús se arrodilla para cumplir el servicio más común en aquel
tiempo: lavar los pies. Al término de aquel servicio, Jesús no
dice: “Haced esto en memoria mía” (como en la institución de
la Eucaristía en Lc 22,19; 1Cor 11,24), sino que dice: “Haced lo que yo
he hecho” (Jn 13,15). En vez de ordenar que se repita el rito, el
evangelio de Juan pide actitudes de vida que mantenga viva la memoria del don
sin límite que Jesús hace de sí mismo. Los cristianos de la comunidad de Juan
sentían la necesidad de insistir más en el significado de la Eucaristía como
servicio, que del rito en sí.
*Resumiendo
Olvidar la riqueza de la
Pascua de los Judíos, cuando se celebra una Eucaristía, es como tirar por
tierra la pared donde está colgado el cuadro. La riqueza de la celebración de
la Pascua, tal como se hacía en el Viejo Testamento y en el tiempo de Jesús,
ayuda a profundizar el sentido de la Eucaristía y evita la rutina que banaliza
todo. Haciendo un resumen de todo lo visto, he aquí algunos aspectos que pueden
enriquecer nuestras celebraciones:
• Tomar conciencia de la opresión en la que vivimos todavía – masticar hierbas amargas.
• Recordar la liberación de la opresión – la respuesta del padre a la pregunta del hijo
• Experimentar la rapidez de la fuerza liberadora de Dios – carne mal cocida y pan sin levadura
• Celebra la Alianza, asumir de nuevo el compromiso – comprometerse comiendo el pan que Jesús ofrece.
• Dar gracias a Dios por las maravillas de Dios en nosotros – gestos de alabanza
• Reanimar la fe, la esperanza el amor – animación recíproca
• Recordar todo lo hecho y lo no hecho aun – recordar lo que Dios hizo por nosotros
• Recrear en nosotros el mismo don que Jesús hizo de sí – lavar los pies
• Vivir la pasión, la muerte y la resurrección – del misterio permanente de la vida
• Recibir la comunión, generadora de fraternidad – gestos de paz y ayuda.
6. Orar con un Salmo:
Salmo 16 (15)
El Señor es la parte de
mi heredad.
Guárdame, oh Dios, que en
ti me refugio.
Digo a Yahvé: «Tú eres mi Señor,
mi bien, nada hay fuera de ti».
Pero ellos dicen a los santos de la tierra:
«¡Magníficos, todo mi gozo en ellos!».
Sus ídolos abundan, tras ellos van corriendo.
Pero no les haré libaciones de sangre,
ni mis labios pronunciarán sus nombres.
Digo a Yahvé: «Tú eres mi Señor,
mi bien, nada hay fuera de ti».
Pero ellos dicen a los santos de la tierra:
«¡Magníficos, todo mi gozo en ellos!».
Sus ídolos abundan, tras ellos van corriendo.
Pero no les haré libaciones de sangre,
ni mis labios pronunciarán sus nombres.
Yahvé es la parte de mi
herencia y de mi copa,
tú aseguras mi suerte:
me ha tocado un lote precioso,
me encanta mi heredad.
Bendigo a Yahvé, que me aconseja;
aun de noche me instruye la conciencia;
tengo siempre presente a Yahvé,
con él a mi derecha no vacilo.
Por eso se me alegra el corazón,
sienten regocijo mis entrañas,
todo mi cuerpo descansa tranquilo;
pues no me abandonarás al Seol,
no dejarás a tu amigo ver la fosa.
tú aseguras mi suerte:
me ha tocado un lote precioso,
me encanta mi heredad.
Bendigo a Yahvé, que me aconseja;
aun de noche me instruye la conciencia;
tengo siempre presente a Yahvé,
con él a mi derecha no vacilo.
Por eso se me alegra el corazón,
sienten regocijo mis entrañas,
todo mi cuerpo descansa tranquilo;
pues no me abandonarás al Seol,
no dejarás a tu amigo ver la fosa.
Me enseñarás el camino de
la vida,
me hartarás de gozo en tu presencia,
de dicha perpetua a tu derecha.
me hartarás de gozo en tu presencia,
de dicha perpetua a tu derecha.
7. Oración final
Señor Jesús, te damos
gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que
tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo
que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos
no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y
reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los
siglos. Amén.
Orden de los Carmelitas