Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio
y el comentario, en este lunes de la 6ª. Semana de Pascua.
Dios nos bendice...
Evangelio según San Juan 15,26-27.16,1-4a.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí. Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio. Les he dicho esto para que no se escandalicen. Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios. Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho.»
Comentario
A partir de esta sexta semana de Pascua la Iglesia
quiere que nuestra atención se concentre cada vez más en la llegada de la
Promesa, es decir, el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo.
No hay mejor camino para enamorarnos del Espíritu
Divino que escuchar a Jesús cómo predica de su presencia, su eficacia y sus
dones, y ello es lo que nos ofrecen los textos del evangelio de hoy y de los
días siguientes.
Al Espíritu, en efecto, se le conoce
fundamentalmente por su obra, y sólo después por su presencia. No está “ante”
nosotros como Cristo, sino que percibimos su efecto en el modo como nos
transforma consolándonos, educándonos, cambiando nuestra voluntad hacia el Bien
y el Amor, es decir, para expresarlo de un modo corto: divinizándonos.
Hoy Jesús nos enseña que el Espíritu “da
testimonio” de él. El Espíritu es el “Gran Testigo” cuyo testimonio se apodera
de nuestro entendimiento induciéndolo de modo suavísimo y firmísimo a la vez al
perfecto asentimiento a la palabra predicada. Guiados por el susurro de este
testimonio interior que nos convence y fortalece, llegamos a proclamar la fe,
con lo cual este Testigo nos hace testigos. ¡Ven, ven Espíritu de Dios, ven
Espíritu Santo!
http://fraynelson.com/homilias.html.