¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este sábado después
de Epifanía.
Dios nos bendice...
LECTIO: JUAN 3,22-30
Lectio:
Sábado, 12 enero,
2019
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y
eterno: tú que nos has hecho renacer a una vida nueva por medio de tu Hijo,
concédenos que la gracia nos modele a imagen de Cristo, en quien nuestra
naturaleza mortal se une a tu naturaleza divina. Por nuestro Señor. Amen.
2) Lectura
Del santo Evangelio según
Juan 3,22-30
Después de esto, se fue
Jesús con sus discípulos al país de Judea; y allí se estaba con ellos y
bautizaba. Juan también estaba bautizando en Ainón, cerca de Salín, porque
había allí mucha agua, y la gente acudía y se bautizaba. Pues todavía Juan no
había sido metido en la cárcel.
Se suscitó una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación. Fueron, pues, a Juan y le dijeron: «Rabbí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, aquel de quien diste testimonio, mira, está bautizando y todos se van a él.» Juan respondió:
«Nadie puede recibir nada si no se le ha dado del cielo.
«Vosotros mismos me sois testigos de que dije: `Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él.'
El que tiene a la novia es el novio;
pero el amigo del novio,
el que asiste y le oye,
se alegra mucho con la voz del novio.
Esta es, pues, mi alegría, que ha alcanzado su plenitud.
Es preciso que él crezca
y que yo disminuya.
Se suscitó una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación. Fueron, pues, a Juan y le dijeron: «Rabbí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, aquel de quien diste testimonio, mira, está bautizando y todos se van a él.» Juan respondió:
«Nadie puede recibir nada si no se le ha dado del cielo.
«Vosotros mismos me sois testigos de que dije: `Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él.'
El que tiene a la novia es el novio;
pero el amigo del novio,
el que asiste y le oye,
se alegra mucho con la voz del novio.
Esta es, pues, mi alegría, que ha alcanzado su plenitud.
Es preciso que él crezca
y que yo disminuya.
3) Reflexión
• Tanto Juan Bautista como
Jesús indican al pueblo un nuevo rumbo. Pero Jesús, después de haber adherido
al movimiento de Juan Bautista y de haber sido bautizado por él, dio un paso
más y creó su propio movimiento. Llegó a bautizar a la gente en el río Jordán
al mismo tiempo que Juan Bautista. Ambos atraían a la gente pobre y abandonada
de Palestina, anunciando la llegada de la Buena Nueva del Reino de Dios.
• Jesús, el nuevo
predicador, llevaba una cierta ventaja sobre Juan Bautista. Bautizaba a más
gente y atraía a más discípulos. Surgió entonces una tensión entre los
discípulos de Juan y los de Jesús respecto de la ‘purificación’, es decir,
respecto del valor del bautismo. Los discípulos de Juan Bautista sentían una
cierta envidia y fueron a hablar con Juan para informarle del movimiento de
Jesús.
• La respuesta de Juan a
sus discípulos es una linda respuesta, que revela la grandeza de alma. Juan
ayudó a sus discípulos a que vieran las cosas con más objetividad. Se sirvió de
tres argumentos:
a) Nadie recibe nada de no
ser aquello que le fue dado por Dios. Si Jesús hace cosas tan bonitas es porque
las recibió de Dios (Jn 3,27). En vez de envidia, los discípulos deberían
sentir alegría.
b) Juan afirma, de nuevo,
que él, Juan, no es el Mesías sino apenas su precursor (Jn 3,28).
c) Al final, se sirve de
una comparación sacada de los festejos en ocasión de una boda. En aquel tiempo,
en Palestina, un día de bodas, en casa de la novia, los así llamados “amigos
del novio” esperaban la llegada del novio para poder presentarlo a la novia. En
este caso, Jesús es el novio, el pueblo es la novia y Juan es el amigo del
novio. Juan Bautista dice que, en la voz de Jesús, reconoció la voz del novio y
pudo presentarlo a la novia, a la gente. En ese momento la novia, la gente,
deja de lado al amigo del novio y va detrás de Jesús, porque en él reconoce la
voz de su novio. Por ello es grande la alegría de Juan “alegría completa”.
¡Juan no quiere nada para sí! ¡Su misión consiste en presentar el novio a la
novia! La frase final lo resume todo: "Es necesario que él crezca y que yo
disminuya." Esta frase es también el programa de cualquier persona
seguidora de Jesús.
• En aquel final del siglo
primero, tanto en Palestina como en Asia Menor, allí donde había una comunidad
de judíos, había también gente que había estado en contacto con Juan Bautista o
que había sido bautizada por él (He 19,3). Vistos desde fuera, el movimiento de
Juan Bautista y el de Jesús eran muy similares entre sí. Los dos anunciaban la
llegada del Reino (cf. Mt 3,1-2; 4,17). Debe de haber habido una cierta
confusión y tensión entre los seguidores de Juan y los de Jesús. Por esto era
tan importante el testimonio de Juan sobre Jesús. Todos los cuatro evangelios
se preocupaban de relatar las palabras de Juan Bautista diciendo que él no era
el Mesías. Para las comunidades cristianas, la respuesta de Juan "Es
necesario que él crezca y que yo disminuya" valía no solamente para
los discípulos de Juan de la época de Jesús, sino que también para los
discípulos de las comunidades de Juan Bautista, de finales del siglo primero.
4) Para la reflexión
personal
• “Es necesario que él
crezca y que yo disminuya.”. Es el programa de Juan. ¿Es también mi
programa?
• Lo que importa es que la novia encuentre al novio. Somos portadores, nada más. ¿Yo lo soy?
• Lo que importa es que la novia encuentre al novio. Somos portadores, nada más. ¿Yo lo soy?
5) Oración final
Alaben su nombre entre
danzas,
haciendo sonar tambores y cítaras.
Porque el Señor se complace en su pueblo,
adorna de salvación a los desvalidos. (Sal 149,3-4)
haciendo sonar tambores y cítaras.
Porque el Señor se complace en su pueblo,
adorna de salvación a los desvalidos. (Sal 149,3-4)
Orden de los Carmelitas