lunes, 21 de agosto de 2017

«Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y vente conmigo» 

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios y el comentario, en este lunes de la 20ª semana del tiempo ordinario.

Dios nos bendice...

Primera lectura

Lectura del libro de los Jueces (2,11-19):

En aquellos días, los israelitas hicieron lo que el Señor reprueba, dieron culto a los ídolos; abandonaron al Señor, Dios de sus padres, que los había sacado de Egipto, y se fueron tras los otros dioses, dioses de las naciones vecinas, y los adoraron, irritando al Señor. Abandonaron al Señor y dieron culto a Baal y a Astarté. El Señor se encolerizó contra Israel: los entregó a bandas de saqueadores que los saqueaban, los vendió a los enemigos de alrededor, y los israelitas no podían resistirles. En todo lo que emprendían, la mano del Señor se les ponía en contra, exactamente como él les había dicho y jurado, llegando así a una situación desesperada. Entonces el Señor hacía surgir jueces, que los libraban de las bandas de salteadores; pero ni a los jueces hacían caso, sino que se prostituían con otros dioses, dándoles culto, desviándose muy pronto de la senda por donde habían caminado sus padres, obedientes al Señor. No hacían como ellos. Cuando el Señor hacía surgir jueces, el Señor estaba con el juez; y, mientras vivía el juez, los salvaba de sus enemigos, porque le daba lástima oírlos gemir bajo la tiranía de sus opresores. Pero, en cuanto moría el juez, recaían y se portaban peor que sus padres, yendo tras otros dioses, rindiéndoles adoración; no se apartaban de sus maldades ni de su conducta obstinada.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 105,34-35.36-37.39-40.43-44

R/.
 Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo

No exterminaron a los pueblos
que el Señor les había mandado;
emparentaron con los gentiles,
imitaron sus costumbres. R/.

Adoraron sus ídolos y cayeron en sus lazos;
inmolaron a los demonios sus hijos y sus hijas. R/.

Se mancharon con sus acciones
y se prostituyeron con sus maldades.
La ira del Señor se encendió contra su pueblo,
y aborreció su heredad. R/.

Cuántas veces los libró;
mas ellos, obstinados en su actitud,
perecían por sus culpas;
pero él miró su angustia,
y escuchó sus gritos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (19,16-22):

En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: «Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.»
Él le preguntó: «¿Cuáles?»
Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.»
El muchacho le dijo: «Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?»
Jesús le contestó: «Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo– y luego vente conmigo.»
Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.

Palabra del Señor

Comentario

1. Un Círculo Vicioso

1.1 La repetición estéril de una misma serie de cosas suele llamarse un “círculo vicioso” : algo que da vueltas sobre un mismo eje y vuelve sin provecho al mismo punto de partida, para luego reiniciar su recorrido inútil.

1.2 Círculo vicioso es lo que nos presenta la primera lectura de hoy: el pueblo peca, le va mal, clama al Señor, el Señor envía un “juez”, el juez salva al pueblo, el pueblo se siente seguro, y entonces... el pueblo peca, le va mal, clama al Señor, y así sucesivamente, en una repetición estéril.

1.3 Círculo vicioso es nuestra vida, cuando vuelve una y otra vez a sus mismas culpas, cuando se expone una y otra vez a sus mismos riesgos para recaer una y otra vez en las mismas tentaciones.

1.4 Y hay algo triste: pocas cosas hacen tanto daño a la fe como recaer en los mismos pecados, que ya han sido confesados y absueltos.¿Por qué? Porque la gran verdad que nos da fuerza y esperanza es que Dios salva, y el pecado repetido es como una demostración vigorosa de que la salvación no ha podido en realidad cambiarnos. En el mediano o largo plazo este mensaje se impone en nuestra mente y puede llevarnos a sentimientos de desesperanza o de cinismo.

 

2. Un círculo se vuelve espiral


2.1 Sigamos con las figuras de la geometría. Una espiral se parece a un círculo, pero en realidad es más, porque es un círculo que avanza, un círculo que camina.

2.2 Si miramos bien la historia del libro de los Jueces, descubriremos que no estamos exactamente ante un “círculo” sino más bien ante una “espiral”. Si la repetición tuviera la última palabra, todavía estarían los israelitas gimiendo y pidiendo nuevos jueces que les liberasen de los filisteos. La verdad es que Dios es Señor de la historia y él no deja que nuestra vida quede prisionera de un círculo estéril. Tarde o temprano termina el tiempo de los “jueces” y es preciso abrirse al misterio y ministerio de la profecía, según nos enseña la secuencia misma de la historia bíblica.

2.3 En efecto, pronto, en nuestro caminar litúrgico de la Santa Misa, veremos cómo un hombre, Samuel, marca el final de este tiempo heroico pero en el fondo estéril y abre con su boca una expresión más clara y eficaz del querer divino. Será esa voz, la voz de los profetas, la que eche a andar el círculo, y haga de él una espiral, un camino, una flecha que apunta hacia la gracia y la gloria.

 

3. Uno que quería más


3.1 Hay una palabra que está haciendo furor, y que parece haber llegado para quedarse: “extremo”. Los deportes “extremos”, música “extrema”, experiencias “extremas”, cine “extremo”, etc.

3.2 Para sorpresa nuestra, todo indica que Jesús se adelantó veinte siglos a esa terminología. Y a un joven que quería una experiencia “extrema” lo llevó más allá de su límite: le propuso el extremo del extremo: “vende todo lo que tienes, dales el dinero a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme”.

3.3 Creo que es interesante el modo de obrar de Jesús. Pensemos en el caso de los jóvenes, de tantos jóvenes que conocemos. ¿Qué hacemos cuando les vemos buscar cosas y sensaciones extremas? Usualmente criticamos, nos lamentamos, murmuramos de ellos. Jesús hace algo distinto. Lleva el extremo a su límite, y así revela la verdad que hay en el corazón de cada uno. ¿No es admirable?


http://fraynelson.com/homilias.html.