lunes, 31 de enero de 2011

¿Nos preocupan los que aún ignoran el Evangelio?

¡Amor y paz!

Me gusta mucho observar en el contador de visitas que el blog es ‘visitado’ a veces por gente de países tan distantes como Rusia o China. Pero me preocupa si esas ‘visitas’ son para leer el Evangelio que publico acá todos los días en español. Me anima la idea de que puedan ser personas de habla hispana.

En todo caso,  la lectura del Evangelio y el comentario de hoy me hace reflexionar acerca de los destinatarios de la evangelización. Una pregunta en particular me llamó la atención: ¿Me preocupo yo de todos los que aún ignoran el Evangelio? Es que, como se afirma a continuación, hay sectores humanos no evangelizados en todas partes. Y no hay que ir muy lejos: el vecino de al lado puede no conocer la persona, las palabras, la obra de Jesucristo.

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este lunes de la 4ª. Semana del Tiempo Ordinario.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Marcos 5,1-20.
Llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro. El habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo. Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante él, gritando con fuerza: "¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!". Porque Jesús le había dicho: "¡Sal de este hombre, espíritu impuro!". Después le preguntó: "¿Cuál es tu nombre?". El respondió: "Mi nombre es Legión, porque somos muchos". Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella región. Había allí una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña. Los espíritus impuros suplicaron a Jesús: "Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos". El se lo permitió. Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara -unos dos mil animales- se precipitó al mar y se ahogó. Los cuidadores huyeron y difundieron la noticia en la ciudad y en los poblados. La gente fue a ver qué había sucedido. Cuando llegaron a donde estaba Jesús, vieron sentado, vestido y en su sano juicio, al que había estado poseído por aquella Legión, y se llenaron de temor. Los testigos del hecho les contaron lo que había sucedido con el endemoniado y con los cerdos. Entonces empezaron a pedir a Jesús que se alejara de su territorio. En el momento de embarcarse, el hombre que había estado endemoniado le pidió que lo dejara quedarse con él. Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: "Vete a tu casa con tu familia, y anúnciales todo lo que el Señor hizo contigo al compadecerse de ti". El hombre se fue y comenzó a proclamar por la región de la Decápolis lo que Jesús había hecho por él, y todos quedaban admirados. 
Comentario
Esta semana entraremos en una fase de la vida de Jesús en la que se acentúa la formación práctica de sus discípulos a su misión futura.

--milagros muy significativos realizados delante de ellos solos, sin la presencia de la muchedumbre...

--envío en misión para un primer período de prácticas de apostolado...

-Jesús y los doce atravesaron el lago y fueron al país de los Gerasenos.
Algo muy importante para Marcos que ¡escribe para paganos convertidos, en Roma! Es la primera vez que Jesús pasa voluntariamente una frontera, y que toma contacto con el mundo pagano de su tiempo. Se lleva consigo a sus "doce".

Gerasa, ¡país de misión! "Francia, país de misión", título de un libro célebre unos años atrás. Mundo entero, país de misión.

Como Jesús, ¿me preocupo yo de todos los que aún ignoran el evangelio? Hay sectores humanos no evangelizados en todas partes.

-Un hombre poseído de un "espíritu impuro" fue al encuentro de Jesús... Tenía su morada en los "sepulcros"... y ni aun con "cadenas", nadie podía sujetarle... 

Pues muchas veces le habían puesto "grillos" y cadenas... Pero los había roto.. y nadie podía dominarle.

Todos estos términos tienen un valor simbólico: tratan de sugerir la situación verdaderamente dramática del "hombre no-evangelizado".

Está dominado por fuerzas oscuras: Jesús pondrá en evidencia enseguida, la potencia maléfica y prolífera de esas fuerzas... "Mi nombre es Legión, pues ¡somos muchos!" (La "legión" romana constaba de 6.000 soldados).

Visto por un judío, el pagano es un hombre condenado a la muerte; vive ya "en los sepulcros" en medio de la podredumbre y de osamentas impuras. Los "cerdos", animales impuros y repugnantes para un judío, son su única compañía: le está prohibido comer su carne (Lv 11, 7-8).

En fin, el hombre no-evangelizado es un hombre "trabado" "encadenado", no libre. ¿No conservo quizá yo mismo también algunas cadenas y ligaduras? Todas estas imágenes nos dejan adivinar la importancia del gesto misionero que va a hacer Jesús: ¡Viene para liberar al hombre! Cualquiera que sea su degradación -aquel geraseno era un verdadero "monstruo" humano- ¡el hombre puede ser radicalmente curado y transformado por Jesús!

He aquí la buena nueva. Las miIes de pasiones que lo deformaban, la Legión de demonios que lo habitaban, han sido vencidos.

Jesús es más fuerte que las fuerzas maléficas del hombre.

-Las gentes fueron a ver lo que había sucedido... Ven al endemoniado "sentado", "vestido" y en su "sano juicio"...

El hombre se fue y comenzó a predicar en la Decápolis cuanto le había hecho Jesús.

De un bruto inmundo Jesús ha hecho un hombre equilibrado, normal, un hombre en su "sano juicio", un hombre cuya vida tiene un sentido, e incluso un apóstol, pues va a los suyos -paganos como él antes- y les anuncia la buena nueva de la transformación que Jesús ha obrado en él.

Dos advertencias para orar a partir de este texto: la frontera del paganismo pasa por nuestro propio corazón -hay en mí algunos sectores que hay que salvar-... la misión es una característica esenciaI de la Iglesia- hay que ir hacia todos aquellos que esperan aún su liberación, sin encerrarse en el medio cristiano.


Noel Quesson
Palabra de Dios para cada día 1
Evang. de Adviento a Pentecostés
Edit. Claret/Barcelona 1984.Pág. 298 s.

www.mercaba.org