¡Amor y paz!
Los invito, hermanos,
a leer y meditar el Evangelio, en este miércoles de la 7a semana de Pascua,
ciclo C.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Juan 17,11b-19
Lectio
Miércoles, 5 junio ,
2019
Tiempo de Pascua
1) Oración inicial
Padre lleno de amor,
concede a tu Iglesia, congregada por el Espíritu Santo, dedicarse plenamente a
tu servicio y vivir unida en el amor, según tu voluntad. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
santo Evangelio según Juan 17,11b-19
Así habló Jesús, y
alzando los ojos al cielo, dijo: Padre santo, cuida en tu nombre a los que me
has dado, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba yo con ellos, yo
cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se
ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura.
Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí
mismos mi alegría colmada. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado,
porque no son del mundo, como yo no soy del mundo. No te pido que los retires
del mundo, sino que los guardes del Maligno. Ellos no son del mundo, como yo no
soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me has
enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos me santifico
a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad.
3) Reflexión
• Estamos en la novena
de Pentecostés, esperando la venida del Espíritu Santo. Jesús dice que el don
del Espíritu Santo se da sólo a quien lo pide en la oración (Lc 11,13). En el
cenáculo, durante nueve días, desde la ascensión hasta Pentecostés, los apóstoles
perseveraron en la oración junto con María la madre de Jesús (He 1,14). Por
esto conseguirán en abundancia el don del Espíritu Santo (He 2,4). El evangelio
de hoy continúa colocando ante nosotros la Oración Sacerdotal de Jesús. Es un
texto muy bien apto para prepararnos en estos días a la venida del Espíritu
Santo en nuestras vidas.
• Juan 17, 11b-12:
Cuídalos en tu nombre. Jesús transforma su preocupación en plegaria: “¡Cuídalos
en tu nombre, el nombre que tu me diste, para que sean uno como nosotros!"
Todo lo que Jesús hizo en su vida, lo hizo en Nombre de Dios. Jesús es la manifestación
del Nombre de Dios. El Nombre de Dios es Yavé, JHWH. En el tiempo de Jesús,
este Nombre era pronunciado como Adonai, Kyrios, Señor. En el sermón de
Pentecostés, Pedro dice que Jesús, por su resurrección, fue constituido Señor:
“Sepa, entonces, con seguridad toda la gente de Israel que Dios ha hecho Señor
y Cristo a este Jesús a quien vosotros crucificasteis”. (Hec 2,36). Y Pablo
dice que esto se hizo: “para que toda lengua proclame, para gloria de Dios
Padre: ¡Jesús Cristo es el Señor!” (Fil 2,11). Es el “Nombre sobre todo nombre”
(Fil 2,9), JHWH o Yavé, el Nombre de Dios, recibió un rostro concreto en Jesús
de Nazaret. Y es entorno a este nombre que hay que construir la unidad:
Guárdalos en tu nombre, el nombre que tú me diste, para que sean uno como
nosotros. Jesús quiere la unidad de las comunidades, para que puedan resistir
frente al mundo que las odia y persigue. El pueblo unido alrededor del Nombre
de Jesús ¡jamás será vencido!
• Juan 17,13-16: Que
en sí mismos mi alegría sea colmada. Jesús se está despidiendo. Dentro de poco
se irá. Los discípulos continúan en el mundo, serán perseguidos, tendrán
aflicciones. Por esto están tristes. Jesús quiere que tengan alegría plena.
Ellos tendrán que continuar en el mundo sin formar parte del mundo. Esto
significa, bien concretamente, vivir en el sistema del imperio, sea romano o
neoliberal, sin dejarse contaminar por él. Al igual que Jesús y con Jesús,
deben vivir en el mundo sin ser del mundo.
• Juan 17,17-19: Como
tú me enviaste, yo los envío al mundo. Jesús pide que sean consagrados en la
verdad. Esto es, que sean capaces de dedicar toda su vida para testimoniar sus
convicciones respecto de Jesús y de Dios Padre. Jesús se santificó en la medida
en que, en su vida, fue revelando al Padre. Pide que sus discípulos entren en
el mismo proceso de santificación. Su misión es la misma que la de Jesús. Ellos
se santifican en la misma medida en que, viviendo el amor, revelan a Jesús y al
Padre. Santificarse significa volverse humano, como lo fue Jesús. Decía el Papa
León Magno: “Jesús fue tan humano, pero tan humano, como sólo Dios puede ser
humano”. Por esto debemos vivir en el mundo, sin ser del mundo, pues el sistema
deshumaniza la vida humana y la vuelve contraria a las intenciones del Creador.
4) Para la reflexión
personal
• Jesús vivió en el
mundo, pero no era del mundo. Vivió en el sistema sin seguir el sistema, y por
esto fue perseguido y condenado a muerte. ¿Yo? ¿Vivo hoy como Jesús lo hizo en
su tiempo, o adapto mi fe al sistema?
•
Preparación para Pentecostés. Invocar el don del Espíritu Santo, el Espíritu
que animó a Jesús. En esta novena de preparación a Pentecostés es bueno sacar
un tiempo para pedir el don del Espíritu de Jesús.
5) Oración final
Bendigo al Señor, que me aconseja;
aun de noche me
instruye la conciencia;
tengo siempre presente
al Señor,
con él a mi derecha no
vacilo. (Sal 16,7-8)
Orden
de los Carmelitas