¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el evangelio, a la
manera de la lectio divina, en este martes de la 17ª semana del Tiempo Ordinario,
ciclo A.
Dios nos bendice..
Lectio:
Mateo 13,36-43
Lectio
Martes,
28 de julio de 2020
Tiempo
Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh
Dios!, protector de los que en ti esperan; sin ti nada es fuerte ni santo.
Multiplica sobre nosotros los signos de tu misericordia, para que, bajo tu guía
providente, de tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros que podamos
adherirnos a los eternos. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según Mateo 13,36-43
Entonces
despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos
diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo.» Él respondió: «El
que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la
buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el
enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo, y los
segadores son los ángeles. De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y
se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará
a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores
de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el
rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de
su Padre. El que tenga oídos, que oiga.
3) Reflexión
•
El evangelio de hoy nos presenta la explicación que Jesús da de la parábola del
trigo y la cizaña, cuando los discípulos se lo preguntan. Algunos estudiosos
piensan que la explicación que Jesús da a los discípulos, no es de Jesús, sino que
es de la comunidad. Es posible y es probable, pues una parábola, por su propia
naturaleza, pide la implicación y la participación de las personas en el
descubrimiento del sentido. Así como la planta ya está dentro de su semilla,
así, en cierto modo, la explicación de la comunidad, ya está dentro de la
parábola. Y es exactamente éste el objetivo que Jesús quería y que quiere
alcanzar con la parábola. El sentido que hoy nosotros vamos a descubrir en la
parábola que Jesús contó hace dos mil años atrás ya estaba implícito en la
historia que Jesús contó, como la flor está ya dentro de su semilla.
•
Mateo 13,36: Los discípulos piden la explicación de la parábola del trigo y de
la cizaña. Los discípulos, en casa, conversan con Jesús y piden una explicación
de la parábola del trigo y de la cizaña (Mt 13,24-30). Varias veces se informa
de que Jesús, en casa, seguía enseñando a los discípulos (Mc 7,17; 9,28.33;
10,10). En aquel tiempo no había televisión y en las largas horas de espera,
por las noches, la gente se reunía para conversar y para tratar asuntos de la
vida. Jesús hacía lo mismo. Era en estas ocasiones que él contemplaba la
enseñanza y la formación de los discípulos.
•
Mateo 13,38-39: El significado de cada uno de los elementos de la parábola.
Jesús responde retomando cada uno de los seis elementos de la parábola y les da
un sentido: el campo es el mundo; la buena semilla son los miembros del Reino;
la cizaña son los miembros del adversario (maligno); el enemigo es el diablo;
la siega es el fin de los tiempos; los segadores son los ángeles. Ahora haz tú
la experiencia leyendo de nuevo la parábola (Mt 13,24-30) colocando el sentido
cierto en cada uno de los seis elementos: campo, buena semilla, cizaña,
enemigo, siega y segadores. Y así la historia toma un sentido totalmente
diferente y tú alcanzas el objetivo que Jesús tenía en mente al contar a la
gente esta historia del trigo y de la cizaña. Algunos piensan que esta parábola
debe ser entendida como una alegoría y no como una parábola propiamente dicha.
•
Mateo 13,40-43: La aplicación de la parábola o de la alegoría. Con estas
informaciones dadas por Jesús tú entenderás la aplicación que él da: De la
misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será
al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su
Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en
el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los
justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre.
El
destino de la cizaña es el horno, el destino del trigo bueno es brillar como el
sol en el Reino de los Cielos. Por detrás de estas dos imágenes está la
experiencia de las personas. Después de que escucharon a Jesús y lo aceptaron
en sus vidas, todo cambió para ellas. El fin llegó. Es decir, en Jesús llegó
aquello que, en el fondo, todos esperaban: la realización de las promesas.
Ahora la vida se divide en antes y después de que escucharon y aceptaron a
Jesús en sus vidas. La nueva vida comenzó como el brillar del sol. Si hubiesen
continuado a vivir como antes, serían como cizaña echada al horno, vida sin
sentido y sin servidumbre para nada.
•
Parábola y Alegoría. Existe la parábola. Existe la alegoría. Existe la mezcla
de las dos que es la forma más común. Por lo general, a todo se le llama
parábola. En el evangelio de hoy tenemos el ejemplo de una alegoría. Una
alegoría es una historia que la persona cuenta, pero cuando cuenta, no piensa
en los elementos de la historia, sino en el asunto que debe ser esclarecido. Al
leer una alegoría no es necesario mirar primero la historia como un todo, pues
en una alegoría la historia no se construyó entorno a un punto central que
después sirve como medio de comparación, sino que cada elemento tiene su
función independiente a partir del sentido que recibe. Se trata de descubrir lo
que cada elemento de las dos historias nos tiene que decir sobre el Reino como
lo hace la explicación que Jesús dio de la parábola: campo, buena semilla,
cizaña, siega y segadores. Generalmente, las parábolas son alegorizantes. Hay
mezcla de las dos.
4) Para la reflexión personal
•
En el campo existe todo mezclado: cizaña y trigo. En el campo de mi vida ¿qué
prevalece: el trigo o la cizaña?
•
¿Has intentado conversar con otras personas para descubrir el sentido de alguna
parábola?
5) Oración final
Feliz
quien se apoya en el Dios de Jacob,
quien tiene su esperanza en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en ellos;
que guarda por siempre su lealtad. (Sal 146,5-6)
quien tiene su esperanza en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en ellos;
que guarda por siempre su lealtad. (Sal 146,5-6)
Orden de los Carmelitas