¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios y el comentario, en este martes de la XVI Semana del Tiempo Ordinario, en que celebramos la fiesta de Santiago Apóstol.
Dios nos bendice...
PRIMERA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto 4, 7-15
Hermanos:
Nosotros llevamos un tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios.
Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados.
Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Y así aunque vivimos, estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De esa manera, la muerte hace su obra en nosotros, y en ustedes, la vida.
Pero teniendo ese mismo espíritu de fe, del que dice la Escritura: Creí, y por eso hablé, también nosotros creemos, y por lo tanto, hablamos. Y nosotros sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará con él y nos reunirá a su lado junto con ustedes.
Todo esto es por ustedes: para que al abundar la gracia, abunde también el número de los que participan en la acción de gracias para gloria de Dios.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 125, 1-2b. 2c-3. 4-5. 6 (R.: 5)
R. Los que siembran entre lágrimas, cosecharán entre canciones.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía que soñábamos:
nuestra boca se llenó de risas
y nuestros labios, de canciones. R.
Hasta los mismos paganos decían:
« ¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!»
¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros
y estamos rebosantes de alegría! R.
¡Cambia, Señor, nuestra suerte
como los torrentes del Négueb!
Los que siembran entre lágrimas
cosecharán entre canciones. R.
El sembrador va llorando
cuando esparce la semilla,
pero vuelve cantando
cuando trae las gavillas. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 20, 20-28
La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo.
«¿Qué quieres?», le preguntó Jesús.
Ella le dijo: «Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.»
«No saben lo que piden», respondió Jesús. «¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?»
«Podemos», le respondieron.
«Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre.»
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Los apóstoles son, por antonomasia, los testigos de la resurrección de Cristo, es decir, mensajeros y proclamadores del triunfo de Jesús sobre la muerte y, por tanto, los primeros anunciadores de la salvación para todos los hombres. Son aquellos que nos dan el perfil auténtico del discípulo-misionero que reclama la Iglesia de hoy: en contacto con el Señor, aprendiendo en la escuela de su vida y anunciando lo que han visto y oído.
- La primera lectura nos habla de cómo unos años después de la resurrección, Santiago y los demás apóstoles, igual que el Maestro, pasaban haciendo el bien y dando testimonio de Jesús resucitado entre el pueblo, con la convicción de estar cumpliendo la voluntad de Dios, hasta el punto de poder decir: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres».
- Esta tarea la realizan con fuerza y decisión, porque son dóciles al Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen. Una fuerza que los sostiene hasta el fin, hasta el martirio si es necesario.
- La lectura a los Corintios nos presenta el tesoro de ser apóstol, en vasos de barro. El texto se inicia con una lista de calamidades, con las que se quiere ilustrar la metáfora del vaso de barro. Pero esas calamidades, no destruyen ese vaso de debilidad que es el apóstol, porque la predicación del evangelio es acción de Dios, sostenida con la fuerza del Espíritu Santo. Eso hace posible que el apóstol no viva angustiado, ni desesperado, ni abandonado.
- En el evangelio, un día, la madre de los Zebedeo con sus hijos, se postró para pedir a Jesús, puestos de honor y gloria; uno a su derecha y el otro a su izquierda en el reino. Estos dos hermanos, junto a Pedro, presenciaron la resurrección de la hija de Jairo, la gloria del Tabor y la agonía de Getsemaní; y acreditaron su vehemencia, pidiendo a Jesús que lloviera fuego sobre los que lo rechazaban, ganándose así el apodo de “Boanerges” hijos del trueno. Creían también, que el mesianismo de Jesús, iba por el camino de los honores y de la autoridad. Pero a la vez hicieron valer su arrojo y valentía, dispuestos a beber el cáliz de su Señor.
- Santiago y su hermano Juan recibieron una lección muy clara por parte de Jesús. Jesús los exhortó al servicio humilde de los hermanos. Frente a la ambición de los hijos del trueno, que buscan un primer puesto, el Señor les apunta que al Reino se llega por el camino de la cruz.
- Esto no es un ideal inasequible, sino un ideal que puede ser asumido en la vida del discípulo: Jesús vivió según esta ley. Su misión fue servir a la humanidad abriéndole el camino de la vida, hasta morir por ello. El amor que ha salido del Padre lo impulsa al servicio, y el servicio lo empuja hasta la entrega de la vida. No recurre, en su lucha por la liberación de la humanidad, ni al dinero, ni a las armas, ni al prestigio, para lograr el éxito de la causa de Dios. Fue el amor su única arma. El discípulo debe marchar por el camino del Maestro, que «no ha venido para que lo sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos». Es esta una lección perpetuamente válida en la Iglesia, no sólo para los que, continuando el ministerio apostólico, tienen cargos de dirección en la comunidad cristiana, sino también para todos los miembros de la comunidad, llamados igualmente al servicio común.
- Jesús es consciente de que el ideal que Él propone, va contra las tendencias más innatas del espíritu humano, que impulsan a dominar a los demás.
- El camino de conversión de los doce, y en particular, el que fue haciendo Santiago, es un llamado y esperanza para todos nosotros; que también podemos hacer realidad una Iglesia con carismas puestos en comunión. Se hace necesario perder muchos miedos. Hay que volver al Evangelio sin prejuicios, ni medias tintas.
- Santiago aprendió la lección con su propia vida. Se hizo servidor, dio su vida para dar vida. Y así siguió el camino del Maestro. Todos aquellos que hoy celebramos su fiesta, debemos pedirle que aprendamos a seguir su camino de fe, de servicio, de darse. Y no el camino de creernos mejores, de pretender imponer en vez de anunciar. El reino se construye al modo de Jesús: dando y no exigiendo.
- Pidamos que cada uno, en nuestra tarea, sepamos ejercer nuestra responsabilidad, no buscando el aplauso ni el privilegio, sino el servicio. Pidámoslo en cada eucaristía haciendo memorial de la última cena de Aquel que siendo el Maestro y Señor lavó los pies de los discípulos, para darnos ejemplo y para que también nosotros lo hagamos así.
- Los discípulos, y Santiago entre ellos, lo comprendieron con la mirada puesta en su Maestro y lo confirmaron al precio de su propia sangre.
- «Santiago vivió poco tiempo, pues ya en un principio le movía un gran ardor: despreció todas las cosas humanas y ascendió a una cima tan inefable que murió inmediatamente». San Juan Crisóstomo.
PARA DISCERNIR
- ¿Cómo puedo llegar a ser “grande”?
- ¿Cómo vivo la actitud de servicio que pide Jesús?
- ¿En qué momentos específicos noto que me siento más inclinado a mandar o a servir?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Enviado a ser servidor
ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES
Vicaría de Pastoral