¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este sábado de la
11ª semana del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: MATEO 6,24-34
Lectio:
Sábado, 23 junio, 2018
Tiempo Ordinario
1) ORACIÓN INICIAL
¡Oh Dios!, fuerza de los
que en ti esperan, escucha nuestras súplicas; y, pues el hombre es frágil y sin
ti nada puede, concédenos la ayuda de tu gracia para guardar tus mandamientos y
agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor.
2) LECTURA
Del santo Evangelio según
Mateo 6,24-34
«Nadie puede servir a dos
señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y
despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. «Por eso os digo: No
andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con
qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el
vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en
graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que
ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir
un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparos?
Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os
digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a
la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste,
¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues,
preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos
a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe
vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero el
Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así
que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día
tiene bastante con su propio mal.
3) REFLEXIÓN
• El evangelio de hoy nos
ayuda a revisar la relación con los bienes materiales y trata dos asuntos de distinto
peso: nuestra relación con el dinero (Mt 6,24) y nuestra relación con la
Providencia Divina (Mt 6,25-34). Los consejos dados por Jesús suscitan diversas
preguntas de difícil respuesta. Por ejemplo, ¿cómo entender hoy la afirmación:
"No puedes servir a Dios y al dinero” (Mt 6,24)? ¿Cómo entender la
recomendación de no preocuparnos con la comida, la bebida y la ropa (Mt 6,25)?
• Mateo 6,24: «Nadie
puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se
entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.
Cada cual tendrá que elegir.
Tendrá que preguntarse: “Quién ocupa el primer lugar en mi vida: ¿Dios o el
dinero?” De esto dependerá la comprensión de los consejos que siguen sobre la
Providencia Divina (Mt 6,25-34). No se trata de una opción hecha sólo con la
cabeza, sino de una opción de vida bien concreta que envuelve las actitudes.
• Mateo 6,25: Jesús
critica la excesiva preocupación con la comida y el vestido. Esta
crítica de Jesús provoca hasta hoy mucho espanto entre la gente, pues la gran
preocupación que tiene un padre, una madre de familia es la comida y el vestido
para los hijos. El motivo de la crítica es que la vida vale más que la comida y
el cuerpo vale más que la ropa. Para aclarar su crítica, Jesús cuenta dos
parábolas: de los pajaritos y de las flores.
• Mateo 6,26-27: La
parábola de los pajaritos: la vida vale más que la comida. Jesús manda
mirar a los pajaritos. No siembran, no almacenan, y sin embargo tienen siempre
algo que comer, porque el Padre celestial los alimenta: “¿No valéis
vosotros más que ellos?” Lo que Jesús critica es cuando la
preocupación por la comida ocupa todo el horizonte de la vida de las personas,
sin dejar espacio para experimentar y saborear la gratuidad de la fraternidad y
de la pertenencia al Padre. Por eso, el sistema neoliberal es criminal porque
obliga a la gran mayoría de las personas a vivir 24 horas al día preocupándose
por la comida y por la ropa, y produce en otra pequeña minoría rica el ansia de
comprar y consumir hasta el punto de no dejar espacio para otra cosa. Jesús
dice que la vida vale más de los bienes de consumo. El sistema neoliberal
impide la vivencia del Reino.
• Mateo 6,28-30: La
parábola de los lirios: el cuerpo vale más que el vestido. Jesús manda
mirar las flores, los lirios del campo. ¡Con qué elegancia y belleza Dios los
viste! “Si Dios los viste así, ¿no lo hará mucho más con vosotros,
hombres de poca fe? Jesús insiste en las cosas de la naturaleza, para que,
viendo las flores y el campo, la gente recuerde la misión que tenemos: luchar
por el Reino y crear una convivencia que pueda garantizar comida y vestido para
todos.
• Mateo 6,31-32: No
ser como los paganos. Jesús retoma la crítica contra una excesiva
preocupación por la comida, la bebida y el vestido. Y concluye: “¡Son
los paganos que se preocupan con todo esto!” Debe de haber una
diferencia en la vida de los que tienen fe en Jesús y de los que no la tienen.
Los que tienen fe en Jesús comparten con él la experiencia de gratuidad de Dios
como Padre, Abba. Esta experiencia de paternidad tiene que revolucionar la
convivencia. Tiene que engendrar una vida comunitaria que sea fraterna, semilla
de una nueva sociedad.
• Mateo 6,33-34: El
Reino en primer lugar. Jesús apunta dos criterios: “Buscar primero el
Reino” y “No preocuparse por el día de mañana”. Buscar en primer lugar el Reino
y su justicia significa tratar de hacer la voluntad de Dios y permitir a Dios
que reine en nuestra vida. La búsqueda de Dios se traduce concretamente en
búsqueda de una convivencia fraterna y justa. Donde hay esta preocupación por
el Reino, nace una vida comunitaria donde todos viven como hermanos y hermanas
y nadie pasará más necesidad. Allí no habrá más preocupación con el día de
mañana, esto es, no habrá más preocupación en acumular.
• Buscar primero
el Reino de Dios y su justicia. El Reino de Dios tiene que ser el
centro de todas nuestras preocupaciones. El Reino pide una convivencia, donde
no haya acumulación, y donde haya compartir, para que todos tengan lo necesario
para vivir. El Reino es la nueva convivencia fraterna, en la que cada persona
se siente responsable del otro. Esta manera de ver el Reino ayuda a entender
mejor las parábolas de los pajaritos y de las flores, pues para Jesús la
Providencia Divina pasa por la organización fraterna. Preocuparse por el Reino
y su justicia es lo mismo que preocuparse por aceptar a Dios como Padre y ser
hermanos y hermanas de otros. Ante el creciente empobrecimiento causado por el neoliberalismo
económico, la salida concreta que el evangelio nos presenta y que los pobres
encontrarán para su supervivencia es la solidaridad y la organización.
• Una lama afilada en la
mano de un niño puede ser una arma mortal. Una lama afilada en la mano de una
persona agarrada con cuerdas es arma que salva. Así son las palabras de Jesús
sobre la Providencia Divina. Sería anti-evangélico decir a un padre de familia
sin empleo, pobre, con ocho hijos y mujer enferma: "¡No ande
preocupado con lo que va a comer y a beber! ¿Por qué preocuparse del vestido y
de la salud?" (Mt 6,25.28). Esto lo podemos decir cuando, al
imitar a Dios como Jesús, nos organizamos entre nosotros para poder compartir,
garantizando a los hermanos la sobrevivencia. De lo contrario seríamos como los
tres amigos de Job, para defender a Dios, contaban mentiras sobre la vida
humana (Job 13,7). Sería como “disponer de un huérfano y traicionar a un amigo”
(Job 6,27). En boca del sistema de los ricos, estas palabras pueden ser armas
mortales contra los pobres. En boca del pobre, pueden ser una salida real y
concreta para una convivencia mejor, más justa y más fraterna.
4) PARA LA REFLEXIÓN
PERSONAL
• ¿Cómo entiendo y vivo la
confianza en la Providencia Divina?
• Como cristianos tenemos
la misión de dar una expresión concreta a aquello que nos anima por dentro.
¿Cuál es la expresión que estamos dando a nuestra confianza en la Divina
Providencia?
5) ORACIÓN FINAL
Mi lengua proclama tu
promesa,
pues justos son tus mandamientos.
Acuda tu mano en mi socorro,
pues he elegido tus ordenanzas.
pues justos son tus mandamientos.
Acuda tu mano en mi socorro,
pues he elegido tus ordenanzas.
(Sal 119,172-173)
Orden de los Carmelitas