¡Amor
y paz!
Se es
o no se es cristiano. No hay término medio. En su discurso a los apóstoles, el
Señor nos dio las pautas y las exigencias para seguirlo. En esta etapa del
Evangelio, Mateo nos describirá a un Jesús que discute con sus adversarios y se
referirá a casos concretos en los que hay que tomar partido.
Como
dice Noel Quesson, cuyos
comentarios leemos muchas veces acá: La
vida humana no es un ‘juego’, es algo muy serio; donde tiene lugar un juicio:
nuestras vidas cotidianas son: o una correspondencia a Dios o un rechazo a Él...
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el evangelio y el comentario, en este martes
de la XVI Semana del Tiempo Ordinario.
Dios
los bendiga…
Evangelio
según San Mateo 11,20-24.
Entonces Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido. "¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú".
Comentario
a) Lo
que decía ayer Jesús de que no había venido a traer paz, sino espadas y
división, se ve claramente en la página siguiente del evangelio.
Tres
de las ciudades -Betsaida, Corozaín, Cafarnaúm-, en torno al lago de Genesaret,
que tenían que haber creído en él, porque escuchaban su predicación y veían
continuamente sus signos milagrosos, se resisten. Jesús se lamenta de ellas.
Las compara con otras ciudades con fama de impías, o por paganas (Tiro y Sidón)
o por la corrupción de sus costumbres (Sodoma), y asegura que esas ciudades
«malditas» serán mejor tratadas que las que ahora se niegan a reconocer en
Jesús al enviado de Dios.
En
otra ocasión Jesús alabó a la ciudad pagana de Nínive, porque acogió la
predicación de Jonás y se convirtió al Señor. Mientras que el pueblo elegido
siempre se mostró reacio y duro de cerviz.
b)
Los que pertenecemos a la Iglesia de Jesús, podemos compararnos a las ciudades
cercanas a Jesús. Por ejemplo, a Cafarnaúm, a la que el evangelio llama «su
ciudad».
Somos
testigos continuos de sus gracias y de su actuación salvadora.
¿Podríamos
asegurar que creemos en Jesús en la medida que él espera de nosotros?
Los
regalos y las gracias que se hacen a una persona son, a la vez, don y
compromiso.
Cuanto
más ha recibido uno, más tiene que dar. Nosotros somos verdaderamente ricos en
gracias de Dios, por la formación, la fe, los sacramentos, la comunidad
cristiana. ¿De veras nos hemos «convertido» a Jesús, o sea, nos hemos vuelto
totalmente a él, y hemos organizado nuestra vida según su proyecto de vida?
¿O,
tal vez, otras muchas personas, si hubieran sido tan privilegiadas en gracias
como nosotros, le hubieran respondido mejor?
J. ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 5
Tiempo Ordinario. Semanas 10-21
Barcelona 1997. Págs. 145-148
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 5
Tiempo Ordinario. Semanas 10-21
Barcelona 1997. Págs. 145-148