viernes, 29 de octubre de 2010

Primero el amor, luego la ley o tradición

¡Amor y paz!

Hoy Jesús hace una pregunta provocadora: “¿Es lícito curar en sábado?”. Este mismo interrogante se vienen haciendo los fariseos de todos los tiempos que prefieren enredarse en la interpretación de las normas para tratar de disculpar la desatención al enfermo o desvalido.

Es el interrogante que tantos hombres se hacen, de una u otra manera, para continuar cruzados de brazos mientras los pobres, los enfermos, los pecadores esperan angustiados la solución a sus problemas.

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este Viernes de la XXX Semana del Tiempo Ordinario.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Lucas 14,1-6.

Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Delante de él había un hombre enfermo de hidropesía. Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: "¿Está permitido curar en sábado o no?". Pero ellos guardaron silencio. Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo curó y lo despidió. Y volviéndose hacia ellos, les dijo: "Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?". A esto no pudieron responder nada.

Comentario

En la curación del hidrópico, Lucas quiere hacernos ver varios aspectos interesantes de las actitudes de Jesús. Una, Jesús se dejaba ver por todos, pero en todas sus actitudes había siempre una enseñanza para unos y otros. Por supuesto, que quienes seguían a Jesús para buscar una conversión, una palabra de aliento o para aprender a conocer a Dios, eran los verdaderos seguidores del Hijo del Hombre, pero, quienes lo observaban para criticarlo, para indisponerlo, para acusarlo ante el Sanedrín, eran los perseguidores de Jesús. Sin embargo, Jesús que podía leer en sus corazones actuaba con la mayor libertad y les enseñaba con su propio testimonio de vida.

Jesús pone a la persona humana por encima de las leyes absurdas de aquel entonces. Pareciera ser que durante toda la semana no hace cosa alguna y reserva sus actuaciones de liberación especialmente, para los días sábados en los que todo estaba prohibido. Cura, perdona y libera a quienes se encuentra en su camino y como conoce la dureza del corazón de sus perseguidores, les cuestiona sobre sus propios intereses si les afecta en un día sábado, para que comprendan que el proyecto de Dios está por encima de ellos y de sus mezquindades.

Cuánto no tendría Jesús que preguntarnos hoy, si echando un vistazo por la tierra y encontrándose con tantos cuadros de miseria humana, sabiendo que su Padre, quien todo lo hizo perfecto, dio a la humanidad lo suficiente para que todos viviéramos con dignidad, supliendo nuestras necesidades ahora y para el futuro; ve con tristeza que unos acaparan todo y la gran e inmensa mayoría se mueren de hambre o apenas tienen con qué sobre vivir.

Que la desmedida ambición y endiosamiento del ser humano le ha llevado a concebir la posibilidad de crear vida humana según su voluntad, desechando la vida de todos los que no sean perfectos a sus ojos. Tanta tecnología, ¿hacia dónde nos conducirá? El ser humano como máquina es reemplazado, descartado porque la eficiencia que exige cada vez, mayor técnica y eficacia, mayores ventas a menores salarios, limitando la posibilidad de la vivencia humana.

Servicio Bíblico Latinoamericano

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