jueves, 10 de noviembre de 2011

¡El Reino de Dios está entre nosotros!

¡Amor y paz!

Algunos medios de comunicación nos traen diariamente sus cuotas informativas acerca de la violencia, el odio y la corrupción que hay en el mundo, tal vez por esa visión negativista que los inspira. Sin embargo, otros, con menos espectáculo, nos cuentan sobre la ‘otra cara de la moneda’: los actos de paz, amor y bondad que también se dan en el mundo y que demuestran que algunos seres humanos contribuyen a hacer realidad desde ya el Reinado de Dios.

¿Qué hace usted, amable lector, al respecto? ¿Cuál es su contribución para hacer que otros comprendan que Jesús está en medo de nosotros?

 Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este jueves de la XXXII Semana del tiempo Ordinario.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Lucas 17,20-25.
Los fariseos le preguntaron cuándo llegará el Reino de Dios. El les respondió: "El Reino de Dios no viene ostensiblemente,  y no se podrá decir: 'Está aquí' o 'Está allí'. Porque el Reino de Dios está entre ustedes". Jesús dijo después a sus discípulos: "Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán. Les dirán: 'Está aquí' o 'Está allí', pero no corran a buscarlo. Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día. Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación.
Comentario

Tengo la sensación de que a veces los análisis de la realidad que hace la jerarquía de la Iglesia o las comunidades cristianas o los mismos teólogos, son sólo oráculos de pesimismo. La realidad aparece en ellos siempre oscura, casi absolutamente vacía de sentido. Todo es malo.

Parecemos profetas de desgracias. El Evangelio de hoy nos comunica una perspectiva bien diferente. El Hijo del Hombre será como los relámpagos. Imagino esas noches de tormenta en que los relámpagos alumbran por un momento el cielo pesado de nubarrones con una intensidad tal que parece que es de día. ¡Dichosos los que son capaces de ver en nuestro mundo esos relámpagos de la presencia del Reino! 

Porque ciertamente Jesús no miente. Si nos quitamos las habituales gafas oscuras que nos hacen ver todo con ojos pesimistas, podremos descubrir esa presencia. A veces son pequeños detalles en nuestra comunidad o en nuestra familia. A veces son noticias que aparece en los informativos de la televisión o en los periódicos. Pero siempre en alguna parte, hay alguien que se esfuerza por poner paz donde hay guerra, reconciliación en medio del odio, justicia entre la explotación. Y, sobre todo, amor en el corazón de las personas. Ahí está el Reino de Dios, su presencia viva y vivificante. Entre nosotros. Iluminando este mundo de esquina a esquina.

Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica)
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