lunes, 24 de enero de 2011

“El que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón”

¡Amor y paz!

Ya hemos señalado cómo Marcos pone en evidencia, por medio de frecuentes repeticiones un aspecto dramático de la vida de Jesús que conducirá a la Pasión, considerada netamente por El como la cumbre de esta vida.

Tres grupos se enfrentan como los lados de un triángulo...

"Jesús y sus discípulos", "la muchedumbre", "los adversarios".

Ahora bien, es notable que Marcos intercale una escena violenta de discusión con los "escribas venidos de Jerusalén", ciudad donde Jesús sufrirá la Pasión, en una escena de discusión con su familia: en ambos casos, es objeto de acusaciones malévolas. "Esta fuera de sí", decían los parientes... "Está poseído del demonio", decían los escribas...

Así Jesús es rechazado "por los suyos", y "por las autoridades religiosas".   (Noel Quesson).

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este Lunes de la 3ª. semana del Tiempo Ordinario.

Dios los bendiga...

Evangelio según San Marcos 3,22-30. 

Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: "Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los Demonios". Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: "¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás? Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir. Y una familia dividida tampoco puede subsistir. Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin. Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa. Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre". Jesús dijo esto porque ellos decían: "Está poseído por un espíritu impuro".

Comentario

Este pasaje nos sirve para ilustrar en qué consiste el pecado contra el Espíritu Santo. Los escribas y fariseos, con tal de desacreditar a Jesús, hacen aparecer todas las obras buenas realizados por él como si fueran hechas gracias a la acción del Demonio. Esto no es otra cosa que una rechazo consciente (pues ellos mismos han sido testigos de ello) de la gracia de Dios; es una resistencia a la conversión.

Esto desafortunadamente puede suceder también en nuestra propia vida cuando de manera sistemática rechazamos la invitación a Dios a convertirnos, a dejar nuestra vida de pecado y para ellos inventamos toda clase de excusas, las cuales nos mantienen al margen del amor de Dios.

Pecar contra el Espíritu, entonces, no consiste en hablar mal de él, sino en rechazar la invitación de Dios a la vida de la gracia. Esto puede incluir, incluso, el encerrarnos detrás de posiciones teológica que van bloqueando la acción de la gracia que busca la unidad y la paz. No desaproveches hoy la oportunidad que Dios te da para amarle más y para descubrír en él la única fuente de la verdad y de la autentica felicidad.

Pbro. Ernesto María Caro