viernes, 9 de octubre de 2009

EL QUE NO ESTÁ CONMIGO, ESTÁ CONTRA MÍ, DICE EL SEÑOR

¡Amor y paz!

Los invito a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este viernes de la 27ª. semana del tiempo ordinario.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Lucas 11,15-26.

Pero algunos de ellos decían: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios". Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul. Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: 'Volveré a mi casa, de donde salí'. Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio".

COMENTARIO

De Jesús dice el evangelio que "pasó haciendo el bien". Esto se ha dicho en la historia humana de muy pocos seres humanos. Sin embargo Jesús enfrentó en su momento férreas oposiciones. Muchos se consideraban propietarios de las buenas obras, del poder divino, y demonizaban a aquellas personas que no actuaban según sus parámetros. Jesús tuvo que enfrentar a todos aquellos que se creían propietarios del bien y la verdad. Ellos acaparaban para sí todo el buen nombre, el prestigio y la admiración. Ése era su objetivo al dar limosnas o al ofrecer consejos. Cuando se presenta Jesús que da generosamente y no espera nada a cambio, ellos lo tildan de "demonio", de hombre descreído. Actuaban así, porque era una manera fácil de desprestigiar y eliminar al oponente. Sin embargo Jesús los enfrenta con la verdad: sólo se puede hacer el bien en nombre del Dios de la Vida.

En la actualidad sigue siendo corriente la práctica de demonizar al oponente, de desprestigiarlo para aumentar el brillo propio. Pues, actuar a favor de los demás sin buscar el buen nombre y el prestigio es una cosa que no llama la atención de nadie. El evangelio nos invita hoy a hacernos del lado de Jesús, del lado del bien y la verdad. No para adquirir ganancias personales, sino para ser las manos de Dios que actúan eficazmente en el mundo. Por esto, el mundo de hoy exige que luchemos contra el mal con las armas de la verdad y la justicia. No podemos combatir el mal con sus propias armas: la violencia sólo genera violencia y la manipulación ideológica sólo genera opresión y desequilibrio mental.

Necesitamos combatir el mal pero como lo hizo Jesús: con la bondad y generosidad de un Dios que defiende incondicionalmente la vida de las personas.

SERVICIO BIBLICO LATINOAMERICANO