¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este lunes de la 2ª
semana del Tiempo Ordinario, Ciclo B, en que celebraos la memoria de San Gregorio
Magno, Papa y doctor de la Iglesia.
Dios nos bendice ...
LECTIO DIVINA: LUCAS
4,16-30
Lectio:
Lunes, 3 septiembre, 2018
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso, de
quien procede todo bien, siembra en nuestros corazones el amor de tu nombre,
para que, haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes el bien en nosotros
y con solicitud amorosa lo conserves. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas
4,16-30
Vino a Nazaret, donde se
había criado, entró, según su costumbre, en la sinagoga el día de sábado, y se
levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías,
desenrolló el volumen y halló el pasaje donde estaba escrito: El
Espíritu del Señor sobre mí,
porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva,
me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos
y la vista a los ciegos,
para dar la libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del Señor.
Enrolló el volumen, lo devolvió al ministro y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy.» Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca.
Y decían: «¿Acaso no es éste el hijo de José?» Él les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaún, hazlo también aquí en tu patria.» Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.»
«Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.»
Al oír estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle. Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó.
porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva,
me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos
y la vista a los ciegos,
para dar la libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del Señor.
Enrolló el volumen, lo devolvió al ministro y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy.» Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca.
Y decían: «¿Acaso no es éste el hijo de José?» Él les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaún, hazlo también aquí en tu patria.» Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.»
«Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.»
Al oír estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle. Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó.
3) Reflexión
• Hoy comenzamos a meditar
el Evangelio de Lucas, que se prolonga a lo largo de tres meses, hasta el final
del año eclesiástico. El evangelio de hoy nos habla de la visita de Jesús a
Nazaret y de la presentación de su programa a la gente de la sinagoga. En un
primer momento, la gente queda admirada. Pero, al darse cuenta de que Jesús
quiere acoger a todos, sin excluir a nadie, la gente se rebela y quiere
matarlo.
• Lucas 4,16-19: La
propuesta de Jesús. Impulsado por el Espíritu Santo, Jesús ha vuelto a Galilea
(Lc 4,14) y empieza a anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios. Va a las
comunidades, enseña en las sinagogas y llega a Nazaret, donde se había criado.
Vuelve a la comunidad, donde había participado desde pequeño, y durante treinta
años. El sábado después, y como solía hacer, Jesús va a la sinagoga para
participar en la celebración, se levanta para hacer la lectura. Escoge un texto
de Isaías que habla de los pobres, de los presos, de los ciegos y de los
oprimidos (Is 61,1-2). Este texto refleja la situación de la gente de Galilea
en el tiempo de Jesús. La experiencia que Jesús tenía de Dios Padre, lleno de
amor, le daba una mirada nueva para observar la realidad. En nombre de Dios,
Jesús toma postura en defensa de la vida de su pueblo y, con las palabras de
Isaías, define su misión: (1) anunciar la Buena Nueva a los pobres, (2)
proclamar a los presos la liberación, (3) devolver la vista a los ciegos, (4)
devolver la libertad a los oprimidos y, retomando la antigua tradición de los
profetas, (5) proclamar “un año de gracia de parte del Señor”. ¡Proclama el año
del jubileo!
• En la Biblia, el “Año
del Jubileo” era una ley importante. Cada siete años, inicialmente, (Dt 15,1;
Lev 25,3), era necesario devolver las tierras a los clanes de los orígenes.
Todos debían poder volver a su propiedad. Y así se impedía la formación de
latifundios y se garantizaba la supervivencia de las familias. Era necesario
perdonar también las deudas y rescatar a las personas que se habían tomado como
esclavos (Dt 15,1-18). No fue fácil realizar el año del jubileo cada siete años
(Cf. Jer 34,8-16). Después del exilio, se decidió hacerlo cada cincuenta años
(Lev 25,8-12). El objetivo era y sigue siendo: reestablecer los derechos de los
pobres, acoger a los excluidos y reintegrarlos en la convivencia. El jubileo
era un instrumento legal para volver al sentido original de la Ley de Dios. Era
una ocasión ofrecida por Dios para hacer una revisión del camino, para
descubrir y corregir los errores y empezar de nuevo. Jesús empieza su predicación
proclamando un Jubileo “Un año de gracia del Señor”.
• Lucas 4,20-22: Enlazar
Biblia y Vida. Terminada la lectura, Jesús actualiza el texto de Isaías
diciendo: “¡Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido
hoy!” Asumiendo las palabras de Isaías como palabras suyas, Jesús les
da un sentido pleno y definitivo y se declara mesías que viene a cumplir la
profecía. Esta manera de actualizar el texto provoca una reacción de rabia
entre los que se encuentran en la sinagoga. Quedan escandalizados y no quieren
saber nada de él. No aceptan que Jesús sea el mesías anunciado por Isaías.
Decían: “¿Acaso no es éste el hijo de José?” Quedan
escandalizados porque Jesús habla de acoger a los pobres, a los ciegos y a los
oprimidos. La gente no acepta la propuesta de Jesús. Y así en el momento en que
presenta el proyecto de acoger a los excluidos, el mismo es excluido.
• Lucas 4,23-30: Superar
los límites de la raza. Para ayudar a la comunidad a que supere el
escándalo y para hacerle entender que su propuesta forma parte de la tradición,
Jesús cuenta dos historias de la Biblia que eran conocidas: la historia de
Elías y la historia de Eliseo. Las dos historias critican la cerrazón mental de
la gente de Nazaret. Elías fue enviado a la viuda de Sarepta (1 Re 17,7-16).
Eliseo fue enviado a ocuparse del extranjero de Siria (2 Reyes 5,14). Despunta
aquí la preocupación de Lucas que quiere mostrar que la apertura hacia la gente
viene de Jesús. Jesús tuvo las mismas dificultades que estaban teniendo las
comunidades en tiempo de Lucas. Pero la llamada de Jesús no aplacó los
espíritus. ¡Fue todo lo contrario! Las historias de Elías y de Eliseo
provocaron más rabia aún… La comunidad de Nazaret llegó al punto de querer
matar a Jesús. Pero él mantuvo la calma. La rabia de los demás no consiguió
desviarle del camino. Lucas muestra así lo difícil que es superar la mentalidad
del privilegio y de la cerrazón.
• Es importante notar los
detalles en el uso del Antiguo Testamento. Jesús cita el texto de Isaías hasta
donde dice: "proclamar un año de gracia de parte del Señor".
Corta todo lo demás de la frase que decía: "y un día de venganza de
nuestro Dios". La gente de Nazaret queda escandalizada ante Jesús al
oír que quiere ser el mesías, porque quiere acoger a los excluidos y porque ha
omitido la frase sobre la venganza. Quieren que el Día de Yahvé sea un día de
venganza contra los opresores del pueblo. En este caso, la venida del Reino no
sería más que un cambio superficial y no un cambio o conversión del sistema.
Jesús no acepta esta manera de pensar, no acepta la venganza (cf. Mt 5,44-48).
Su nueva experiencia de Dios como Padre/Madre le ayudaba a entender mejor el
sentido de las profecías.
4) Para la reflexión
personal
• El programa de Jesús
consiste en acoger a los excluidos. Y nosotros ¿acogemos a todos, o excluimos a
algunos? ¿Cuáles son los motivos que nos llevan a excluir a ciertas personas?
• El programa de Jesús,
¿está siendo realmente nuestro programa, o mi programa? ¿Cuáles son los
excluidos que deberíamos acoger mejor en nuestra comunidad? ¿Qué es lo que me
da fuerza para realizar la misión que Jesús nos dio?
5) Oración final
¡Oh, cuánto amo tu ley!
Todo el día la medito.
Tu mandato me hace más sabio que mis enemigos,
porque es mío para siempre. (Sal 119,97-78)
Tu mandato me hace más sabio que mis enemigos,
porque es mío para siempre. (Sal 119,97-78)
Orden de los Carmelitas