¡Amor y paz!
Los invito,
hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este martes de la XIX Semana del
Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos bendice…
Lectio Divina: Mateo 18,1-5.10.12-14
Lectio
Martes, 13 Agosto ,
2019
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y eterno, a quien
podemos llamar Padre; aumenta en nuestros corazones el espíritu filial, para
que merezcamos alcanzar la herencia prometida. Por nuestro Señor.
2) Lectura del
Evangelio
Del Evangelio según
Mateo 18,1-5.10.12-14
En aquel momento se acercaron a Jesús
los discípulos y le dijeron: «¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los
Cielos?» Él llamó a un niño, le puso en medio de ellos y dijo: «Yo os aseguro:
si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los
Cielos. Así pues, quien se humille como este niño, ése es el mayor en el Reino
de los Cielos.
«Y el que reciba a un niño como éste
en mi nombre, a mí me recibe. «Guardaos de menospreciar a uno de estos
pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente
el rostro de mi Padre que está en los cielos. «¿Qué os parece? Si un hombre
tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las
noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla,
os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no
descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que
se pierda uno solo de estos pequeños.
3) Reflexión
• Aquí, en el capítulo 18 del
evangelio de Mateo inicia el cuarto gran discurso de la Nueva Ley, el Sermón de
la Comunidad. Como se dijo anteriormente (el 9 de junio de 2008), el Evangelio
de Mateo, escrito para las comunidades de los judíos de Galilea y Siria,
presenta a Jesús como el nuevo Moisés. En el AT, la Ley de Moisés fue
codificada en los cinco libros del Pentateuco. Imitando el modelo antiguo,
Mateo presenta la Nueva Ley, en cinco grandes Sermones: (a) El Sermón de la
Montaña (Mt 5,1 a 7,29); (b) El Sermón de la Misión (Mt 10,1-42); (c) El Sermón
de las Parábolas (Mt 13,1-52); (d) El Sermón de la Comunidad (Mt 18,1-35); (e)
El Sermón del Futuro del Reino (Mt 24,1 a 25,46). Las partes narrativas,
intercaladas entre los cinco Sermones, describen la práctica de Jesús y
muestran cómo practicaba y encarnaba la nueva Ley en su vida.
• El evangelio de hoy trae la primera
parte del Sermón de la Comunidad (Mt 18,1-14) que tiene como palabra clave los
“pequeños”. Los pequeños no son los niños, sino también las personas pobres y
sin importancia en la sociedad y en la comunidad, inclusive los niños. Jesús
pide que estos pequeños estén en el centro de las preocupaciones de la
comunidad, pues "el Padre no quiere que ni uno de estos pequeños
perezca" (Mt 18,14).
• Mateo 18,1: La pregunta de los
discípulos que da pie a la enseñanza de Jesús. Los discípulos quieren saber
quién es el mayor en el Reino. Sólo el hecho de que ellos hicieran esa pregunta
revela que habían entendido poco o nada del mensaje de Jesús. El Sermón de la
Comunidad, todo ello, es para hacer entender que entre los seguidores y las
seguidoras de Jesús tiene que estar vivo el espíritu de servicio, de entrega,
de perdón, de reconciliación y de amor gratuito, sin buscar el propio interés y
autopromoción.
• Mateo 18,2-5: El criterio básico:
el menor es el mayor. Los discípulos quieren un criterio para poder medir la
importancia de las personas en la comunidad: "¿Quién es el mayor en el
Reino de los Cielos?". Jesús responde que el criterio son ¡los niños! Los
niños no tienen importancia social, no pertenecen al mundo de los grandes. Los
discípulos tienen que hacerse como niños. En vez de crecer hacia arriba, tienen
que crecer hacia abajo, hacia la periferia, donde viven los pobres, los
pequeños. ¡Así serán los mayores en el Reino! Y el motivo es éste: “¡Y el que
reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe!” Jesús se identifica
con ellos. El amor de Jesús hacia los pequeños no tiene explicación. Los niños
no tienen mérito. Es la pura gratuidad del amor de Dios que aquí se manifiesta
y pide ser imitada en la comunidad por los que se dicen discípulos y discípulas
de Jesús.
• Mateo 18,6-9: No escandalizar a los
pequeños. Estos cuatro versículos sobre el escándalo de los pequeños fueron
omitidos en el texto del evangelio de hoy. Damos un breve comentario.
Escandalizar a los pequeños significa: ser motivo para que los pequeños pierdan
la fe en Dios y abandonen la comunidad. Mateo conserva una frase muy dura de
Jesús: “Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le
vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los
asnos, y le hundan en lo profundo del mar”. Señal de que en aquel tiempo muchos
pequeños ya no se identificaban con la comunidad y buscaban otros amparos. Y
¿hoy? En América Latina, por ejemplo, cada año alrededor de 3 millones de
personas abandonan las iglesias históricas y se van hacia las iglesias
evangélicas. Señal de que no se sienten en casa entre nosotros. Y muchas veces
son los más pobres los que nos abandonan. ¿Qué nos falta? ¿Cuál es la causa de
este escándalo de los pequeños? Para evitar el escándalo, Jesús manda cortar la
mano o el pie o arrancar el ojo. Esta frase no puede tomarse al pie de la
letra. Significa que hay que ser muy exigente en el combate contra el escándalo
que aleja a los pequeños. No podemos permitir, de forma alguna, que los pequeños
se sientan marginados en nuestra comunidad. Pues, en este caso, la comunidad
dejaría de ser una señal del Reino de Dios.
• Mateo 18,10-11: Los ángeles de los
pequeños están en presencia del Padre. Jesús evoca el salmo 91. Los pequeños
hacen de Yavé su refugio y toman al Altísimo como defensor (Sal 91,9) y, por
esto: “No podrá la desgracia dominante ni la plaga acercarse a tu morada, pues
ha dado a sus ángeles la orden de protegerte en todos tus caminos. En sus manos
te habrán de sostener, para que no tropiece tu pie en alguna piedra”. (Sal
91,10-12).
• Mateo 18,12-14: La parábola de las
cien ovejas. Para Lucas, esta parábola revela la alegría de Dios por la
conversión de un pecador (Lc 15,3-7). Para Mateo, revela que el Padre no quiere
que ni uno de estos pequeñuelos se pierda. Con otras palabras, los pequeños
deben ser la prioridad pastoral de la Comunidad, de la Iglesia. Deben estar en
el centro de la preocupación de todos. El amor por los pequeños y los excluidos
tiene que ser el eje de la comunidad de los que quieren seguir a Jesús. Pues de
este modo la comunidad se vuelve prueba del amor gratuito de Dios que acoge a
todos.
4) Para la reflexión
personal
• Las personas más pobres del barrio
¿participan de nuestra comunidad? ¿Se sienten bien o encuentran en nosotros un
motivo para alejarse?
• Dios Padre no quiere que se pierda
ninguno de los pequeños. ¿Qué significa esto para nuestra comunidad?
5) Oración final
Señor, tus dictámenes son mi herencia
perpetua,
ellos son la alegría de mi corazón.
Inclino mi corazón a cumplir tus
preceptos,
que son recompensa para siempre. (Sal
119,111-112)
Orden de los
Carmelitas