¡Amor y paz!
Los invito, hermanos,
leer y meditar el Evangelio, a la manera de la lectio divina, en este
viernes de la 5ª semana de Cuaresma, ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Juan
10,31-42
Lectio
Viernes, 3 Abril , 2020
Tiempo de
Cuaresma
1) Oración inicial
Perdona las culpas de tu
pueblo, Señor, y que tu amor y tu bondad nos libren del poder del pecado, al
que nos ha sometido nuestra debilidad. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según Juan 10,31-42
Los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle. Jesús les dijo: «Muchas obras buenas de parte del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?» Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios.» Jesús les respondió:
«¿No está escrito en vuestra Ley: Yo he dicho: dioses sois? Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la palabra de Dios -y no puede fallar la Escritura- a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: `Yo soy Hijo de Dios'?
Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre.»
Querían de nuevo prenderle, pero se les escapó de las manos.
Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado antes bautizando, y se quedó allí. Muchos fueron a él y decían: «Juan no realizó ningún signo, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad.» Y muchos allí creyeron en él.
3) Reflexión
• Estamos cerca de la Semana
Santa, en la que conmemoramos y actualizamos la Pasión, la Muerte y la
Resurrección de Jesús. Desde la cuarta semana de cuaresma, los textos
cotidianos de los evangelios están sacados casi exclusivamente del Evangelio de
Juan, dos capítulos que acentúan la tensión dramática entre, de un lado la
revelación progresiva que Jesús hace del misterio del Padre que lo llena
totalmente y, por otro, la cerrazón progresiva de parte de los judíos que se
vuelven cada vez más impenetrables al mensaje de Jesús. Lo trágico de esta
cerrazón es que se hace en nombre de la fidelidad a Dios. Rechazan a Jesús en
nombre de Dios.
• Esta manera que Juan tiene de presentar el conflicto entre Jesús y las
autoridades religiosas no es sólo algo que aconteció en el pasado. Es un espejo
de lo que acontece hoy. Algunas personas se transforman en bombas vivas y matan
a los otros en nombre de Jesús. en nombre de Jesús, nosotros los miembros de
las tres religiones del Dios de Abrahán, judíos, cristianos y musulmanes, nos condenamos
y nos enfrentamos mutuamente, a lo largo de la historia. Es tan difícil y tan
necesario el ecumenismo entre nosotros. En nombre de Dios se hicieron muchas
barbaridades y se siguen haciendo hasta hoy. La cuaresma es un tiempo
importante para pararse y preguntarse cuál es la imagen de Dios que habita en
mi ser.
• Juan 10,31-33: Los judíos quieren apedrear a Jesús. Los judíos buscan piedras para matar a Jesús. Jesús pregunta: “Muchas obras buenas de parte del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?” La respuesta: "No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios.” Quieren matar a Jesús por blasfemia. La ley mandaba apedrear a tales personas.
• Juan 10,34-36: La Biblia llama a todos Hijos de Dios. Quieren matar a Jesús porque se hace pasar por ser Dios. Jesús responde en nombre de la Ley misma de Dios: "¿No está escrito en vuestra Ley: Yo he dicho: dioses sois? Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la palabra de Dios -y no puede fallar la Escritura- a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: `Yo soy Hijo de Dios”?
• Es extraño el que Jesús
diga “vuestra ley”. Tendría que decir “nuestra ley”. ¿Por qué habla así? Aquí
trasparece de nuevo la ruptura trágica entre Judíos y Cristianos, dos hermanos,
hijos del mismo padre Abrahán, que se vuelven enemigos irreducibles hasta el
punto que los cristianos dicen “vuestra ley”, como si no fuera nuestra ley.
• Juan 10,37-38: Y menos
creen en las obras que hago. Jesús vuelve a hablar de las obras que hace y que
son revelación del Padre. Si no hago las obras del Padre no me creáis. Pero si
las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y
conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre. Las mismas palabras que
Jesús pronunciará para los discípulos en la última Cena (Jn 14,10-11).
• Juan 10,39-42: Quieren de nuevo matarle, pero él se escapa de sus manos. No hay ninguna señal de conversión. Siguen acusando a Jesús de blasfemia e insisten en quererle matar. No hay futuro para Jesús. Su muerte está decretada, pero su hora no ha llegado todavía. Jesús sale y atraviesa el Jordán para el lugar donde Juan había sido bautizado. Así muestra continuidad en su misión con la misión de Juan. Ayudaba a la gente a percibir la línea de Dios en la historia. La gente reconoce en Jesús a aquel que Jesús había anunciado.
4) Para la reflexión personal
• Los judíos condenan a
Jesús en nombre de Dios, en nombre de la imagen que tienen de Dios. ¿Condeno a
alguien en nombre de Dios y después descubro que estoy equivocado?
• Jesús se dice a si mismo “Hijo de Dios”. Cuando yo profeso en el Credo que Jesús es el Hijo de Dios, ¿qué contenido le doy en mi profesión de fe?
• Jesús se dice a si mismo “Hijo de Dios”. Cuando yo profeso en el Credo que Jesús es el Hijo de Dios, ¿qué contenido le doy en mi profesión de fe?
5) Oración final
Yo te amo, Señor; tú eres mi
fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte. (Sal 17)
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte. (Sal 17)
Orden de los Carmelitas