¡Amor y paz!
Los invito,
hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este jueves de la 4a semana de
Cuaresma.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Juan 5,31-47
Lectio
Jueves,
4 Abril , 2019
Tiempo
de Cuaresma
1) Oración inicial
Padre lleno de amor,
te pedimos que, purificados por la penitencia y por la práctica de las buenas
obras, nos mantengamos fieles a tus mandamientos, para llegar, bien dispuestos,
a las fiestas de Pascua. Por nuestro Señor.
2) Lectura el Evangelio
Del
Evangelio según Juan 5,31-47
Si yo diera testimonio
de mí mismo, mi testimonio no sería válido. Otro es el que da testimonio de mí,
y yo sé que es válido el testimonio que da de mí.
Vosotros mandasteis
enviados a Juan, y él dio testimonio de la verdad. En cuanto a mí, no es de un
hombre del que recibo testimonio; pero digo esto para que vosotros seáis
salvos.
Él era la lámpara que
arde y alumbra y vosotros quisisteis recrearos una hora con su luz.
Pero yo tengo un
testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha
encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí,
de que el Padre me ha enviado. Y el Padre, que me ha enviado, es el que ha dado
testimonio de mí.
Vosotros no habéis
oído nunca su voz, ni habéis visto nunca su rostro, ni habita su palabra en
vosotros, porque no creéis al que él ha enviado. Vosotros investigáis las
Escrituras,
ya que creéis tener en
ellas vida eterna; ellas son las que dan testimonio de mí;
y vosotros no queréis
venir a mí para tener vida. La gloria no la recibo de los hombres.
Pero yo os conozco: no
tenéis en vosotros el amor de Dios. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me
recibís; si otro viene en su propio nombre,
a ése le recibiréis.
¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la
gloria que viene del único Dios?
No penséis que os voy
a acusar yo delante del Padre.
Vuestro acusador es
Moisés, en quién habéis puesto vuestra esperanza.
Porque, si creyerais a
Moisés, me creeríais a mí, porque él escribió de mí. Pero si no creéis en sus
escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?»
3) Reflexión
• Juan, intérprete de
Jesús. Juan es un buen intérprete de las palabras de Jesús. Un buen intérprete
debe tener una doble fidelidad. Fidelidad a las palabras de aquel que habla, y
fidelidad al lenguaje de aquel que escucha. En el Evangelio de Juan, las palabras
de Jesús no son transmitidas materialmente al pie de la letra, sino que son
traducidas y transpuestas al lenguaje de la gente de las comunidades cristianas
del final del primer siglo en Asia Menor. Por este motivo, las reflexiones del
Evangelio de Juan no son siempre fáciles de entender. Pues en ellas se juntan
las palabras de Jesús y las palabras del evangelista que refleja el lenguaje de
fe de las comunidades de Asia Menor. Por esto mismo, no basta el estudio
erudito o científico de las palabras para poder captar el sentido pleno y
profundo de las palabras de Jesús. Es necesario tener en nosotros también una
vivencia comunitaria de la fe. El evangelio del día de hoy es un típico ejemplo
de la profundidad espiritual y mística del discípulo amado.
• Iluminación mutua
entre vida y fe. Aquí vale repetir lo que Juan Cassiano dijo respecto del
descubrimiento del sentido pleno y profundo de los salmos: “Instruidos por
aquello que sentimos, no percibimos el texto como algo que solamente oímos,
sino como algo que experimentamos y tocamos con nuestras manos; no como una
historia extraña e inaudita, sino como algo que damos a luz desde lo más
profundo de nuestro corazón, como si fueran sentimientos que forman parte de
nuestro ser. Repitámoslo: no es la lectura (estudio) lo que nos hace penetrar
en el sentido de las palabras, sino la propia experiencia adquirida
anteriormente en la vida de cada día” (Collationes X,11). La vida ilumina el
texto, el texto ilumina la vida. Si, a veces, el texto no nos dice nada, no es
por falta de estudio ni por falta de oración, sino sencillamente por falta de
profundidad en nuestra vida.
• Juan 5,31-32: El
valor del testimonio de Jesús. El testimonio de Jesús es verdadero, porque no
se promueve a sí mismo, ni se exalta a sí mismo. “Otro es el que da testimonio
de mí”, y es el Padre. Y su testimonio es verdadero y merece fe.
• Juan 5,33-36: El
valor del testimonio de Juan Bautista y de las obras de Jesús. Juan Bautista
también dio testimonio respecto de Jesús y lo presentó a la multitud como
enviado de Dios que debía venir a este mundo (cf. Jn 1,29.33-34; 3,28-34). Por
esto, por muy importante que sea el testimonio de Juan, Jesús no depende de él.
El tiene un testimonio a su favor que es mayor que el testimonio de Juan, a
saber, las obras que el Padre realiza por medio de él (Cf. Jn 14,10-11).
• Juan 5,37-38: El
Padre da testimonio a favor de Jesús. Anteriormente, Jesús había dicho: “Quien
es de Dios oye las palabras de Dios” (Jn 8,47). Los judíos que acusan a Jesús
no tienen la mente abierta para Dios. Por ello, no consiguen percibir el testimonio
del Padre que les llega a través de Jesús.
• Juan 5,39-41: La
escritura da testimonio a favor de Jesús. Los judíos dicen tener fe en las
escrituras, pero en realidad no entienden la Escritura, pues la propia
Escritura habla de Jesús (cf. Jn 5,46; 12,16.41; 20,9).
• Juan 5,42-47: El
Padre no juzga, pero confía el juicio al hijo. Los judíos se dicen fieles a la
Escritura y a Moisés y, por ello, condenan a Jesús. En realidad, Moisés y la
escritura hablan respecto de Jesús y piden creer en él.
4) Para la reflexión personal
• La vida ilumina el
texto y el texto ilumina la vida. ¿Has experimentado esto alguna vez?
• Trata de profundizar
en el valor del testimonio de Jesús.
5) Oración final
El Señor es fiel a sus
palabras,
bondadoso en todas sus
acciones.
El Señor sostiene a
los que van a caer,
endereza a los que ya
se doblan. (Sal 144)
Orden de los Carmelitas