¡Amor y
paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio,
en este sábado de la 3a semana de Cuaresama, ciclo C.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Lucas 18,9-14
Lectio
Sábado, 30 Marzo ,
2019
Tiempo
de Cuaresma
1) Oración inicial
Llenos de alegría, al
celebrar un año más la Cuaresma, te pedimos, Señor, vivir los sacramentos
pascuales y sentir en nosotros el gozo de su eficacia. Por nuestro Señor.
2) Lectura del
Evangelio
Del
Evangelio según Lucas 18,9-14
A algunos que se
tenían por justos y despreciaban a los demás les dijo esta parábola: «Dos
hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El fariseo, de
pie, oraba en su interior de esta manera: ¡Oh Dios! Te doy gracias porque no
soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este
publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias.'
En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los
ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh Dios! ¡Ten
compasión de mí, que soy pecador!' Os digo que éste bajó a su casa justificado
y aquél no. Porque todo el que se ensalce será humillado; y el que se humille
será ensalzado.»
3) Reflexión
• En el Evangelio de
hoy, Jesús cuenta la parábola del fariseo y del publicano para enseñarnos a
rezar. Jesús tiene una manera distinta de ver las cosas. Ve algo positivo en el
publicano, aunque todo el mundo decía de él: “¡No sabe rezar!” Jesús vivía tan
unido al Padre por la oración que todo se convertía para él en expresión de
oración.
• La manera de
presentar la parábola es muy didáctica. Lucas presenta una breve introducción
que sirve de clave de lectura. Luego Jesús cuenta la parábola y al final Jesús
aplica la parábola a la vida.
• Lucas 18,9: La
introducción. La parábola es presentada por la siguiente frase: "A algunos
que se tenían por justos y despreciaban a los demás les dijo esta parábola.” La
frase es de Lucas. Se refiere al tiempo de Jesús, pero se refiere también a nuestro
tiempo. Hay siempre personas y grupos de personas que se consideran justas y
fieles y que desprecian a los demás, considerándolos ignorantes e infieles.
• Lucas 18,10-13: La
parábola. Dos hombres van al templo a rezar: un fariseo y un publicano. Según
la opinión de la gente de entonces, los publicanos no eran considerados para
nada y no podían dirigirse a Dios, porque eran personas impuras. En la parábola,
el fariseo agradece a Dios el ser mejor que los demás. Su oración no es que un
elogio de sí mismo, una exaltación de sus buenas cualidades y un desprecio para
los demás y para el publicano. El publicano ni siquiera levanta los ojos, pero
se golpea el pecho diciendo: "¡Dios mío, ten piedad de mí que soy un
pecador!" Se pone en su lugar ante Dios.
• Lucas 18,14: La
aplicación. Si Jesús hubiera dejado opinar a la gente y decir quién de los dos
volvió justificado a su casa, todos hubieran contestado: "¡El
fariseo!" Ya que era ésta la opinión común en aquel tiempo. Jesús piensa
de manera distinta. Según él, aquel que vuelve a casa justificado, en buenas
relaciones con Dios, no es el fariseo, sino el publicano. Jesús da la vuelta al
revés. A las autoridades religiosas de la época ciertamente no les gustó la
aplicación que él hace de esta parábola.
• Jesús reza.
Sobretodo Lucas nos informa de la vida de oración de Jesús. Presenta a Jesús en
constante oración. He aquí una lista de textos del evangelio de Lucas, en los
que Jesús aparece en oración: Lc 2,46-50; 3,21: 4,1-12; 4,16; 5,16; 6,12;
9,16.18.28; 10,21; 11,1; 22,32; 22,7-14; 22,40-46; 23,34; 23,46; 24,30. Leyendo
el evangelio de Lucas, es posible encontrar otros textos que hablan de la
oración de Jesús. Jesús vivía en contacto con el Padre. La respiración de su
vida era hacer la voluntad del Padre (Jn 5,19). Jesús rezaba mucho e insistía,
para que la gente y sus discípulos hiciesen lo mismo, ya que en el contacto con
Dios nace la verdad y la persona se encuentra consigo misma, en toda su
realidad y humildad. En Jesús, la oración está íntimamente enlazada con los
hechos concretos de la vida y con las decisiones que tenía que tomar. Para
poder ser fiel al proyecto del Padre, trataba de permanecer a solas con El para
escucharle. Jesús rezaba los Salmos. Como cualquier otro judío piadoso, los conocía
de memoria. Jesús compuso su propio salmo. Es el Padre Nuestro. Su vida era una
oración permanente: "¡Yo no puedo hacer nada por mi cuenta!" (Jn
5,19.30). Se aplica a él lo que dice el Salmo: "¡Me acusan, mientras yo
rezo!" (Sal 109,4).
4) Para la reflexión
personal
• Mirando de cerca
esta parábola, ¿yo soy como el fariseo o como el publicano?
• Hay personas que
dicen que no saben rezar, pero hablan todo el tiempo con Dios. ¿Conoces a
personas así?
5) Oración final
Piedad de mí, oh Dios,
por tu bondad,
por tu inmensa ternura
borra mi delito,
lávame a fondo de mi
culpa,
purifícame de mi
pecado. (Sal 51
Orden de los
Carmelitas