viernes, 5 de agosto de 2016

¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario,  este viernes de la 18ª semana del tiempo ordinario.

Dios nos bendice…

Evangelio según San Mateo 16,24-28. 
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras. Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino". 
Comentario

El texto evangélico se inicia con un “Jesús dijo a los discípulos” que sirve de introducción a una enseñanza sobre las exigencias de la vida cristiana. Se parte de la afirmación del seguimiento como elemento constitutivo fundamental de la vida del discípulo. Este se define en su relación con Jesús en su camino histórico de Pasión, anunciado precedentemente (v.21) y en su venida gloriosa para el futuro.

El texto vuelve sucesivamente su mirada al presente entendido como “negación de sí mismo” y como “tomar la propia cruz” (v.24), al futuro entendido como “venida del Hijo del Hombre entre sus ángeles con la gloria de su Padre”(v.27) y a la contemporaneidad de ambos en la vida del discípulo: “algunos de los aquí presentes no morirán sin ver al Hijo del hombre venir”.
De esa forma presente y futuro se encuentran no solamente ligados como una causa y su efecto sino también íntimamente entrelazados en la existencia histórica de cada hombre.

La esperanza cristiana se presenta, de este modo, íntimamente asociada a la historia del dolor y el sufrimiento humano. Sin fatalismos ni búsqueda de padecimientos, las circunstancias históricas en que se desarrollan la vida de Jesús y del discípulo exigen la capacidad de asumir el padecimiento necesario para la transformación de la realidad en vistas a adecuarla al designio divino.

Con tres solemnes “porque”, Jesús describe el camino que se debe recorrer. Se debe perder la propia vida en su muerte para encontrarla en su resurrección. De esta forma contrapone su actuación de entrega generosa a la búsqueda egoísta de perpetuarse a sí mismo.

Esta última puede llenar las preocupaciones personales pero se revela infructuosa y estéril. Se
puede ganar el mundo entero pero éste no asegura la continuidad de la existencia, nada es suficientemente valioso para recobrar la vida de este modo perdida.

Sólo la identificación con Jesús hecha realidad en el seguimiento que lleva a recorrer el mismo camino recorrido por Jesús en su existencia histórica puede hacer que el presente adquiera perennidad y consistencia plena.

Frente a frente se encuentran de nuevo presentadas las opciones que delante de sí tiene toda existencia humana. La búsqueda egoísta de sí mismo, el replegamiento sobre los propios intereses no puede dar una respuesta satisfactoria al ansia humana de supervivencia. Por el contrario, las acciones humanas adquieren consistencia desde el futuro de Dios y de su Juicio. En él, sólo la capacidad y donación semejantes a las mostradas por la actuación del Jesús terreno, son los únicos criterios que pueden asegurar la supervivencia. El presente se coloca de esta forma en íntima relación con el futuro, es el ámbito en que éste puede ser construido según el designio de la “gloria de Dios”. 

Pero esta realidad no se posterga para ese momento posterior. Ya en el presente es operante en la vida del discípulo que puede hacer experiencia de ella “verla” antes de morir. 

De esa forma, el futuro se hace realidad en la existencia del discípulo que tiene la posibilidad de acceder a ese Reino anticipadamente compartiendo la suerte de Jesús.

Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica).