¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este
viernes de la 7a semana de Pascua, Ciclo C.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Juan 21,15-19
Lectio
Viernes, 7 Junio ,
2019
Tiempo
de Pascua
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que por la
glorificación de Jesucristo y la venida del Espíritu Santo nos has abierto las
puertas de tu reino; haz que la recepción de dones tan grandes nos mueva a
dedicarnos con mayor empeño a tu servicio y a vivir con mayor plenitud las riquezas
de nuestra fe. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
santo Evangelio según Juan 21,15-19
Después de haber
comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le
dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis
corderos.» Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice
él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.»
Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de
que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo
sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas. «En
verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde
querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y
te llevará adonde tú no quieras.» Con esto indicaba la clase de muerte con que
iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.»
3) Reflexión
• Estamos en los
últimos días de Pentecostés. Durante la cuaresma, la selección de los
evangelios del día sigue la antigua tradición de la Iglesia. Entre Pascua y
Pentecostés, la preferencia es para el evangelio de Juan. Así, en estos últimos
dos días antes de Pentecostés, los evangelios diarios presentan los últimos
versículos del evangelio de Juan. Luego retomamos el Tiempo Común, y volvemos
al evangelio de Marcos. En las semanas del Tiempo Común, la liturgia diaria
hace la lectura continua del evangelio de Marcos (desde la 1ª hasta la 9ª
semana común), de Mateo (desde la 10º hasta la 21ª semana común) y de Lucas
(desde la 22ª hasta la 34ª semana común).
• Los evangelios de
hoy y de mañana presentan el último encuentro de Jesús con sus discípulos. Fue
un reencuentro de celebración, marcado por la ternura y por el cariño. Al
final, Jesús llama a Pedro y le pregunta tres veces: "¿Me amas?"
Solamente después de haber recibido, por tres veces, la misma respuesta
afirmativa, Jesús da a Pedro la misión de cuidar de las ovejas. Para que
podamos trabajar en la comunidad Jesús no pregunta si sabemos muchas cosas. ¡Lo
que pide es que tengamos mucho amor!
• Juan 21,15-17: El
amor en el centro de la misión. Después de una noche de pesca en el lago sin
pescar ni un pez, al llegar a orillas de la playa, los discípulos descubren que
Jesús había preparado una comida con pan y pescado asado sobre las brasas. Terminada
la comida, Jesús llama a Pedro y le pregunta tres veces: "¿Me amas?"
Tres veces, porque fue por tres veces que Pedro negó a Jesús (Jn 18,17.25-27).
Después de tres respuestas afirmativas, también Pedro se vuelve hacia el
"Discípulo Amado" y recibe la orden de cuidar de las ovejas. Jesús no
pregunta a Pedro si había estudiado exégesis, teología, moral o derecho
canónico. Sólo le pregunta:"¿Me amas?" El amor en primer lugar. Para
las comunidades del Discípulo Amado la fuerza que las sustenta y que las
mantiene unidas no es la doctrina, sino el amor.
• Juan 21,18-19: La
previsión de la muerte. Jesús dice a Pedro: En verdad, en verdad te digo:
cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando
llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú
no quieras. A lo largo de la vida, Pedro y todos vamos madurando. La práctica
del amor se irá estableciendo en la vida y la persona deja de ser dueña de sí
misma. El servicio de amor a los hermanos y hermanas nos ocupará del todo y nos
conducirá. Otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras. Este es el sentido
del seguimiento. Y el evangelista comenta: “Con esto indicaba la clase de
muerte con que Pedro iba a glorificar a Dios”. Y Jesús añadió:
"Sígueme."
• El amor en Juan –
Pedro, ¿me amas? – El Discípulo Amado. La palabra amor es una de las palabras
que más usamos, hoy en día. Por esto mismo, es una palabra muy desgastada. Pero
es con esta palabra que las comunidades del Discípulo Amado manifestaban su identidad
y su proyecto. Amar es ante todo una experiencia profunda de relación entre
personas, donde existe una mezcla de sentimientos y valores como alegría,
tristeza, sufrimiento, crecimiento, renuncia, entrega, realización, donación,
compromiso, vida, muerte, etc. Este conjunto en la Biblia se resume en una
única palabra en lengua hebraica. Esta palabra es Hesed. Es una palabra de
difícil traducción para nuestra lengua. En nuestras Biblias generalmente se
traduce por caridad, misericordia, fidelidad o amor. Las comunidades del
Discípulo Amado tratan de vivir esta práctica de amor en toda su radicalidad.
Jesús la revela a los suyos en sus encuentros con las personas, con
sentimientos de amistad y de ternura, como, por ejemplo, en su relación con la familia
de Marta en Betania: “Jesús amaba a Marta y a su hermana y a Lázaro”. Llora
ante la tumba de Lázaro (Jn 11,5.33-36). Jesús encarnó siempre su misión como
una manifestación de amor: “Habiendo amado a los suyos los amó hasta el fin”
(Jn 13,1). En este amor Jesús manifiesta su profunda identidad con el Padre (Jn
15,9). Para las comunidades no había otro mandamiento que éste: “Actuar como
actuaba Jesús” (1Jn 2,6). Esto implica “amar a los hermanos”(1Jn 2,7-11;
3,11-24; 2Jn 4-6). Siendo un mandamiento tan central en la vida de la
comunidad, los escritos joaneos definen así el amor: “En esto conocemos el
Amor: que el dio su vida por nosotros. Nosotros también debemos dar nuestra
vida por nuestros hermanos y hermanas”. Por esto no debemos “amar sólo de
palabra, sino dar la vida por nuestros hermanos”.(1Jn 3,16-17). Quien vive el
amor lo manifiesta en sus palabras y actitudes y se vuelve también Discípula
Amada, Discípulo Amado.
4) Para la reflexión
personal
•
Mira dentro de ti y di cuál es el motivo más profundo que te lleva a trabajar
en comunidad. ¿Es el amor o te preocupan las ideas?
•
A partir de las relaciones que tenemos entre nosotros, con Dios y con la
naturaleza, ¿qué tipo de comunidad estamos construyendo?
5) Oración final
Bendice, alma mía, al Señor,
el fondo de mi ser, a
su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
nunca olvides sus
beneficios. (Sal 103,1-2)
Orden
de los Carmelitas