¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este jueves de la 5a semana
de Pascua, Ciclo C.
Dios nos
bendice....
Lectio Divina: Juan 15,9-11
Lectio
Jueves, 23 May ,
2019
Tiempo de Pascua
1) Oración inicial
Señor Dios
todopoderoso, que, sin mérito alguno de nuestra parte, nos has hecho pasar de
la muerte a la vida y de la tristeza al gozo; no pongas fin a tus dones, ni
ceses de realizar tus maravillas en nosotros, y concede a quienes ya hemos sido
justificados por la fe la fuerza necesaria para perseverar siempre en ella. Por
nuestro Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según Juan 15,9-11
Como el Padre me amó,
yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis
mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de
mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros,
y vuestro gozo sea colmado.”
3) Reflexión
• La reflexión sobre
la parábola de la vid comprende los versículos de 1 a 17. Ayer meditamos los
versículos de 1 a 8. Hoy meditamos los versículos de 9 a 11. Pasado mañana, el
evangelio del día salta los versículos de 12 a 17 y empieza desde el versículo
18, que habla de otro tema. Por esto, incluimos hoy un breve comentario de los
versículos de 12 a 17, pues en estos versículos despunta la flor y es aquí
donde la parábola de la vid muestra toda su belleza.
• El evangelio de hoy
es de apenas tres versículos, que dan continuidad al evangelio de ayer y
arrojan más luz para aplicar la comparación de la vid a la vida de las
comunidades. La comunidad es como una vid. Pasa por momentos difíciles. Es el
momento de la poda, momento necesario para que produzca más fruto.
• Juan 15,9-11:
Permanecer en el amor, fuente de la perfecta alegría. Jesús permanece en el
amor del Padre observando los mandamientos que de él recibió. Nosotros
permanecemos en el amor de Jesús observando los mandamientos que él nos dejó. Y
debemos observarlos del mismo modo que él observó los mandamientos del Padre:
“Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado
los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.” Y en esta unión de amor
del Padre y de Jesús está la fuente de la verdadera alegría: “Os he dicho esto,
para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado”.
• Juan 15,12-13: Amar
a los hermanos como él nos amó. El mandamiento de Jesús es uno solo:
"¡amarnos unos a otros como él nos amó!" (Jn 15,12). Jesús supera el
Antiguo Testamento. El criterio antiguo era: "Amarás a tu prójimo como a
ti mismo" (Lv 18,19). El nuevo criterio es: "Amaros unos a otros como
yo os he amado”. Aquí Jesús dice la frase: "¡No hay amor más grande de
aquel que da la vida para sus hermanos!"
• Juan 15,14-15 Amigos
y no siervos. "Seréis mis amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo
que yo os mando”, a saber, la práctica del amor hasta el don total de sí. En
seguida, Jesús coloca un ideal altísimo para la vida de los discípulos y de las
discípulas. Y les dice: " No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe
lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído
a mi Padre os lo he dado a conocer". Jesús no tenía secretos para sus
discípulos y sus discípulas. Todo lo que ha oído del Padre nos lo cuenta. Es
éste el ideal bonito de la vida en comunidad: llegamos a la total
transparencia, al punto de no tener secretos entre nosotros y de podernos
confiar totalmente el uno en el otro, de podernos compartir la experiencia que
tenemos de Dios y de la vida y, así, enriquecernos mutuamente. Los primeros
cristianos conseguirán realizar este ideal durante algunos años. Ellos
"eran un solo corazón y una sola alma" (He 4,32; 1,14; 2,42.46).
• Juan 15,16-17: Fue
Jesús quien nos eligió. No fuimos nosotros quienes elegimos a Jesús. Fue él
quien nos encontró, nos llamó y nos dio la misión de ir y de dar fruto, fruto
que permanezca. Nosotros necesitamos de él, pero también él quiere precisar de nosotros
y de nuestro trabajo para poder continuar haciendo hoy lo que él hizo para el
pueblo de Galilea. La última recomendación: "¡Esto os mando: que os améis
unos a otros!"
• El Símbolo de la Vid
en la Biblia. El pueblo de la Biblia cultivaba viñas y producía un buen vino.
La recogida de la uva era una fiesta, con cantos y danzas. Fue de allí que tuvo
origen el canto de la viña, usado por el profeta Isaías. El compara el pueblo
de Israel con una viña (Is 5,1-7; 27,2-5; Sal 80,9-19). Antes de él, el profeta
Oseas ya había comparado a Israel con una viña exuberante que cuanto más frutos
producía, más multiplicaba sus idolatrías (Os 10,1). Este tema fue también
utilizado por Jeremías, que comparó Israel a una viña bastarda (Jer 2,21), de
la que iban a ser arrancados los ramos (Jer 5,10; 6,9). Jeremías usa estos
símbolos porque él mismo tuvo una viña que fue pisada y devastada por los
invasores (Jer 12,10). Durante el cautiverio de Babilonia, Ezequiel usó el
símbolo de la vid para denunciar la infidelidad del pueblo de Israel. Contó
tres parábolas sobre la vid: a) La vid quemada que ya no sirve para nada (Ez
15,1-8); b) La vid falsa plantada y protegida por dos aguas, símbolos de los
reyes de Babilonia y de Egipto, enemigos de Israel (Ez 17,1-10). c). La vid
destruida por el viento oriental, imagen del cautiverio de Babilonia (Ez
19,10-14). La comparación de la vid fue usada por Jesús en varias parábolas:
los trabajadores de la viña (Mt 21,1-16); los dos hijos que deben trabajar en
la viña (Mt 21,33-32); los que alquilaron una viña, no pagaron el dueño,
espantaron a sus siervos y mataron a su hijo (Mt 21,33-45); la higuera estéril
plantada en la viña (Lc 13,6-9); la vid y los sarmientos (Jn 15,1-17).
4) Para la reflexión
personal
• Somos amigos y no
siervos. ¿Cómo vivo esto en mi relación con las personas?
• Amar como Jesús nos
amó. ¿Cómo crece en mí este ideal de amor?
5) Oración final
Cantad al Señor, bendecid su nombre!
Anunciad su salvación
día a día,
contad su gloria a las
naciones,
sus maravillas a todos
los pueblos. (Sal 96,2-3)
Orden
de los Carmelitas