¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este XVI
Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: 16º Domingo del tiempo ordinario (C)
Lectio
Domingo, 21 Julio ,
2019
María y Marta amigas de Jesús
¿Cuál es la mejor parte escogida por María?
Lucas 10,38-42
1. Oración inicial
Señor Jesús, envía tu
Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual
Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la
Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios
en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que
parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida
y resurrección.
Crea en nosotros el
silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los
acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que
sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los
discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y
testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de
fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María,
que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
2. Lectura
a)
Clave de lectura:
El texto del Evangelio
de este domingo narra la visita de Jesús a la casa de Marta y María. Jesús dice
a Marta: “María ha
escogido la mejor parte que no le será quitada”. A lo largo de los siglos, estas palabras, muchas veces, han sido
interpretadas como si fuese una confirmación por parte de Jesús del hecho que
la vida contemplativa escondida en los monasterios es mejor y más sublime que
la vida activa de aquellos que trabajan en el campo de la evangelización. Esta
interpretación no es muy correcta, porque no tiene fundamento en el texto. Para
entender el significado de estas palabras de Jesús ( y de cualquier otra
palabra), es importante tomar en consideración el contexto, sea el contexto del
evangelio de Lucas, como también el contexto más amplio de la obra de Lucas que
comprende el Evangelio y las Actas de los Apóstoles. Antes de verificar el
contexto más amplio de las Actas de los Apóstoles, tratemos de echar una mirada
al texto en sí y ver como está colocado en el contexto inmediato del evangelio
de Lucas. Durante la lectura, trata de sentirte presente en la casa de Marta y
de sentirte vecino al ambiente y a las palabras de Jesús no sólo al oído de
Marta, sino al oído de las comunidades para las cuales Lucas escribía su
evangelio y a nuestro oído, el de nosotros, que hoy escuchamos estas palabras
tan inspiradoras de Jesús.
b)
Una división del texto para ayudarnos en la lectura
Lucas 10,38: Marta recibe a Jesús en su casa
Lucas 10,39-40a: María escucha la palabra de Jesús. Marta se dedica al servicio de la casa
Lucas 10-40b: Marta reclama y pide a Jesús que
intervenga
Lucas 10,41-42: Respuesta de Jesús
c)
Texto:
38 Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una
mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. 39 Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del
Señor, escuchaba su palabra, 40 mientras Marta
estaba atareada en muchos quehaceres. Al fin, se paró y dijo: «Señor, ¿no te
importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me
ayude.» 41 Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te
preocupas y te agitas por muchas cosas; 42 y hay
necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que
no le será quitada.»
3. Un momento de
silencio orante
para que la Palabra de
Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
4. Algunas preguntas
para ayudarnos en la
meditación y en la oración.
a) ¿Cuál es el punto
que más te ha gustado o ha llamado más tu atención? ¿Por qué?
b) ¿Qué querrá decir
Jesús con esta afirmación: “una sóla cosa es necesaria”?
c) ¿Cuál era la “mejor
parte” que María escogió y que no le será quitada?
d) Un suceso histórico
puede tener un sentido simbólico profundo. ¿Has conseguido tú descubrir un
sentido simbólico en el modo en el que Lucas describe la visita de Jesús a la
casa de Marta y María?
e) Lee atentamente las
Actas de los Apóstoles y trata de descubrirle el nexo que hay entre el problema
de los apóstoles y la conversación de Jesús con María.
5. Para los que
quisieren profundizar más en el tema
a)
Contexto del Evangelio de Lucas:
En Lucas 9,51 comienza
la segunda etapa de la actividad apostólica de Jesús, el largo viaje desde
Galilea hasta Jerusalén. Al comienzo del viaje, Jesús sale del mundo judío y
entra en el mundo de los samaritanos (Lc 9,52). A pesar de ser mal recibido por
los samaritanos (Lc 9,53), continúa en su territorio y hasta corrige a los
discípulos que piensan de modo diverso (Lc 9,54-55). Cuando responde a aquellos
que querían seguirlo, Jesús les aclara el significado de cuanto acontece y les
señala las exigencias de la misión (Lc 9,56-62).
Después Jesús designa
otros setenta y dos discípulos para ir en misión delante de Él. El envío de los
doce (Lc 9,1-6) era para el mundo de los judíos. El envío de los setenta y dos
es para el mundo no judío (Lc 10,1-16). Terminada la misión, Jesús y los discípulos
se reúnen para evaluar el trabajo desarrollado por ellos, pero Jesús insiste en
la certeza mayor de que sus nombres están escritos en el cielo (Lc 10.17-37).
Después viene nuestro
texto que describe la visita de Jesús a la casa de Marta y María (Lc 10,38-42).
Lucas no especifica dónde se encuentra la aldea de María y Marta, pero en el
contexto geográfico de su evangelio, el lector imagina que la aldea se encontraba
en Samaría. Por el evangelio de Juan sabemos que Marta y María vivían en
Betania, una pequeña aldea vecina a Jerusalén (Jn 11,1). Juan nos dice además
que tenía un hermano de nombre Lázaro.
b)
Comentario del texto
Lucas 10,38: Marta recibe a Jesús en su casa
“Yendo
ellos de camino, entró en un pueblo y una mujer de nombre Marta, lo acogió en
su casa”. Jesús iba de camino. Lucas
no siempre dice por dónde está pasando Jesús, pero muchas veces dice que Jesús
iba de camino (Lc 9,51.53.57; 10,1.38; 11,1; 13,22.33; 14,25; 17,11: 18,31.35;
19,1.11.28.29.41.45; 20,1). Porque Jesús estaba firmemente decidido a subir a
Jerusalén (Lc 19,51). Esta decisión le orienta durante todas las etapas del
viaje. La entrada en el pueblo y en la casa de Marta y María es una etapa más
de esta larga caminata hasta Jerusalén y forma parte de la realización de la
misión de Jesús. Desde el comienzo, el objetivo de la caminata está definido;
realizar su misión de Siervo, anunciada por Isaías (Is 53,2-10; 61,1-2) y
asumida por Jesús en Nazaret (Lc 4,16-21).
Lucas 10,39-40a: María escucha la palabra, Marta se
dedica al servicio
“Tenía
ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies de Jesús, escuchaba su
palabra; mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres”. Una cena normal en casa, en familia. Mientras algunos hablan, otros preparan la comida.
La dos cosas son importantes y necesarias, las dos se complementan, sobre todo
cuando se trata de acoger a alguno que viene de fuera. Afirmando que “Marta estaba atareada en muchos
quehaceres” (diaconía), Lucas evoca
a los setenta y dos discípulos también ocupados en muchas cosas del servicio
misionero (Lc 10,17-18)
Lucas 10,40b: Marta reclama y pide a Jesús que
intervenga
“Al
fin se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el
trabajo? Dile, pues, que me ayude». Otra
escena familiar, pero no tan normal. Marta se está preocupando sola de la
preparación de la comida, mientras María está sentada, y está conversando con
Jesús. Marta reclama. Quizá Jesús interfiera y diga algo a la hermana para ver
si le ayuda en el servicio en la diaconía. Marta se considera una sierva y piensa que el servicio de una
sierva es el de preparar la comida y que su servicio en la cocina es más
importante que el de su hermana que habla con Jesús. Para Marta, lo que hace
María no es servicio, porque dice: “¿No te importa que mi hermana me deje sola en el servicio? Pero Marta no es la única sierva. También Jesús
asume el papel de siervo, a saber, el Siervo anunciado por el profeta Isaías.
Isaías había dicho que el servicio principal del Siervo es el de estar delante
de Dios a la escucha en oración para poder descubrir una palabra de consuelo
que llevar a aquellos que están cansados. Decía el Siervo: “ El Señor Dios me
ha dado una lengua de discípulo, para que yo sepa dirigir al cansado una
palabra. Cada mañana despierta mis oídos para que yo oiga como discípulo.” (Is
50,4). Ahora, María tiene un comportamiento de oración delante de Jesús. Y
surge la pregunta: ¿quién realiza mejor el servicio de
sierva: Marta o María?
Lucas 10,41-42: Respuesta de Jesús
“Le
respondió el Señor: «Marta, Marta te preocupas y te agitas por muchas cosas y
hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte,
que no le será quitada»”. Una bella
respuesta y muy humana. Para Jesús una buena conversación con personas amigas
es importante e incluso más importante que el comer (cf. Jn 4,32). Jesús no
está de acuerdo con la preocupación de Marta. Él no quiere que la preparación
del almuerzo interrumpa la conversación. Y es como si dijese: “Marta, no hay
necesidad de preparar tantas cosas. Basta una pequeña cosa. Y luego ven a
participar de la conversación, tan bella”. Este es el significado principal tan
sencillo y humano de las palabras de Jesús. A Jesús le agrada una buena
conversación. Y una buena conversación con Jesús
produce una conversión. Pero en el contexto del evangelio de Lucas, estas
palabras decisivas de Jesús toman un significado simbólico más profundo:
i) Como Marta, también
los discípulos, durante la misión, se preocupaban de muchas cosas, pero Jesús
aclara bien que la cosa más importante es la de tener los nombres escritos en
el cielo, o sea, ser conocidos y amados por Dios (Lc 10,20). Jesús repite a
Marta: “Tú te
preocupas y agitas por muchas cosas y hay necesidad de pocas, mejor, de una
sola”.
ii) Antes de este
episodio, un doctor de la ley había reducido los mandamientos a uno solo:
Amarás al Señor sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo” (Lc 10,27).
Cumpliendo este único y mejor mandamiento, la persona estará dispuesta a obrar
con amor como el Buen Samaritano y no como el sacerdote y el levita que no
cumplieron con su deber (Lc 10,25-42). Los muchos servicios de Marta deben ser
realizados a partir de este único servicio verdaderamente necesario que es la
atención amorosa a las personas. Esta es la mejor parte que María ha escogido y
que no le será
quitada.
iii) Marta se preocupa
de servir (diaconía). Ella quería ser ayudada por María en el servicio de la mesa. ¿Pero cuál es el servicio que Dios desea? Esta es la cuestión. El
comportamiento de María está más de acuerdo con el comportamiento del Siervo de
Dios, porque, como el Siervo, ella se encuentra en una situación de oración
delante de Jesús. María no puede abandonar esta postura de oración en presencia
de Dios. Porque si lo hiciese, no descubriría la palabra de consuelo que llevar
a los cansados y desanimados. Este es el verdadero servicio que Dios está pidiendo a todos.
c)
Ampliando conocimientos:
El
contexto más amplio de las Actas de los Apóstoles.
Después de la muerte y
resurrección de Jesús nacerán las comunidades. Ellas debían afrontar problemas
nuevos, para los cuales no existían soluciones previstas de antemano. Para
orientarse en la solución de los problemas, las comunidades intentaban recordar
las palabras y gestos de Jesús, que pudiesen ayudar a traer un poco de luz.
Así, el episodio de la visita de Jesús a la casa de Marta y María fue recordado
y narrado para ayudar a esclarecer el problema descrito en las Actas 6,1-6.
El rápido crecimiento
del número de cristianos creó divisiones en la comunidad. Los fieles de origen
griego comenzaron a quejarse de los de origen hebreo y decían que sus viudas
estaban desatendidas en la vida de cada día. Era una discriminación en la vida
de la comunidad y falta de personas para los diversos servicios. Hasta entonces
no había surgido todavía la necesidad de comprometer a otras personas en la
coordinación de la comunidad y en el cumplimiento de los servicios. Como
Moisés, obligado por los hechos, dividió el poder y convocó a otros setenta
jefes para los servicios necesarios entre el pueblo de Dios (Ex 18,17-23; Núm.
11,16-17). Jesús había hecho la misma cosa: convocó otros setenta discípulos
(Lc 10, 1). Ahora, ante nuevos problemas, los apóstoles hicieron lo mismo.
Convocaron a la comunidad y propusieron el problema delante de todos. Sin duda,
la palabra de Jesús a Marta y María les ayudó en la solución. A continuación se
puede leer los dos textos, uno junto al otro. Intenta descubrir cómo se
iluminan mutuamente:
1 Por
aquellos días, al multiplicarse los discípulos, hubo quejas de los helenistas
contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia
cotidiana. 2 Los Doce
convocaron la asamblea de los discípulos y dijeron: «No está bien que
nosotros abandonemos la palabra de Dios por servir a las mesas. 3Por tanto, hermanos, buscad de entre
vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de saber, y los
pondremos al frente de esa tarea; 4 mientras
que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra.»
(Hechos 6, 1-4)
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38 Yendo
ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió
en su casa. 39 Tenía ella
una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su
palabra, 40 mientras
Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Al fin, se paró y dijo: «Señor,
¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me
ayude.» 41 Le respondió
el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; 42 y hay necesidad de pocas, o
mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada.»
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Los apóstoles se
encontraban entre dos necesidades reales, las dos muy importantes, definidas
como servicio (diaconía): el servicio de la Palabra y el
servicio de las mesas. ¿Qué hacer? ¿Cuál de las dos es la más importante? La
respuesta de Jesús a María ayudó a resolver el problema. Jesús dice que María
no podía abandonar la conversación con Él para a ayudar en la cocina. Así,
Pedro concluye:“¡No es
justo que nosotros dejemos la Palabra de Dios por el servicio de las mesas!” Y Pedro define el servicio del apóstol como “ el dedicarse a la oración y al
ministerio de la Palabra”.
No se dice que un
servicio sea mejor que otro. Lo que no puede suceder es que el servicio de la
Palabra quede perjudicado por las exigencias imprevistas del servicio de las
mesas. La comunidad tenía la obligación de afrontar el problema, preocupándose
de tener gente suficiente en todos los servicios, para poder conservar, así, el
servicio de la Palabra en su integridad. El servicio de la Palabra propio de
los apóstoles (y de María a los pies de Jesús) tenía dos dimensiones: por un
lado la escucha de la Palabra, recibirla, encarnarla, anunciarla, divulgarla
mediante el trabajo activo de la evangelización y, por otro, en nombre de la
comunidad, responder a Dios en la oración, representar a la comunidad en su
dimensión orante ante Dios. No se trata de una oposición entre los dos
servicios: palabra y mesa. Los dos son necesarios e importantes para la vida de
la comunidad. Para los dos es necesario tener gente disponible. En la economía
del Reino, además, el servicio de la Palabra (evangelización) es la raíz, la
fuente. Es la parte mejor que María ha escogido. El servicio de la mesa es el
resultado, el fruto, es su revelación. Para Lucas y para los primeros
cristianos, la “parte mejor” de la que habla Jesús a Marta, es el servicio de
la evangelización, fuente de todo el resto.
El Maestro Eckart, el
gran místico dominico del Medio Evo, interpreta de un modo simpático este
episodio. Dice que Marta sabía ya cómo trabajar y vivir en presencia de Dios,
María no sabía y estaba aprendiendo. Por esto no podía ser interrumpida. Los
grandes místicos son la prueba de que este texto no se puede interpretar como
una confirmación por parte de Jesús de que la vida contemplativa es mejor y más
sublime que la activa. No está bien hacer una distinción de estas dos palabras,
porque la una se completa, se fundamenta , se aclara en la otra. Nuestro San
Juan de la Cruz carmelita, en algo más de diez años recorrió 27.000 kilómetros
caminando por toda la España. Santa Teresa de Jesús no se quedaba nunca parada,
ocupada como estaba en la fundación de tantos monasterios. Jesús mismo vivía la
profunda unidad de la vida contemplativa y activa.
6. Oración de un
Salmo
Salmo 145 (146): Dios merece alabanza
Te ensalzaré, Dios
mío, mi Rey,
bendeciré tu nombre
por siempre;
todos los días te
bendeciré,
alabaré tu nombre por
siempre.
Grande es el Señor,
muy digno de alabanza,
su grandeza carece de
límites.
Una edad a otra
encomiará tus obras,
pregonará tus hechos
portentosos.
El esplendor, la
gloria de tu majestad,
el relato de tus
maravillas recitaré.
Del poder de tus
portentos se hablará,
y yo tus grandezas
contaré;
se recordará tu
inmensa bondad,
se aclamará tu
justicia.
Es Señor clemente y
compasivo,
tardo a la cólera y
grande en amor;
bueno es el Señor para
con todos,
tierno con todas sus
creaturas.
Alábente, Señor, tus
creaturas,
bendígante tus fieles;
cuenten la gloria de
tu reinado,
narren tus proezas,
explicando tus proezas
a los hombres,
el esplendor y la
gloria de tu reinado.
Tu reinado es un
reinado por los siglos,
tu gobierno, de edad
en edad.
Fiel es el Señor en
todo lo que dice,
amoroso en todo lo que
hace.
El Señor sostiene a
los que caen,
endereza a todos los
encorvados.
Los ojos de todos te
miran esperando;
tú les das a su tiempo
el alimento.
Tú abres la mano y
sacias
de bienes a todo
viviente.
El Señor es justo
cuando actúa,
amoroso en todas sus
obras.
Cerca está el Señor de
los que lo invocan,
de todos los que lo
invocan con sinceridad.
Cumple los deseos de
sus leales,
escucha su clamor y
los libera.
El Señor guarda a
cuantos le aman,
y extermina a todos
los malvados.
¡Que mi boca alabe al
Señor,
que bendigan los
vivientes su nombre
sacrosanto para
siempre jamás!
7. Oración final
Señor Jesús, te damos
gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que
tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo
que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos
no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y
reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los
siglos. Amén.
Orden de los Carmelitas