¡Amor y paz!
Esta semana concluiremos la
lectura continua del Evangelio según San Mateo. De aquí al sábado, el tema será
el gran discurso de Jesús sobre el final de los tiempos o discurso
escatológico.
Hoy, el Señor nos pide que
estemos prevenidos porque no sabemos el día de su venida. Se trata de que
asumamos una vigilancia activa, del cumplimiento fiel, inteligente o prudente
de la misión que Dios nos ha confiado.
Hoy se celebra la fiesta de Santa Rosa de Lima, virgen, Patrona de América Latina. Pidámosle a ella que interceda por nosotros ante Dios Nuestro Señor.
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este jueves de la XXI semana del Tiempo Ordinario.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Mateo 24,42-51.
Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor. Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada. ¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno? Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo. Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes. Pero si es un mal servidor, que piensa: 'Mi señor tardará', y se dedica a golpear a sus compañeros, a comer y a beber con los borrachos, su señor llegará el día y la hora menos pensada, y lo castigará. Entonces él correrá la misma suerte que los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
Comentario
Convendría citar por
entero el sermón 22 de Newman sobre la "vigilancia". He aquí algunos
extractos: "Jesús preveía el estado del mundo tal como lo vemos hoy, en el
que su ausencia prolongada nos ha inducido a creer que ya no volverá jamás...
Ahora bien, muy misericordiosamente nos susurra al oído que no nos fiemos de lo
que vemos, que no compartamos esa incredulidad general... sino que estemos
alerta y vigilantes".
"Debemos no sólo
"creer", sino "vigilar"; no sólo "amar", sino
"vigilar"; no sólo "obedecer", sino "vigilar";
vigilar ¿por qué? Por ese gran acontecimiento: la venida de Cristo...
"¿Sabéis qué es estar
esperando a un amigo, esperar su llegada y ver que tarda en venir? ¿Sabéis qué
es estar con una compañía desagradable, y desear que pase el tiempo y llegue el
momento en que podáis recobrar vuestra libertad? ¿Sabéis qué es tener lejos a
un amigo, esperar noticias suyas, y preguntarse día tras día qué estará
haciendo ahora, en ese momento, si se encontrara bien?... Velar a la espera de
Cristo es un sentimiento parecido a estos, en la medida en que los sentimientos
de este mundo son capaces de representar los de otro mundo..."
-Velad, porque no sabéis
qué día vendrá vuestro Señor. Si el dueño de casa supiese a qué hora de la
noche iba a venir el ladrón, estaría en vela...
También vosotros estad
preparados: porque en el momento que menos penséis, vendrá el Hijo del hombre.
También el Padre Duval ha
traducido maravillosamente esta espera en su canción. "El Señor volverá,
lo prometió, que no te encuentre dormido aquella noche. "En mi ternura
clamo hacia Él: Dios mío, ¿será quizá esta noche? "El Señor volverá,
espéralo en tu corazón, ¡no sueñes en disfrutar lejos de Él tu pequeña
felicidad!"
¡Jesús "viene"!
Y nos advierte: ¡velad! porque vengo cuando no lo pensáis.
Podríais malograr esa
"venida", esa cita imprevista, esta visita-sorpresa. Y para que nos
pongamos en guardia contra nuestras seguridades engañosas, Jesús llega a
compararse a un "ladrón nocturno". Inseguridad fundamental de la
condición humana.
Jesús "vendrá"...
al final de los tiempos en el esplendor del último día. Jesús
"vendrá"... a la hora de nuestra muerte en el cara a cara de aquel
momento solemne "cuando se rasgará el velo que nos separa del dulce
encuentro".
Pero... Jesús
"viene"... cada día, si sabemos "estar en vela". No hay que
esperar el último día. Está allí, detrás del velo. Viene en mi trabajo, en mis
horas de distensión, de solaz.
Viene a través de tal
persona con quien me encuentro, de tal libro que estoy leyendo, de tal suceso
imprevisto... Es el secreto de una verdadera revisión de vida.
-¿Dónde está ese
"empleado" fiel y sensato encargado por el amo de dar a su
servidumbre la comida a sus horas? Dichoso el tal empleado si el amo, al llegar
lo encuentra cumpliendo con su obligación...
Sí, "velar",
atisbar "las" venidas de Jesús, ¡no es estar soñando! Es hacer cada
uno el trabajo de cada día, es considerarse, de alguna manera, responsable de
los demás, es darles, cuando se requiera, su porción de pan, es amar.
En verdad eso concierne,
muy especialmente, a los "jefes de comunidad", en la Iglesia o en
otra parte. Y ¿quién no es jefe de una comunidad? Familia, equipo, grupo,
clase, despacho, empresa, sindicato, club, colegas, clientes, etc.
Darles, cuando es oportuno,
lo que esperan de mí.
NOEL QUESSON
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 2
EVANG. DE PENTECOSTES A ADVIENTO
EDIT. CLARET/BARCELONA 1983.Pág. 146 s.
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 2
EVANG. DE PENTECOSTES A ADVIENTO
EDIT. CLARET/BARCELONA 1983.Pág. 146 s.