¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este martes
de la 21a semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Mateo 23,23-26
Lectio
Martes, 27 agosto ,
2019
Tiempo
Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que unes los corazones de
tus fieles en un mismo deseo; inspira a tu pueblo el amor a tus preceptos y la
esperanza en tus promesas, para que, en medio de las vicisitudes del mundo,
nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría. Por nuestro
Señor.
2) Lectura del
Evangelio
Del Evangelio según
Mateo 23,23-26
«¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y
del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la
misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar
aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!
«¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato,
mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia! ¡Fariseo ciego,
purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede
pura!
3) Reflexión
• El evangelio de hoy presenta dos
otros ‘hay’ que Jesús pronuncia contra los líderes religiosos de su época. Los
dos ‘ay’ de hoy denuncian la falta de coherencia entre palabra y actitud, entre
el exterior y el interior. Repetimos hoy lo que afirmamos antes. Al meditar las
palabras tan duras de Jesús, tengo que pensar no sólo en los doctores y en los
fariseos de la época de Jesús., sino que también y sobre todo en el hipócrita
que hay en mí, en nosotros, en nuestra familia, en la comunidad, en nuestra iglesia,
en la sociedad de hoy. Vamos a mirar en el espejo del texto, para descubrir lo
que hay de errado en nosotros.
• Mateo 23,23-24: El quinto ‘ay’
contra los que insisten en la observancia y olvidan la misericordia. “¡Ay de
vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del
aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la
misericordia y la fe!”. Este quinto ‘ay’ de Jesús contra los líderes religiosos
de aquella época puede ser repetido contra muchos líderes religiosos de los
siglos siguientes, hasta hoy. Muchas veces, en nombre de Dios, insistimos en
detalles y olvidamos la misericordia. Por ejemplo, el jansenismo volvió la
vivencia de la fe árida, insistiendo en observancias y penitencias que
desviaron al pueblo del camino del amor. La hermana carmelita Teresa de Lisieux
creció en este ambiente jansenista, que marcaba la Francia del final del siglo
XIX. Fue a partir de una dolorosa experiencia personal que ella supo recuperar
la gratuidad del amor de Dios con la fuerza que debe animar por dentro la
observancia de las normas. Pues, sin la experiencia del amor, las observancias
hacen de Dios un ídolo.
• Mateo 23,25-26: El sexto ‘ay’
contra los que limpian las cosas por fuera y las ensucian por dentro. “«¡Ay de
vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el
plato, mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia! ¡Fariseo
ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede
pura!” En el Sermón de la Montaña, Jesús critica a los que observan la letra de
la ley y transgreden el espíritu de la ley. Dice: " Habéis oído que se
dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal.
Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante
el tribunal; pero el que llame a su hermano `imbécil', será reo ante el
Sanedrín; y el que le llame `renegado', será reo de la gehenna de fuego.
«Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo os digo: Todo el que
mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mt
5,21-22.27-28). No basta observar la letra de la ley. No basta no matar, no
robar, no cometer adulterio, no jurar, para ser fiel a lo que Dios nos pide.
Sólo observa plenamente la ley de Dios aquel que, más allá de la letra, va
hasta la raíz y arranca dentro de sí “los deseos de robo y de codicia” que
pueden llevar al asesinato, al robo, al adulterio. La plenitud de la ley se
realiza en la práctica del amor.
4) Para la reflexión
personal
• Dos más ‘ay’, dos motivos más para
recibir una crítica severa de parte de Jesús. ¿Cuál de los dos cabe en mí?
• Observancia y gratuidad: ¿cuál de
las dos prevalece en mí?
5) Oración final
Anunciad su salvación día a día,
contad su gloria a las naciones,
sus maravillas a todos los pueblos.
(Sal 96,2-3)
Orden de los
Carmelitas