viernes, 17 de diciembre de 2010

Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre

¡Amor y paz!

A medida que se acerca más la celebración de la Navidad, la liturgia nos ayuda a prepararnos de manera conveniente. Por ello las lecturas de estos últimos días del Adviento nos expondrán pasajes que hacen un poco más explícito el tema del mesianismo, pero más aún la figura del Mesías preanunciado ya desde el Antiguo Testamento.

Hoy, Mateo inicia su evangelio con el árbol genealógico del protagonista de su obra. Se reafirma que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre.

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este viernes de la III Semana de Adviento.-

Dios los bendiga…

Evangelio según San Mateo 1,1-17.

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón, padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. El total de las generaciones es, por lo tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta el destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones. 

Comentario

Para Mateo es muy importante demostrar que en Jesús se cumplen todas las promesas y expectativas del Antiguo Testamento. Por eso comienza con “los antepasados de Jesús, hijo de David e hijo de Abrahán. Abrahán, es el punto de partida, padre de la bendición y de la promesa. Mediante un recurso narrativo, Mateo divide las generaciones anteriores a Jesús en tres grandes bloques de catorce generaciones cada uno: De Abrahán a David; de David hasta el destierro de Babilonia y del destierro hasta Cristo. Es obvio que no podemos exigir una exactitud histórica al relato. Para Mateo y su comunidad lo de menos es reconstruir con fidelidad de detalles el árbol genealógico de Jesús. Les basta con ubicarlo en el punto de partida donde están ubicadas las promesas principales: en Abrahán y en David. Por encima de todo, la intencionalidad del evangelista es afirmar la historicidad de Jesús y, como dijimos al principio, el Jesús que a lo largo del relato evangélico va llevando a plenitud todo lo anunciado en el Antiguo Testamento.

Estos días en los que estaremos celebrando la novena de Navidad, no nos quedemos con la parte romántica y sentimental. Tratemos de profundizar este misterio de Jesús, Dios hecho hombre. Nuestra naturaleza humana participa de la naturaleza de Jesús o al contrario, Jesús participa de nuestra naturaleza. No hay razones para creer que somos criaturas abandonadas a nuestro propio destino, en Jesús, en su encarnación, hemos sido elevados a la dignidad de hijos y, por lo tanto, ya está asegurado nuestro porvenir.

Servicio Bíblico Latinoamericano