martes, 27 de marzo de 2012

Se acerca la Pascua: ¿sabemos quién es Jesús?


¡Amor y paz!

En el evangelio, a base de contrastes y respuestas enigmáticas, Jesús revela su trascendencia y llama a la conversión. "Yo soy" es un título reservado a Dios. En el levantamiento (=muerte y exaltación, unidas en la cruz) es donde se revela precisamente quién es Jesús y el porqué de su misión. (Misa Dominical 1990/7-25).

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario en este martes de la Quinta Semana de Cuaresma.

Dios los bendiga...

Evangelio según San Juan 8,21-30.
Jesús les dijo también: "Yo me voy, y ustedes me buscarán y morirán en su pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir".  Los judíos se preguntaban: "¿Pensará matarse para decir: 'Adonde yo voy, ustedes no pueden ir'?". Jesús continuó: "Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso les he dicho: 'Ustedes morirán en sus pecados'. Porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados". Los judíos le preguntaron: "¿Quién eres tú?". Jesús les respondió: "Esto es precisamente lo que les estoy diciendo desde el comienzo. De ustedes, tengo mucho que decir, mucho que juzgar. Pero aquel que me envió es veraz, y lo que aprendí de él es lo que digo al mundo". Ellos no comprendieron que Jesús se refería al Padre. Después les dijo: "Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo que el Padre me enseñó. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada". Mientras hablaba así, muchos creyeron en él.
Comentario

Jesús sigue su discusión con los “judíos” y esta vez lo hace en dos partes: él se va y los adversarios morirán en su pecado y por otro lado, donde él va los otros no pueden ir. Dicho esto, empieza a desarrollar el discurso en orden inverso, primero aclara por qué no pueden ir y luego cuál es el pecado en el que morirán los adversarios.

Con elementos característicos de Juan, como ironías y malentendidos, sintetiza en un párrafo algo que ha ido desarrollando a lo largo del Evangelio, presentado con dos imágenes: los oyentes de abajo, Jesús es de arriba; los oyentes son del mundo, Jesús no es del mundo. Arriba-abajo es evidentemente ser de Dios y no serlo, algo que ha venido repitiendo el Evangelio de estos días. Ser o no del mundo es un tema más extenso, en Juan el mundo es el espacio al cual Dios envió a su Hijo, pero no lo recibió, y no sólo no lo recibió sino que lo odia. Los seguidores de Jesús, que no son “de arriba” aunque allí Jesús les prepara una morada, no deben ser del mundo aunque “estén en él”; ellos también serán odiados, como Jesús, pero Él ya ha vencido al mundo. Precisamente por ser del mundo, no han recibido a Jesús, y por eso no pueden ir “arriba”. Ese es su pecado en el que morirán.

La fe, en Juan, es una acción dinámica que nos pone en movimiento por el camino de Jesús, que es camino de luz y camino al Padre. Jesús nos pone en la disyuntiva de escuchar su palabra y seguir su camino, o morir en nuestro pecado. La Pascua, que se acerca, revelará definitivamente dónde estamos parados y en qué dirección caminamos: un camino que conduce a la muerte, o un camino que conduce a la vida.

Servicio Bíblico Latinoamericano