¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este jueves de la XXI
Semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Martirio de san Juan Bautista - Mc.
6,17-29
Lectio
Jueves, 29 Agosto ,
2019
Tiempo
Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que unes
los corazones de tus fieles en un mismo deseo; inspira a tu pueblo el amor a
tus preceptos y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las
vicisitudes del mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría.
Por nuestro Señor.
2) Lectura del
Evangelio
Del
Evangelio según Marcos 6,17-29
Es que Herodes era el
que había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa
de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con quien Herodes se había casado.
Porque Juan decía a Herodes: «No te está permitido tener la mujer de tu hermano.»
Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, pues Herodes temía a
Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba
muy perplejo, y le escuchaba con gusto. Y llegó el día oportuno, cuando
Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a
los principales de Galilea. Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó
mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha:
«Pídeme lo que quieras y te lo daré.» Y le juró: «Te daré lo que me pidas,
hasta la mitad de mi reino.» Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy
a pedir?» Y ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista.» Entrando al punto
apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: «Quiero que ahora mismo me des,
en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista.» El rey se llenó de tristeza,
pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al
instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de
Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se
la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse sus
discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura.
3) Reflexión
• Hoy conmemoramos el
martirio de San Juan Bautista. El evangelio describe cómo murió el Bautista,
sin proceso, durante un banquete, víctima de la prepotencia y de la corrupción
de Herodes y de su corte.
• Marcos
6,17-20. La causa
de la prisión y del asesinato de Juan. Herodes era un empleado del imperio romano. Quien mandaba en Palestina,
desde el año 63 antes de Cristo, era César, el imperador de Roma. Herodes, para
no ser depuesto, trataba de agradar a Roma en todo. Insistía sobre todo en una
administración eficiente que diera lucro al Imperio y a él mismo. La
preocupación de Herodes era su propia promoción y seguridad. Por esto, reprimía
cualquier tipo de subversión. A él le gustaba ser llamado bienhechor del
pueblo, pero en realidad era un tirano (cf. Lc 22,25). Flavio José, un escritor
de aquel época, informa que el motivo de la prisión de Juan Bautista era el
miedo que Herodes tenía a un levantamiento popular. La denuncia de Juan
Bautista contra la moral depravada de Herodes (Mc 6,18), fue la gota que hizo
desbordar el vaso, y Juan fue llevado a la cárcel.
• Marcos
6,21-29: La trama
del asesinado. Aniversario y
banquete de fiesta, con danzas y orgías. Era un ambiente en que los poderosos
del reino se reunían y en el cual se hacían las alianzas. La fiesta contaba con
una presencia “de los grandes de la corte y de las personas importantes de Galilea”.
En este ambiente se trama el asunto de Juan Bautista. Juan, el profeta, era una
denuncia viva de ese sistema corrompido. Por eso fue eliminado bajo pretexto de
un problema de venganza personal. Todo esto revela la debilidad moral de
Herodes. Tanto poder acumulado en mano de un hombre sin control de sí. En el
entusiasmo de la fiesta y del vino, Herodes hizo un juramento liviano a una
joven bailarina. Supersticioso como era, pensaba que tenía que mantener el
juramento. Para Herodes, la vida de los súbditos no valía nada. Disponía de
ellos como de la posición de las sillas en su sala. Marcos cuenta el hecho tal
y cual y deja a las comunidades y a nosotros la tarea de sacar conclusiones.
• Pero entre líneas,
el evangelio de hoy trae muchas informaciones sobre el tiempo en que Jesús
vivió y sobre la manera en qué era ejercido el poder por los poderosos de la
época. Galilea, tierra de Jesús, era gobernada por Herodes Antipas, hijo del
rey Herodes, el Grande, desde el 4 antes de Cristo hasta el 39 después de
Cristo. En todo ¡43 años! Durante todo el tiempo en que Jesús vivió, no hubo
mudanza en el gobierno en Galilea. Herodes era dueño absoluto de todo, no daba
cuenta a nadie, hacía lo que le pasaba por la cabeza. ¡Prepotencia, falta de
ética, poder absoluto, sin control por parte de la gente!
• Herodes construyó
una nueva capital, llamada Tiberíades. Sefforis, la
antigua capital, había sido destruida por los romanos en represalia por un
levantamiento popular. Esto aconteció cuando Jesús tenía quizás siete
años. Tiberíades, la nueva capital, fue inaugurada trece años más
tarde, cuando Jesús tenía 20 años. Era llamada así para agradar a Tiberio, el emperador de Roma. Tiberíades era un lugar extraño
en Galiela. Allí vivían el rey, “los grandes, los generales y los magnates de
Galilea” (Mc 6,21). Allá moraban los dueños de las tierras, los soldados, los
policías, los jueces muchas veces insensibles (Lc 18,1-4). Hacia allí se
llevaban los impuestos y el producto de la gente. Era allí donde Herodes hacia
sus orgías de muerte (Mc 6,21-29). No consta en los evangelios que Jesús
hubiese entrado en la ciudad.
A lo largo de aquellos
43 años de gobierno de Herodes, se crió toda una clase de funcionarios fieles
al proyecto del rey: escribas, comerciantes, dueños de tierras, fiscales del
mercado, publicanos y recaudadores de impuestos, promotores, jefes locales. La
mayor parte de este personal moraba en la capital, gozando de los privilegios
que Herodes ofrecía, por ejemplo, exención de impuestos. La otra parte vivía en
las aldeas. En cada aldea o ciudad había un grupo de personas que apoyaban al
gobierno. Varios escribas y fariseos estaban ligados al sistema y a la política
del gobierno. En los evangelios, los fariseos aparecen junto con los herodianos
(Mc 3,6; 8,15; 12,13), lo cual refleja la alianza que existía entre el poder
religioso y el poder civil. La vida de la gente en las aldeas de Galilea era
muy controlada, tanto por el gobierno como por la religión. Era necesario tener
mucho valor para comenzar algo nuevo, como hicieron Juan y Jesús. Era lo mismo
que atraer sobre sí la rabia de los privilegiados, tanto del poder religioso
como del poder civil, tanto a nivel local como estatal.
4) Para la reflexión
personal
•
¿Conoces casos de personas que han muerto víctima de la corrupción y de la
dominación de los poderosos? Y aquí entre nosotros, en nuestra comunidad y en
la iglesia, ¿hay víctimas de desmando y de autoritarismo? Un ejemplo.
•
Superstición, cobardía y corrupción marcaban el ejercicio del poder de Herodes.
Compara con el ejercicio del poder religioso y civil hoy en los varios niveles
tanto de la sociedad como de la Iglesia.
5) Oración final
A ti me acojo, Señor,
¡nunca quede
confundido!
¡Por tu justicia
sálvame, líbrame,
préstame atención y
sálvame! (Sal 71,1-2)
Orden
de los Carmelitas