¡Amor y paz!
Las maldiciones contra los
fariseos, que meditaremos hoy y mañana, las hemos ya encontrado en Mateo 23, 23
-martes de la 21ª semana del tiempo ordinario-. La Iglesia las pone una segunda
vez ante nuestra vista para que las interioricemos más, aplicándolas a nosotros
mismos y no aplicándolas a los demás.
Los invito, hermanos, a leer
y meditar el evangelio y el comentario, en este miércoles de la XXVIII Semana
del Tiempo Ordinario.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Lucas 11,42-46.
Pero ¡ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas! ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!". Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: "Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros". Él le respondió: "¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!
Comentario
Jesús echa en cara a
fariseos y escribas su pecado, para moverlos a conversión. El pecado de los
fariseos está en poner empeño escrupuloso en las normas insignificantes
mientras desprecian lo esencial; en querer aparecer como irreprochables para
ser honrados y estimados como piadosos (cf. Mt 23. 6-7; Mc 12.38-39). El
discípulo de Jesús, en cambio, debe valorar las cosas según su importancia. No
debe despreciar lo pequeño por ser pequeño, pero debe centrar su esfuerzo en lo
fundamental: la justicia, el amor a Dios, el amor al hermano.
El pecado del escriba, del
especialista en la ley, está en escrutar la ley día y noche para descubrir a
los hombres lo que deben hacer, pero no cumplirlo él ni ayudar a cumplirlo a
los débiles. La salvación no está en saber mucho, sino en cumplir lo que se
sabe, no en echar cargas sobre los hombros de los demás, sino en ayudar a los
"pobres" a llevar su propia carga.
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