martes, 25 de enero de 2011

Los males del mundo reclaman un cristianismo unido

¡Amor y paz!

Hoy concluye la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Unámonos todos a esa plegaria. Pensemos en que el mundo hoy nos necesita unidos, no peleándonos, si queremos cumplir la misión que nos dio Cristo de ir por el mundo a anunciar la Buena Noticia. Recordemos que "La mies es mucha y los obreros pocos" (Lc 10, 2).

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este martes en que celebramos la Fiesta de la Conversión de San Pablo.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Marcos 16,15-18. 

Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán". 

Comentario

La fiesta de la “Conversión de san Pablo”, nos recuerda el gran mandamiento de Jesús de evangelizar, pero al mismo tiempo, el hecho de que no se pude dar lo que no se tiene. Si hoy en el mundo se vive un paganismo práctico, que lleva a la violencia, al robo, al atropello de los valores humanos, a la corrupción, etc., es porque falta en muchos de los cristianos una conversión profunda. Sin embargo, usando las palabras del apóstol, nos ponemos a pensar: ¿pero, cómo creerán, si no hay quien les anuncie? Y cuando se les anuncia, ¿cómo creerán si la vida de los que predican no es conforme a lo que predican? Un sólo hombre comprometido y tocado profundamente por el amor de Dios, recorrió todo el mundo conocido, hablando de Aquel que había cambiado su vida… Fue así como el mundo pagano se convirtió a la luz y al amor de Cristo. Déjate tocar por el amor de Dios, y responde con generosidad siendo portador del amor de Dios en tu casa, tu empresa, o tu escuela… Recuerda que Dios te necesita.

Pbro. Ernesto María Caro